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general del PS, Camilo Escalona, en el sentido que habría que invitar a la DC al Gobierno. "Tiene razón en el sentido que hay que generar una amplitud de la base social y política del Presidente. Pero acá los partidos van a tener que hacer un trabajo muy fuerte para ir ampliando ellos también sus bases".

El vicedecano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Rodrigo Arellano, sostiene que el Gobierno debe tener una profunda reflexión sobre los hechos que gatillaron este resultado. Dice que "al igual que en un equipo de futbol, cuando no obtiene los resultados o cambia los jugadores - en este caso los ministros-, o cambia su estrategia de juego que en este caso es su programa. Pero no puede seguir insistiendo en su programa".

"Es muy probable que la oposición, con legítimo derecho, endurezca sus posiciones, y no permita que las reformas del programa de gobierno avancen como están hoy. Otro cambio en el fútbol es el entrenador, pero acá es el Presidente", acota el abogado y experto en acción política y políticas públicas.

Reformas al debate

De qué va a depender ahora el destino de las principales reformas como la tributaria y de pensiones, es otro punto de análisis. Justamente el jueves el ministro Mario Marcel dijo que "ahora que la elección ya pasó es momento de sentarse a conversar y buscar un mayor consenso".

A Javiera Arce le parece que "no hay piso" para las reformas. "Yo creo que hay que hacer una actualización en el sentido de que no van a tener poder de veto y esto se va a trasladar con fuerza al Congreso", señala.

La cientista política cree que "Chile Vamos va a tener la tendencia a aliarse con Republicanos, tanto en el Congreso como en el proceso constituyente, y ante ese escenario de radicalidad va a ser muy poco probable que el Gobierno tenga algún acceso a Chile Vamos, que de hecho se vio profundamente afectado en esta elección y no ha ganado nada con ser la derecha democrática que pacta con el Gobierno, por el contrario, ha perdido votos. Esto deja un escenario muy complejo en términos legislativos. Yo no sé si habrá espacio para negociar".

Para Rodrigo Arellano, el avance de las reformas dependerá de que el Gobierno renuncue a su oferta inicial, pues si quiere sacarlas adelante va a tener que ceder a los requerimientos de la oposición.

"Hoy es imposible que se apruebe una reforma de pensiones donde el aumento porcentual a la cotización vaya a una cuenta nacional, por ejemplo. El domingo pasado la ciudadanía otorgó la peor derrota a las ideas de la izquierda desde el regreso de la democracia, y eso debe entenderlo el Gobierno. Si no es capaz de acercarse a las exigencias que tendrán Chile Vamos y el Partido Republicano no habrá ninguna reforma", puntualiza el académico.

Mauricio Morales opina que "dependerá del nivel de unidad de la coalición de Gobierno, fuertemente derrotada. Tendrá que reunir todos los pedazos que quedaron de esta elección, probablemente incluyendo otros actores como la DC".

Por otro lado, acota, "también dependerá de cuán radical sea la oposición de derecha, en especial por la fagocitación de Chile Vamos a manos de Republicanos. Si Republicanos endurece su oposición al Gobierno en el Congreso, y en el Consejo Constitucional se resiste a cambios sustantivos, entonces el margen de maniobra para la centroizquierda será mínimo".

Desempeño en el consejo

Como ya se instaló la carrera presidencial, con José Antonio Kast a la cabeza, ¿hasta dónde un posible rechazo a la propuesta constitucional podría torpedear las aspiraciones electorales del partido, considerando que aquélla llevará el sello republicano y de la centroderecha?

"El Partido Republicano tiene una gran responsabilidad hoy. Tienen la llave para terminar de buena manera el proceso constitucional, y para eso deben ser capaces de demostrar que pueden dar gobernabilidad. Si no son capaces de eso, se puede transformar en una complicación para las aspiraciones a largo plazo del partido y por lo tanto de su carta presidencial", sostiene Rodrigo Arellano.

Mauricio Morales coincide: "Lo más torpe que puede hacer es obstaculizar el proceso constitucional. Si Kast le entrega la Nueva Constitución a Boric para su firma, sus chances de ser Presidente aumentan significativamente. Si este nuevo proceso constitucional fracasa, entonces la izquierda nuevamente se envalentonará e insistirá por abrir un nuevo proceso".

Javiera Arce recuerda que "en Tolerancia Cero, Martín Arrau dijo 'bueno, si no resulta y gana el rechazo, nosotros no tenemos ninguna responsabilidad, porque esto lo puede resolver al Congreso'. Yo creo que no van a negociar nada. De hecho han tenido una actitud súper obstruccionista, no votaron a favor de las 40 horas, no se suman al trabajo prelegislativo del Gobierno, votaron en contra de la Ley Nain-Retamal por encontrarla suave. El profesor Silva, quien probablemente sea el presidente del Consejo, dijo que él no quería cambiar nada".

Diálogo o aplanadora

¿Republicanos y la centroderecha dejarán opciones de diálogo con la minoría en materias como Estado Social de Derecho, derechos sociales o sistema político, o pasarán la aplanadora?, es otra interrogante recurrente.

"Lo harán, pero sin transigir en sus principios más básicos. Lo que debe hacer Republicanos es respetar lo que salga de la Comisión Experta y presentar un texto breve y general. Sólo eso. Mientras más detalle tenga el texto constitucional, más argumentos se darán para rechazarlo", argumenta el director del CAP de la U. de Talca.

Adicionalmente, dice Mauricio Morales, entre las bases constitucionales figura el Estado Social de Derecho y "eso no se puede modificar por más que Republicanos insista en un estado subsidiario".

Rodrigo Arellano piensa que "pasar la aplanadora es llevar el proceso al fracaso otra vez. Es lo que hizo la izquierda radical en el primero y ya sabemos cómo terminó la historia. Ahora van a tener que construir puentes, dialogar y buscar los consensos necesarios para ofrecer una Constitución que sea aprobada por una gran mayoría".

Javiera Arce cree que habrá más aplanadora que acuerdos y que le endosarán la responsabilidad a la extrema izquierda. "Y ahí van a quedar todos mirando cómo pasan máquina".

El futuro del centro

En cuanto al futuro que visualizan para el centro, prácticamente arrasado en esta pasada, el vicedecano de la Facultad de Gobierno de la UDD tiene la convicción de que una vez que termine el proceso constituyente y se empiece a conversar otra vez sobre la oferta política ese espacio volverá a ser tomado. "Lo determinante es saber por quién. Perfectamente con el avance que tuvo la derecha el fin de semana puede ser tomado por unos de los partidos de Chile Vamos".

Mauricio Morales no le ve ningún futuro por ahora. "El centro está vaciado. No es que el electorado sea ahora de extrema derecha, sino que hay una debilidad manifiesta en la oferta de centro. Las etiquetas partidarias históricas están absolutamente desgastadas y obsoletas", plantea.

El académico alude al caso de la DC, que "subsiste en el mundo local con más de 40 alcaldías, pero el problema será cómo traducir estos respaldos en la elección legislativa, especialmente la de diputados, pues es esta elección la que define si un partido desaparece. Por otro lado, están Amarillos y Demócratas. Los primeros se constituyeron como un partido local, y los segundos aún no lo logran".

Javiera Arce es más drástica. Tampoco le ve futuro al centro, cree que va a morir y que "esto ayudó en parte a sincerar esa muerte" porque, opina, "el PPD, la DC, Amarillos y Demócratas no tienen ningún espacio en el sistema político".

El primer partido, sostiene, hizo "una priorización inentendible de la política de resguardar su identidad y convicciones, en una elección que era trascendente en todo sentido, sabiendo que esto podía debilitar al Gobierno, que se estaban jugando mínimos civilizatorios en materia de derechos y ellos no pensaron en eso". 2

La mirada del exconvencional ruggero cozzi: "ser mayoría exige responsabilidad"

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"Así son las vueltas del destino. Chile Vamos construyó el 'Acuerdo por Chile', negoció las reglas, fijó los 'bordes', pero será Republicanos quien conduzca la etapa final del proceso", comenta Ruggero Cozzi, abogado, académico e integrante de la ex Convención Constitucional en cupo Renovación Nacional por la Región de Valparaíso. "Lo importante -matiza el exconvencional- es que tengamos una nueva y buena Constitución".

Se declara satisfecho con los resultados del 7 M porque , "ganan las derechas y sale derrotado un mal gobierno"; cree que en el triunfo de Republicanos, que "fue enorme", influyeron múltiples factores y que "principalmente, lograron capitalizar el sentimiento antipolítica y de hastío constitucional que dejó la fallida Convención".

Recuerda que Republicanos se opuso al Acuerdo por Chile "y acusaron a Chile Vamos de poco menos que de pactar con el diablo. Sin embargo, esa retórica es de doble filo y se les devolverá como un boomerang. Ahora que son mayoría en el Consejo Constitucional, tienen la responsabilidad de lograr que el proceso culmine exitosamente", ya que "si la nueva Constitución se rechaza, el fracaso será de Republicanos y José Antonio Kast".

¿Se producirán acercamiento y acuerdos entre PR y Chile Vamos, que han tenido públicas diferencias? Cozzi subraya que en la Convención "formamos una bancada de unidad los 37 constituyentes de derecha", en un contexto en que "estábamos unidos como minoría, en resistencia frente a una izquierda refundacional", y piensa que lo natural sería que en este proceso también haya unidad.

"La diferencia será el rol de Republicanos: ellos deben liderar el diálogo y la construcción de acuerdos. Arturo Squella y Luis Silva están dando señales correctas, aunque a mi juicio, todavía insuficientes. Los Republicanos tendrán que ser muy generosos si no quieren que se les acuse de pasar la aplanadora", remarca.

Sobre las opciones de diálogo en materias como Estado Social de Derecho, derechos sociales o sistema político, recuerda que el primero forma parte de los "bordes" del proceso. "A algunos les molesta, como los diputados Kaiser y De la Carrera, pero también he visto al sector más dialogante de Republicanos, que entiende que esas bases hay que respetarlas; y que esa cláusula facilita lograr un pacto de consensos, que es a lo que aspira toda Constitución".

En todo caso, observa, "Estado social no es sinónimo de Estado de bienestar. Se trata de una cláusula flexible, que existe en constituciones como la de Alemania, España y Colombia, donde estado y mercado pueden colaborar en proveer derechos sociales, por ejemplo, en salud, seguridad social o educación". A la hora de proyectar los alcances de un posible rechazo a la propuesta constitucional que emane del Consejo, sostiene que las derechas no pueden desaprovechar esta oportunidad. "Un triunfo del rechazo sería un fracaso para todo el sector, sin duda, pero principalmente sería un fracaso para José Antonio Kast y Republicanos. Ser mayoría exige responsabilidad. Los Republicanos tendrán que darse la mano con todos los sectores, si es que quieren que el proceso sea exitoso". 2