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Igualmente, la presidenta subrogante de la AFA señala que "preocupados por la lesión a la institucionalidad que también significa negar los espacios democráticos que triestamentalmente nos hemos dado, es que nos hemos propuesto constituir una mesa de convivencia en que podamos generar espacios de protocolo, ética, que nos permitan resolver conflictos y resguardar el sentido de presunción de inocencia de cualquiera de las personas que pueda estar involucrada".

En síntesis, agrega, "hemos ido aprendiendo lecciones. Es todavía un proceso largo y ha sido muy doloroso. Pero creo que lo que nos une y nos convoca es justamente aprovechar esta situación para convertirla en una oportunidad de mejorar nuestras maneras de relacionarnos y crear sobre todo eso, la institucionalidad necesaria como para poder subsanar y evitar que estos hechos, mañana o en el futuro, se vuelvan a producir".

Gremios de funcionarios

Las dos asociaciones de funcionarios -AFUP Nuevo Milenio y AFUPLA- se sumaron a través de una declaración -fechada el lunes 5- a la preocupación de autoridades y académicos por el extenso conflicto y dieron a conocer su posición frente a la movilización estudiantil "que se ha tomado parte de los espacios de nuestra institución, de nuestro segundo hogar, considerando el tiempo que permanecemos desarrollando nuestras funciones diariamente".

En ella se manifiestan "totalmente de acuerdo con la necesidad de realizar mejoras internas, tanto de infraestructura, como de políticas de género, diversidad, acoso e inclusión", temáticas que, exponen, "deben ser también trabajadas e implementadas a nivel triestamental, ya que no sólo los estudiantes viven estas problemáticas".

Plantean también su convicción de que "la defensa de la educación pública es una lucha por la que debemos estar todos unidos, no sólo por trabajar en una universidad estatal, sino por el desafío de lograr orientar y priorizar dentro de las políticas públicas, la mejora en la calidad de la educación y el acceso por derecho a la misma, de toda nuestra sociedad y nuestras futuras generaciones".

Igualmente, los funcionarios subrayan su aporte, junto a las orientaciones de la Rectoría, en cada una de sus funciones, "en la gestión de mejoras internas que permitan dar respuesta de manera sistemática a las demandas de los estudiantes, ya que crear políticas, implementarlas y consolidarlas, es tarea de la parte administrativa de la universidad inicialmente".

Tras ello, exponen que las demandas de la movilización estudiantil "son totalmente válidas, y entregamos nuestro apoyo permanente para concretarlas, pero solicitamos también que consideren que los funcionarios somos personas que, al igual que los estudiantes, merecen ser respetadas, merecen sentir que la inclusión se aplica de forma transversal, y también exigimos un trato digno".

Declaran que sus derechos están siendo vulnerados, ya que "nos tienen trabajando desde nuestros hogares, sin equipamiento adecuado; muchos encerrados sobreviviendo a sus problemas psicoemocionales, donde para muchos, la universidad es su refugio".

"Nos tienen temerosos por la destrucción de la institución y el impacto que esto generará en la sustentabilidad, perdiendo alumnos y afectando a la próxima acreditación. Las mejoras en la infraestructura de nuestros espacios de trabajo tampoco se pueden realizar al no poder ingresar a las dependencias", complementan.

Las dos asociaciones se declaran "en la lucha por las mejoras, de manera triestamental, pero también exigimos que no nos sigan vulnerando nuestro derecho a trabajar dignamente" y esperan que "desde la lucha por un trato digno hacia los estudiantes, sean ellos conscientes de que están perjudicando el bienestar físico y emocional de las y los trabajadores de la Universidad de Playa Ancha, abran el diálogo en base a las soluciones concretas que han sido entregadas en el corto plazo" y "realicen la devolución de los espacios".

La vocería de los estudiantes en movilización no respondió consultas sobre los planteamientos de esos estamentos para este reportaje. 2

Rector: no a la denostación de las personas

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"Tenemos los mecanismos que nos posibilitan resolver nuestros conflictos y debemos ser capaces de aplicarlos, hacer cambios sustantivos para saber respetarnos y tener una sana convivencia. No podemos permitir que se denoste gratuitamente a ningún integrante de nuestra comunidad", señala el rector Carlos González, quien espera que esta semana concluyan la toma de la Casa Central y el paro estudiantil, de modo que el año académico se cierre el 17 de enero de 2024 y no siga en marzo.

Esta situación, detalló en entrevista el jueves, se ha radicado en el campus Valparaíso, ya que las actividades se desarrollan normalmente en el de San Felipe, en todos los programas de postgrado y las carreras tecnológicas, así como en el ámbito administrativo.

"Los estudiantes saben que tenemos que hacer todas las semanas de clases. No se va a recortar el semestre, no se va a hacer una síntesis, se tiene que impartir efectivamente toda la docencia programada", recalca, y agrega que si el conflicto se mantiene "vamos con las actividades virtuales y la docencia de una forma distinta".

También destaca el rol de los gremios de académicos y funcionarios, que "han colaborado mucho, están muy adscritos a la forma en que hemos llevado el diálogo para resolver la situación lo antes posible".

REPRODUCCIÓN EQUÍVOCA

- Se conoce el relato de los participantes de la toma sobre las vulneraciones en que habrían incurrido los profesores cuya destitución piden, pero no el de los profesores. ¿Niegan estas acusaciones?

- Todo esto comienza con dos profesores de la Facultad de Educación que hacen docencia a una carrera de Humanidades y que habrían tenido relatos que no se condescendían con la mirada inclusiva y sexo genérica que debiéramos tener. Habrían hecho una reproducción equívoca de información y eso habría molestado a los alumnos. Hasta el momento, tenemos solamente una denuncia formal, el profesor fue notificado y está con una medida cautelar de no impartir docencia mientras dura el proceso sumario, acción que tomó la fiscal especializada en la temática de género, y se encuentra en proceso investigativo.

- ¿De cuántas personas estamos hablando? En un comienzo se dijo que eran dos docentes, después cuatro.

- Denunciaron inicialmente a dos profesores en forma verbal y en un caso sí formalizaron ante la Dirección de Equidad e Igualdad de Género. Sabíamos que había otros docentes que mencionaron, pero solamente son parte de denuncias verbales, no tenemos nada formal en esa Dirección o en la Fiscalía para hacer los sumarios si se trata de una temática de género.

-¿Qué medidas se van a adoptar si continúa la toma?

- Hemos continuado con el diálogo a pesar de todas las dificultades que hemos tenido, porque habíamos avanzado bastante con los estudiantes. Hemos hecho un esfuerzo importante en ese ámbito, aprobamos protocolos, nos hemos dado todo un cuerpo profesional de apoyo. Y cuando ocurren situaciones alejadas de nuestra institucionalidad, a nosotros nos complica mucho. Y claro, este paro nos ha complicado, hemos insistido en que hay que seguir el debido proceso.

-¿Descarta el desalojo?

- Frente a un acto violento, lo que no queremos hacer es responder con violencia. Hace dos semanas habíamos llegado a acuerdos en 60 a 70 por ciento del protocolo en la mesa de diálogo, pero al día siguiente vino la retoma de la Casa Central. Hubo documentos enviados por algunas facultades y asociaciones que les molestaron, porque era como volver a situaciones antiguas y ellos quieren un cambio de sentido dentro de las sedes de la universidad. Creemos que para actos de violencia la mejor respuesta es el diálogo, pero muy orientado, muy específico y con límites.

DENUNCIAS POR DAÑOS

- El estamento académico de la Facultad de Humanidades acusa comisión de delitos por participantes de la toma. ¿La autoridad va a presentar acciones legales por esto?

- En el lapso en que se entregaron los espacios de Casa Central, inmediatamente tomamos control. Hubo daños en cinco oficinas de directores de carreras más la secretaría de la Facultad de Humanidades, fueron rotas sus puertas y cerraduras, desordenados los espacios. En la oficina de la secretaria académica fue vulnerado su computador y sacaron información de ahí. Todos estos hechos ya fueron denunciados al Ministerio Público, nuestro fiscal hizo la denuncia y después las querellas respectivas. Como hay responsables de esas tomas, sabemos a quiénes van a ser dirigidas, porque ellos firman un protocolo de que se van a hacer cargo de los espacios y que cualquier daño va a ser sancionado con los instrumentos que establece la ley.

- También atribuye a las vocerías de la toma "una clara intención de denostar infundadamente a colegas, de vetar a personas" y pasar por encima de la institucionalidad.

- Esto es lo que pasa cuando los estudiantes hacen funas a través de redes sociales, de rayados, de pancartas; nadie se hace cargo y denostan a un profesor, a una profesora, a un funcionario, a un directivo, sin ninguna prueba y ponen eslóganes que son muy dañinos. Lo han hecho con un grupo de académicos de la Facultad de Humanidades específicamente. Nosotros les hemos hecho ver en estas reuniones que eso es tan o más violento que lo que ellos han recibido. Y que nosotros tenemos que ser aplicar la institucionalidad. Los estudiantes saben también que estamos en el camino de tender puentes para mejorar las relaciones, porque las actividades van a volver, y necesitamos tener una convivencia más pacífica y sana para el proceso formativo.

-Piden que se garantice un ambiente libre de violencias. ¿Hay temor entre académicos y funcionarios? ¿La Rectoría está en situación de garantizar lo que demandan?

- Es lo que ocurre en cualquier espacio. Lamentablemente, los niveles de violencia en nuestra sociedad han subido de manera increíble. Al volver tras la pandemia, vimos cómo escolares de séptimo y octavo se daban de golpes, incluso uso de armas blancas. En la Universidad habíamos quedado un poco al margen de eso, pero este año hemos tenido una violencia de denostarse, de agredirse verbalmente. A todas las personas tenemos que asegurarles su espacio de trabajo libre de violencia. Hacemos todos los esfuerzos con las conversaciones, con los espacios abiertos, de modo tal que nos sintamos protegidos en la comunidad. Tenemos que ser capaces de producir esta sinergia de apoyo colectivo para superar los conflictos o brotes de violencia que se pueden dar. 2