2023, un periodo económico débil para la zona, en línea con el desempeño nacional
La desocupación marca 8,1%, bajan la actividad del comercio, la producción industrial y el movimiento portuario, mientras distintos sectores aguardan medidas pro inversión.
La tasa de desocupación del 8,1% en el periodo marzo-mayo, la caída del 5,1% en el Índice de Producción Manufacturera en mayo respecto de igual mes de 2022 y la baja también en mayo del 24,2% en doce meses de la carga total movilizada por los puertos, son algunas de las cifras que están marcando el año económico en la Región de Valparaíso.
Refrenda esta situación el comportamiento de las ventas. A nivel regional, las de supermercados cayeron 11,5% en doce meses en mayo, y el comercio minorista experimentó en abril una baja del 12,6% para un lapso similar, mientras la Cámara de la Construcción reportó una disminución del 42% en los permisos de obra nueva en el primer trimestre en comparación al mismo lapso de 2022.
Y aunque el viernes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó al país de la sorpresiva baja de 0,2% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), con lo cual la inflación acumula 2,1% al sexto mes del año y 7,6% a doce meses, la semana partió con malas noticias, porque el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de mayo registró una disminución del 2% en comparación con el mismo mes del año anterior, el mayor descenso desde diciembre de 2022.
A qué responde este escenario y qué se puede esperar para el año, cuando ya se fue el primer semestre, es lo que analizan académicos del área económica junto al presidente de la Asociación de Empresas de la V Región, ASIVA.
De regular a débil
"En términos relativos, la economía de la Región de Valparaíso usualmente presenta variaciones más marcadas que el promedio nacional. Esto se ve evidenciado por la mayor variación de la producción industrial y de las ventas de supermercados comparadas a los mismos indicadores a nivel nacional. Como dan cuenta las cifras, la economía regional muestra los mismos signos de dificultad que la economía nacional en general", expone Alejandro Montecinos, quien es vicedecano de Ingeniería Comercial y director de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Campus Viña del Mar.
Rodrigo Valdés, académico y director de Postgrados de la Escuela de Negocios y Economía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, recuerda que la región no ha sido inmune al impacto de la inflación y el desempleo, que afectan en mayor medida a los sectores más vulnerables de la población, pero también observa que el turismo logró en el verano una pequeña reactivación a partir de una temporada con alta afluencia de visitantes y sin las restricciones impuestas por la pandemia en periodos anteriores, todo lo cual apunta a que "estamos en un escenario regular y se espera que se mantenga así por lo menos durante este año".
"Chile es un país altamente concentrado, no sólo en materia de decisiones políticas, sino también en términos económicos, y lo que ocurre en países con esa característica es que las provincias y regiones tienden a sobre reaccionar" frente a determinados movimientos económicos, señala Manuel Cea, director de Ingeniería en Administración de Empresas de la Universidad Andrés Bello sede Viña del Mar, quien señala que la economía regional "obviamente no está en buen pie", a lo que se suma el mencionado efecto "que nos va a seguir golpeando este año, hasta que no empecemos a visualizar un mejor desempeño económico", vinculado a la contención de la inflación y a la esperada baja en la tasa de interés, que deberían incentivar el crecimiento.
Para el presidente de ASIVA, Gerald Pugh, en 2023 "la economía regional ha mostrado un desempeño débil, al igual que el promedio nacional", y esto, además de los efectos de la pandemia, lo atribuye a factores como el estancamiento de la productividad que registran varios sectores claves para la economía local, entre ellos la construcción; la reducción del empleo formal y la falta de reconversión de los recursos humanos; la excesiva burocracia, que se traduce en largos y complicados procesos de aprobación de proyectos, lo que desincentiva la inversión y el crecimiento, así como la falta de inversión. Todo ello, agrega, apunta a la necesidad "de medidas efectivas y políticas adecuadas que impulsen el crecimiento económico y fomenten la inversión en la economía local".
Esquiva inversión
A la hora de abordar factores como la inversión, Rodrigo Valdés sugiere que no es difícil constatar el déficit regional, y se pregunta en qué áreas o grandes industrias se ha invertido recientemente en la zona. "Ha sido bastante poco, las inversiones importantes han sido principalmente en el sector portuario o en algunas ampliaciones o adquisiciones de equipamiento especializado", lo que lleva a plantearse "cómo se generan incentivos para que las empresas vengan e inviertan en nuestra región, un tema que lógicamente no se ha contextualizado de la mejor forma".
Manuel Cea expone que en esta materia "se manifiesta nuevamente el rezago por un país altamente centralizado". Cree que cuando las tasas de interés comiencen a bajar, "se van a ir ejecutando decisiones de inversión, pero eso no es inmediato", tal como ocurre con los índices de inflación.
"En nuestra región, al igual que en el resto del país, estamos experimentando una baja inversión y la incertidumbre se ha convertido en el principal factor que desalienta a los inversionistas. Es de vital importancia abordar de manera efectiva los cambios regulatorios, las reformas y la excesiva burocracia desde el gobierno, con el objetivo de mejorar la confianza empresarial y reducir la incertidumbre", recalca Gerald Pugh.
El dirigente empresarial recuerda que el último informe del Índice de Confianza Empresarial (ICE) de la Región de Valparaíso de ASIVA -marzo 2023- muestra una variación casi nula en comparación con el informe anterior de diciembre de 2022, y se mantiene en un escenario
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl