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Rubén Blades: "Hay que tener cuidado con reemplazar la imaginación por la tecnología"

MÚSICA. El poeta de la salsa es cauteloso sobre la nueva generación de músicos latinos y como político habla sobre Boric y Petro.
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Agencias

Entre muchas otras interrogantes que planteará, Rubén Blades pregunta "¿qué hubiese pasado si yo hubiese tenido acceso a todas esas herramientas?" cuando habla de los nuevos sonidos de la música latina que lideran Bad Bunny o Bizarrap, producidos en buena medida con "samplers" o por computador.

"Hasta los Beatles se hubiesen aprovechado de esas herramientas", afirma el poeta panameño de la salsa en una entrevista con Efe.

Sin embargo, percibe cierto peligro en que la tecnología acabe reemplazando a la imaginación. "Lo que sí creo es que con cada generación se va perdiendo la capacidad de la imaginación en la medida en que aumenta la capacidad de la tecnología", señala Blades, de 74 años, que llama a tener "cuidado" con este asunto.

De blades a rené

El artista se muestra cauteloso con la nueva generación de músicos latinos y apunta que "cada generación al final es la que va a determinar qué es lo que quiere y cómo se quiere expresar. Y yo en eso no me meto".

En cualquier caso, indica que se sigue haciendo buena música latina con contenido social, como la que realiza "un fuera de serie" como René Pérez, Residente, que en su opinión ha ejercido una gran influencia en Bad Bunny en temas como "El apagón".

"Si Bad Bunny no hubiese sido conocido por sus canciones hedonistas no hubiera podido concientizar a tanta gente que no está envuelta en política con canciones como 'El apagón'", insiste Blades.

Aun así, opina que "no toda la música tiene que ser de escape" y asegura que sigue habiendo espacio "para el argumento político, solidario y social".

Volver al barrio

Tras más de dos tercios de su vida sobre el escenario, sigue tocando en directo porque "me divierto mucho. No estoy en Panamá a tiempo completo, pero cuando estoy con la banda siento que estoy allí, en el barrio, con mis amigos", y es un reencuentro con el público, "que cada vez es diferente", dice.

"Es un trabajo que me gusta y en el que creo. Si yo no creyera en las letras sería un suplicio tener que decir cosas que no siento y que no considero importantes. Cada audiencia nueva me hace reivindicar, a través de su reacción, que fue una buena decisión terminar siendo músico en vez de abogado", dice Blades, que es graduado en Derecho de la Universidad de Harvard (EE.UU.).

Y un dardo político: "También es bueno, sabiendo lo corrupta que es la clase política, que haya panameños que trabajen y se ganen su sustento sin necesidad de robárselo al pueblo", defiende.

Opinión sobre boric

Blades no se presentará a las elecciones presidenciales panameñas de 2024, pero apoya la opción de un bloque independiente "interesado en crear una alternativa a la corrupción y mediocridad que existe", al que ayudará con ideas y propuestas.

Lo que más le atrae de un movimiento como "Vamos" es que los líderes políticos como Juan Diego Vázquez y Gabriel Silva son jóvenes que pueden animar a romper la alta abstención para que la corrupción "no gane una y otra vez por el clientelismo".

Respecto a la situación en Latinoamérica, la ve "bien", porque las inestabilidades que experimenta por ejemplo Perú, o las dificultades de la izquierda chilena de Gabriel Boric o de Gustavo Petro en Colombia "forman parte de un proceso", pero lamenta la deriva de Daniel Ortega en Nicaragua, "un tipo al que todos admiramos y que ahora anda quitando nacionalidades a gente que no está de acuerdo con él", o Nicolás Maduro en Venezuela.

En este sentido, percibe que, a nivel mediático, Boric o Petro reciben "todo el arsenal que hay de crítica contra Ortega y contra Maduro", aunque ellos "no sean producto del sistema ideológico del sistema corrupto partidista y clientelista". Sin embargo, son vistos "como enemigos" porque no forman parte de los entornos elitistas.

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Tom Cruise y el difícil rodaje de "Misión Imposible 7": "Siempre me fuerzo en ir más allá"

CINE. El actor grabó en Roma en el peor mes de la pandemia.
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La saga "Misión Imposible" debutó en 1996 con un joven Tom Cruise y 27 años después se estrena el séptimo filme protagonizado por el enigmático actor, que afrontó en Italia uno de los rodajes más complicados de su carrera por la pandemia: "Siempre me fuerzo en ir más allá", asegura en su visita a Roma.

A sus 60 años, Cruise explica a Efe que detrás de ese esfuerzo está siempre su objetivo de "hacer la mejor película para las audiencias", mientras que Simon Pegg, que interpreta a la "mano derecha" del protagonista, definió la cinta como "otra misión imposible".

Titulada "Misión Imposible - Sentencia Mortal", la nueva aventura cinematográfica llega a los cines, dividida en dos partes, la primera se estrenará el próximo 12 de julio y la segunda lo hará en junio de 2024, tras incontables aplazamientos.

Con un presupuesto estimado en 300 millones de dólares, el rodaje fue el primero en verse afectado por la pandemia: Cruise y su equipo se encontraban en el norte de Italia cuando esa zona del país se convirtió en el epicentro occidental del coronavirus en febrero de 2020.

Sin embargo, también fue la primera producción de Hollywood en retomar la actividad con un estricto protocolo que marcó la pauta para el resto de la industria y que les permitió filmar en las calles vacías de Venecia y Roma, por una vez libres de los millones de turistas que las visitan todo el año. Algunas de las escenas más impresionantes de la nueva película suceden en la capital italiana, como una vertiginosa persecución de más de 20 minutos en la que Cruise y su nueva compañera de aventuras, la británica Hayley Atwell, recorren los alrededores del Coliseo a bordo de un viejo Fiat 500.