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Marcel planteó cómo recuperar antes lo que se perdió por retiros

AFP. El ministro de Hacienda aseguró que si se aprueba la reforma de pensiones, el mercado de capitales podría reponerse en siete o 10 años. Si no, en 20.
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Redacción

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, afirmó ayer que el mercado de capitales podría recuperar lo que perdió a costa de los retiros desde las AFP en un plazo de siete a diez años. Durante su exposición en el seminario anual de BTG Pactual, Latam Focus 2023, el secretario de Estado explicó que esto se lograría si por un lado se fortalece el pilar de capitalización individual, y por otro el seguro social invierte sus reservas en el mercado de capitales.

"Parece harto, pero sin eso nos demoraríamos más de 20 años en poder recuperar ese mercado de capitales", alertó el ministro, quien también enfatizó la importancia de la propuesta para mejorar las pensiones que impulsa el Gobierno.

Marcel recordó que la iniciativa propuesta es un sistema de pensiones mixto, con tres pilares: financiamiento fiscal, un componente de ahorro forzoso personal -o capitalización individual- y un componente de seguro social que sea capaz de cubrir las contingencias de la vida.

Expuso que los sistemas previsionales deben ser capaces de tres cosas: prevenir el riesgo de pobreza en la vejez, asegurar continuidad de ingresos sostenibles en el tiempo y cubrir contingencias. También aseguró que ningún sistema con solo un pilar es capaz de enfrentar esos tres objetivos. "Un sistema con puro financiamiento fiscal no va a ser capaz de asegurar continuidad de ingresos, a menos que tengamos una carga tributaria infinitamente mayor a la que tenemos hoy día", dijo y añadió que un sistema de capitalización individual no es capaz de prevenir la pobreza en la vejez y que un seguro no es capaz de asegurar el reemplazo suficiente.

"Tenemos que combinar esos tres elementos. En torno a eso, hay mucho espacio para ponerse de acuerdo. Si no construimos sobre esos tres pilares no vamos a tener un sistema de pensiones que sea capaz de responder a la sociedad", enfatizó.

Reforma tributaria

Respecto a la reforma tributaria, rechazada en general en la Cámara de Diputados, el ministro apuntó que "reiniciamos una ronda de conversaciones, convocamos a un conjunto de actores económicos y sociales a dialogar sobre la materia, cosa que vamos a estar desarrollando durante las próximas tres semanas, y también iniciamos los contactos con los partidos políticos".

"La definición del Gobierno respecto de esto es retomar el camino de la reforma tributaria, pero entendiendo que ese camino no es simplemente insistir sobre lo mismo que se había propuesto y que se rechazó en la votación en general", acotó.

También resaltó que hay "disposición del Gobierno, como la tuvimos durante la tramitación en la Cámara y nos preparamos para tener en el Senado, a escuchar distintas visiones y considerar distintas alternativas".

"Razonable" petición de la CUT

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El ministro Marcel también se refirió a la petición de la CUT para adelantar el aumento del salario mínimo a 500 mil pesos, cifra a la que el Gobierno propuso llegar al final de su mandato. "En general los temas que han surgido parecen abordables. Por supuesto, como siempre, el desafío está en los detalles", dijo. Y no descartó "la posibilidad de acercar el horizonte de los $500 mil", aunque recalcó que eso no significa que aquello ocurra este 1 de mayo, pero sí es probable que "empecemos a ver más claramente el horizonte en el que se va a alcanzar esa cifra. Es algo que nos parece razonable incorporarlo en la negociación".

Insulza afirma que "el perro matapacos debe ser calificado como incitación a la violencia"

CRÍTICAS. Evelyn Matthei, en tanto, dijo que si Carabineros violó los DD.HH. en el 18-O, fue porque no podían defenderse.
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El senador José Miguel Insulza (PS) y la alcaldesa Evelyn Matthei (UDI) criticaron duramente al Frente Amplio y el Partido Comunista, hoy en el bloque de Gobierno, a los que responsabilizan de ser protagonistas en un intento de debilitar a Carabineros durante el estallido social y mientras fueron oposición a la administración de Sebastián Piñera.

El senador socialista tuvo duras palabras para las actuales autoridades del Ejecutivo, de las que su partido es aliado a través del Socialismo Democrático (que incluye también al PPD y el PR). En el diario La Segunda afirmó que "ha afectado mucho todas las cosas que se dicen de Carabineros. La sigla esta ACAB, que es 'todos los policías son bastardos'. Y los insultos cotidianos a la policía. Son incitaciones a la violencia, y deben ser calificadas como tales".

El exministro del Interior de Ricardo Lagos se refirió a la figura del "perro matapacos", cuyas alusiones, según el senador, se pueden incluir en las calificaciones de incitación a la violencia. "Siempre me ha parecido que lo del 'perro matapacos' es una estupidez", añadió y luego afirmó que figuras del Frente Amplio avivaron ese tipo de expresiones durante el estallido: "Algunos lo hicieron y ahora borran sus Twitter a toda velocidad. Probablemente lo hicieron y muchos han borrado sus huellas".

Paralelamente, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, afirmó que "son importantes los simbolismos" y "por eso fue tan negativo lo que hicieron el Partido Comunista y el Frente Amplio hace cuatro años: en forma simbólica debilitaron a Carabineros".

En 24 Horas, agregó que si durante el 18-O "hubo problemas de violaciones a los derechos humanos, fue porque efectivamente (los carabineros) no tenían la forma de defenderse".

Carlos Peña

Cambiar de opinión

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Uno de los rasgos más incómodos del Presidente Gabriel Boric son sus radicales cambios de opinión o de posición más bien, frente a hechos de la vida pública. Ello ha sido subrayado por la reciente muerte de una policía. El Presidente, con toda razón, condenó el hecho y comprometió toda la fuerza del Estado para perseguir a los responsables.

Hasta ahí todo bien.

El problema es que meses antes decidió indultar a quien había sido condenado por el homicidio frustrado de un policía, a lo que se suman sus diversas declaraciones y actitudes más bien hostiles, de no hace mucho tiempo, hacia quienes tienen en sus manos el monopolio de la fuerza estatal.

El Presidente tiene, desde luego, todo el derecho del mundo a cambiar de opinión y a adorar lo que antes aceptó se quemara. Lo que no resulta correcto, sin embargo, es que ese cambio de opinión no vaya acompañado de un reconocimiento de responsabilidad por sus dichos previos y la manera en que, objetivamente, contribuyeron a debilitar a la policía.

En la política (lo mismo que en la tradición cristiana que en esto vale la pena) la gente tiene derecho a nacer de nuevo, a comenzar otra vez, incluso luego de los peores tropiezos; pero ello a condición de reconocer el error, admitir la responsabilidad y comprometerse con sinceridad a omitir actos iguales en el futuro. Y hay una obvia sabiduría en ello. Porque esto de cambiar de opinión sin asumir responsabilidad alguna, como si esto fuera tan sencillo como si ayer a usted le gustara el color azul y ahora prefiriera el rojo o el amarillo, no parece tan fácil de aceptar. Cambiar de preferencia, como si a usted ayer le gustara una cosa y ahora otra, o de hipótesis frente a un hecho como si anteayer creyera que tal hecho ocurre en razón de una causa determinada y ahora piensa más bien que se debe a otra, es lo más natural y lo más racional del mundo. Y no hay problema con ello, puesto que en esos ejemplos sus cambios de preferencia no lesionan a nadie ni comprometen deberes públicos.

Pero si usted ejecutó una función pública de una cierta forma (por ejemplo tolerando con sus gestos y discursos la agresión o el desprecio a quienes monopolizan la fuerza, como la canción esa sobre el casco militar), que se revela flagrantemente incorrecta, usted debe asumir la responsabilidad por ello, porque al ejecutar erróneamente su tarea pública afectó derechos de terceros. Eso no es lo mismo que cambiar de opinión o de hipótesis: es cambiar la forma de concebir sus deberes de una manera tan radical que lo único correcto es aceptar que antes -por inmadurez, ceguera ideológica, conmoción emocional por lo que veía o lo que fuera- los concibió mal y los incumplió. Por eso no basta con que el Presidente diga que ahora cambió de opinión acerca del papel de la policía, porque lo suyo no es un cambio de opinión: es una conducta que fue lesiva, cuyas consecuencias no se borran sin más por su actitud de hoy.

Dejar pasar lo anterior con la consabida frase "así es la política" es extremadamente dañino. Si algo así se aceptara estaríamos enseñando a las nuevas generaciones que no pierdan tiempo reflexionando acerca de lo que va a decir o hacer, porque siempre podrán cambiar de opinión y asunto arreglado. Equivaldría a enseñarles que pueden actuar por ensayo y error o con frivolidad y sin reflexión incluso cuando se comprometen los deberes que los terceros le han confiado. Total, siempre podrán decir que ahora piensan distinto.

Entre todas las cosas que Sartre dijo hay una que los políticos (incluido el Presidente) deben tener en cuenta. El ser humano, dijo Sartre, se elige a sí mismo en cada uno de sus actos. No hay mejor forma de definir la responsabilidad que esa: la conciencia de saber que cada uno se elige en cada uno de los actos que ejecuta.

Por eso, sin reconocer los errores (incluso cuando se es Presidente) no es posible borrar sin más lo que se hizo o dijo ayer.