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"Supongo que las críticas llegarán a algún oído y cambiará un poco la lista"

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El próximo 27 de abril abrirá sus puertas la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que tendrá a Santiago de Chile como ciudad invitada. En el pabellón de 200 metros cuadrados, se desplegará una exhibición de libros y se desarrollarán charlas y otras actividades relacionadas con ocho ejes temáticos, entre los que se encuentran la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y el estallido social. Algo que per se ya ha generado polémica dentro de la industria del libro; aunque para Rafael Gumucio "el escándalo está en que algunos autores que tienen obras en Argentina, que son conocidos, no han sido invitados. Está un poco cuoteado políticamente".

Según dio a conocer el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, "un comité curatorial de nueve integrantes de trayectoria académica, literaria y editorial seleccionó una nómina de 60 autores y autoras en base a criterios declarados, tales como: paridad de género; incorporación de autores con trayectoria y emergentes, incluyendo diversidad de voces y géneros literarios. El relato del paso de la ciudad por la Feria Internacional de Buenos Aires también fue definido por este comité, e incluye ocho ejes, con invitados e invitadas que se enmarcan en ellos".

Del total, hay 54 asistentes confirmados, con uno a la espera de confirmación según su agenda, y cinco cupos que serán definidos por el Consejo del Libro y la Lectura. Entre los nombres se encuentran Pía Barros, Carlos Peña, Elvira Hernández, Raúl Zurita y Rosabetty Muñoz; aunque se echa de menos personas como Isabel Allende, la autora chilena más leída en español, Carlos Franz que ha retratado, precisamente, la ciudad de Santiago en sus textos.

"Y no sólo Carlos Franz. Por ejemplo, Constanza Michelson que ha escrito sobre el estallido, que publica en Buenos Aires, que tiene bastantes seguidores allá, tampoco está. Yo también publico en Buenos Aires hace mucho tiempo, tampoco estoy; y hay gente que no vive en Santiago, pero que sí está, como Elicura Chihuailaf", sostiene Gumucio.

- ¿Considera que no están claro los criterios?

- Yo creo que están bastante claros. Es decir, aquí los que han estado cerca del Gobierno, en campaña, están ahí. No hay nadie que haya votado rechazo, o apruebo con resquemores o que haya criticado el proceso. Por eso, creo que siempre es inteligente llevar a gente nueva, que no es conocida, y gente que es conocida dentro del medio al que uno va, que sean conocidos especialmente en el mundo de los escritores y los lectores en Argentina. Esa mezcla creo que siempre es buena, y también de mostrar un poco la diversidad de personas, de proyectos, de visiones políticas, que sea más o menos ecuánime.

- ¿Cree que en estas decisiones influye la ausencia de la secretaria ejecutiva del Consejo del Libro, Gladys González, que está con licencia desde julio del año pasado?

- No sé. No sé si ha sido la licencia, el método de selección, no sé. Siento que hay un debate pendiente un poco en la cultura chilena en torno a lo que fue plebiscito y lo que fue el estallido, que es un debate muy importante donde hay distintas voces y distintas interpretaciones de lo que sucedió. También en torno a los 50 años hay un debate ahí pendiente, no todos opinan, no todos viven, no todos vivieron esto de la misma manera. Entonces, domina una especie de visión pop de la dictadura, una visión media pop del allendismo bastante infantiloide, un poco facilona que ya conocemos. Pero crítica compleja o crítica interesante o un punto de vista diferente, hay poco.

- ¿Se refiere solamente a la participación en la Feria o en general?

- En general. Siento que en todos los actos que estoy viendo, falta con desesperación un buen seminario, un buen encuentro, un buen libro para explicarse por qué el 62% de los chilenos votó rechazo y todos los artistas estaban sobre el escenario cantando apruebo. Si yo fuese artista que estoy en el escenario cantando por el apruebo y veo que Chile, simplemente, no me pesca, me pregunto por qué. Pero creo que más que preguntarse por qué, se han ido juntando a llorar y abrazarse entre ellos. Ellos se quieren ver como víctimas un poco, se quieren ver como que nada ha pasado. Piensan que como en Buenos Aires hay un gobierno de izquierda, esto va a pasar colado. Pero en Argentina sí que hay un debate interesante, vivo, complejo; una literatura donde hay una imaginación, un riesgo, una audacia que está muy lejos de tener la literatura chilena. (...) Los que han tratado de criticar, de preguntarse o de tener alguna visión dudosa en torno al proceso político actual están siendo castigados.

- ¿No está primando el aspecto literario?

- Tengo esa impresión, porque si no me cuesta explicarme un poco la lista. Hay autores que son más leídos afuera, y hay autores que son parte del clima cultural de estos países. Si un autor es publicado en una editorial argentina, no sólo una editorial chilena o española que lleva tus libros a Argentina, eso de alguna forma da una señal de algo.

- La participación de Chile en otras ferias del libro ha sido sumamente importante y exitosa. ¿Este conflicto merma ello?

- Yo he sido invitado a muchas de estas cosas y la verdad es que en general las listas eran bastante diversas, había escritores de muchos estilos, de muchas generaciones, opiniones políticas diferentes, era bastante ecuánime. Me acuerdo, en especial, la de Guadalajara donde era realmente como el Arca de Noé. (...) Se podría uno quejar y encuentro la razón de que, a veces, son siempre los mismos, y en sentido, me parecería perfectamente normal que algunos que hemos ido muchas veces, nos excluyan, eso puede ser legítimo. Pero veo que están siempre los mismos, no es que haya novedades. Hay realmente personas que tienen la cuestión de las millas sobregirada, que tampoco tienen mucha importancia en Chile o que no los leen con demasiada importancia. (...) No es que haya alguna novedad, personas que no las hayamos visto nunca.

- ¿Influye la poca presencia de la ahora ex Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky?

- Era como la Ministra desconocida, ¿no? No la conozco, me cuesta hablar mal, porque no sé nada. Para hablar mal habría que tener algún antecedente. (...) Pero estas cosas se han movido siempre mucho más abajo que el gabinete ministerial. He visto en un gobierno o en otro, y más o menos las cosas son parecidas. Que en este caso no es malo, porque significa que los criterios no son políticos. No vi ni el gobierno de Bachelet ni en el de Piñera castigos o premios políticos. En la delegación que fuimos a Guadalajara, casi nadie era Piñerista, ni a nadie se le excluyó o se le dio un puesto especial por haber votado o no por Piñera (...); y todas las veces que fui a alguna delegación del gobierno de Bachelet exactamente igual.

- Esto es porque el Ministerio tiene políticas culturales que traspasan los gobiernos. Entonces, no debería ser ideológico.

- Es lo que siempre se procuró. Cuando se diseñó el Ministerio fue justamente tratando de separar lo más posible los caprichos o las ideas políticas o ministeriales de la administración de la cultura. Siempre se buscó eso. Creo que este debate se da, sobre todo, en un espacio de desierto cultural o de desierto del debate que esto, simplemente, es un síntoma de algo que es mucho más amplio que no se está dando cuenta de lo que está pasando en Chile, de que no se está dando cuenta de esta población, y uno siente que los artistas chilenos hablan de Chile como un turista desengañado (...) hay una visión extranjera, una visión desde fuera que creo es muy perjudicial, y quieren mostrar un Chile que es como el quisieran pensar que existe, pero ya no es así.

- ¿Ud. cree que esto cambie de aquí a que comience la Feria?

- Supongo que las críticas llegarán a algún oído y cambiará un poco la lista. No creo yo en una operación malvada y truculenta, pero es muy interesante el debate y es muy interesante la señal de alarma. No he visto a la Ministra responder en alguna de las entrevistas y habla Andrea Gutiérrez (,...). Y todo lo que ella dice son estas palabras como gobernanza, participación y todas esas cosas que está súper bien en algunas áreas de la de la vida, pero que no tiene nada que ver con la cultura. Las palabras gobernanza, participación, entrada de sindicatos, de grupos a intervenir, no han tenido nunca nada con el arte, porque si es por los sindicatos de artistas, Mozart estaría fuera. La cultura depende del talento, que es algo muy individual, y que así sea es algo difícil de juzgar, por lo cual un gobierno no puede juzgar el talento. Lo que el gobierno puede hacer es decir "mira, hay un consenso crítico o hay un consenso de público que dice que es talentoso". Lo único que puede decir es "mira, no sé si Zambra o Fuguet son talentosos, sé que son populares y que tienen buenas críticas y por lo cual habría que llevarlos". Pero el gobierno no hace crítica cultural, no debería por lo menos.

- Y debería potenciar a todos por igual.

- Claro. Y tener un criterio más o menos objetivo de relevancia, o de resonancia, o de diversidad. No se me ocurriría que a mí me invitasen a una feria del libro indígena o afrodescendiente. 2

Veo que están siempre los mismos, no es que haya novedades. Hay realmente personas que tienen la cuestión de las millas sobregirada, que tampoco tienen mucha importancia en Chile o que no los leen con demasiada importancia".

El autor considera que deberían estar colegas que ya publican en Buenos aires junto con escritores emergentes.

Flor Arbulú Aguilera

flor.arbulu@mercuriovalpo.cl

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