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LA TRIBUNA DEL LECTOR Una historia por descubrir

POR TAMARA CANDIA AHUMADA, PERIODISTA MUSEO DE BELLAS ARTES DE VALPARAÍSO Y EDITORA DE "MUJERES EN EL BABURIZZA".
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El lanzamiento del libro Mujeres en el Baburizza tiene como objetivo responder a una deuda histórica que tienen las instituciones culturales con las mujeres artistas. En el caso del Museo de Bellas Artes de Valparaíso, con esta publicación se busca resignificar el legado de las distintas exponentes que forman parte del patrimonio pictórico del recinto, en las que encontramos a diez chilenas: Ana Cortés, Ximena Cristi, Hilda Rochna, María Tupper, Celia Castro, Berta Smith, Graciela Lira, Dora Puelma, Judith Alpi y Olga Doñas; y dos extranjeras: Marie Rosalie Bonheur y Jeanne Pinot.

Al revisar el inventario del Baburizza, no es un misterio que la colección, que data del siglo XIX y principios del XX -considerada una de las cuatro más importantes del país-, está compuesta en su mayoría por hombres. De las 250 obras que alberga, tan sólo 23 corresponden a mujeres, lo que equivale a un 9,2%.

Esta realidad no es un problema a nivel local, sino que se explica al comprender que, durante siglos, las artistas fueron silenciadas del discurso establecido producto de las convenciones sociales que reinaban en la época, y muchas de ellas se vieron en la obligación de ocultar su trabajo y perpetuarlo al espacio privado. Al respecto, Anne Higonnet señala en el artículo "Mujeres e imágenes. Representaciones" (2018), que en el siglo XIX ingresar a las academias más acreditadas de pintura tenía un alto precio, ya que las mujeres tenían que sumirse en el conformismo respecto a las convenciones artísticas y realizar sacrificios personales. Lamentablemente, algunas pudieron dedicarse en plenitud a las artes, pero pocas en comparación con sus compañeros. Esto se comprende perfectamente al recorrer los pasillos de los museos, en los cuales se evidencia cómo se ha simbolizado la figura femenina, que destaca por su sexualización o su rol de musa. Para la historiadora española Patricia Mayayo, una de las grandes paradojas que ha presidido en la figura occidental es la relación que existe entre la hipervisibilidad de la mujer como objeto de la representación y su invisibilidad persistente como sujeta creadora.

En relación con lo anterior, María Teresa Devia, prologuista del libro y directora del Museo Universitario del Grabado, dice que a partir de los años 70, voces de mujeres comenzaron a pedir paridad en espacios culturales, debido a que el imaginario museográfico está construido desde una mirada virifocal, ocultando a mujeres e ideologizándolas como un dispositivo para la reproducción biológica.

Si repasamos los principales contenidos del texto, podremos encontrar dos grandes apartados, que corresponden en primera instancia a las exponentes nacionales: nueve pintoras y una escultora. Nacieron principalmente entre el siglo XIX y XX, obteniendo muchas de ellas grandes reconocimientos. Por ejemplo, Ana Cortés fue Premio Nacional de Artes 1974 y la primera docente de artes en Chile; Celia Castro fue una porteña reconocida por ser la primera becada en estudiar artes de manera profesional en Chile; Dora Puelma batalló por la visibilidad femenina; parte de la Generación del 13, participó en exposiciones de artistas mujeres en 1915-1916 y creó la Sociedad Artística Femenina en 1913 junto a Judith Alpi, agrupación que buscaba favorecer activamente el desarrollo artístico del país, promoviendo la inclusión y participación de la mujer.

En el segundo ítem encontramos a las europeas Bonheur y Pinot, siendo Marie Rosalie una de las artistas más importantes y famosas del siglo XIX, y Jeanne, una maestra en la técnica pastel.

Por medio de este libro, que cuenta con el valioso aporte de la Mutual de Seguros de Chile, se pone en valor a las doce artistas que son parte del patrimonio porteño. En esta publicación se podrá conocer pintoras chilenas de diversas generaciones artísticas, quienes nos presentan retratos, paisajes y naturalezas muertas. También a las francesas Pinot y Bonheur, que con sus lienzos nos hacen viajar a mundos llenos de detalles y dedicación.

Una de las finalidades del catálogo es relatar, a través de voces de mujeres, historias de artistas destacadas a nivel nacional y mundial, realizando de esta forma un homenaje a aquellas mujeres que fueron parte de la historia del arte, recordando su importancia y valorando su legado. Esperamos este sea el comienzo de grandes reivindicaciones en pro de la equidad de género en el arte.