El patrimonio de habitar Valparaíso
En los 20 años como patrimonio, el Estado no ha entendido que el objetivo de recuperar el casco histórico es lograr que sea habitado.
En la calurosa Riyadh, capital del Reino de Arabia Saudita, el Comité del Patrimonio Mundial de Unesco revisará una vez más el estado de conservación del casco histórico de Valparaíso, inscrito en el año 2003 como Sitio de Patrimonio Mundial, por su excepcional representación del proceso de modernización y expansión mercantil que vivía el mundo en la segunda mitad del Siglo XIX. Aunque la distinción no ha significado beneficios concretos para gran parte de los habitantes del Puerto, la revisión del caso porteño siempre despiertas expectativas, porque representa una oportunidad para que el Estado chileno renueve su compromiso con el cuidado, conservación, restauración y recuperación del sector fundacional declarado como patrimonio. Lamentablemente, este punto de inflexión nunca se ha dado y muchos de los acuerdos suscritos entre Chile y Unesco, previo consenso en el comité, presentan vergonzosos atrasos o incumplimientos.
Valparaíso recibió en noviembre del año pasado una misión de expertos que entregó 31 recomendaciones para mejorar el cuidado del patrimonio de la ciudad. En su borrador inicial, que se analizará en Riyadh, el Comité no solamente pide a Chile cumplir la totalidad de esas propuestas, sino que precisa la necesidad de que tenga particular cuidado con algunos factores del sitio. Por ello pide "acelerar, como cuestión de prioridad urgente, la implementación de actividades de restauración y conservación, y extenderlas a todos los edificios de la propiedad que necesitan rehabilitación urgente, como un medio, además, para revertir las tendencias de despoblación reconocidas en el sitio". Aquí está descrito el problema central del Barrio Puerto, considerado patrimonial. Su estado de abandono nace del éxodo de sus residentes y ningún plan gubernamental tendrá éxito en su recuperación si no atiende a esta cuestión evidente. Nadie quiere vivir en un lugar donde los inmuebles amenazan con venirse abajo en cualquier momento; menos aún en sectores de asaltos permanentes debido a la falta de resguardo policial, iluminación y actividades comunitarias. La creación de incentivos para el regreso de los habitantes al casco histórico y el Almendral es la gran tarea que debe emprender Valparaíso si realmente quiere defender su patrimonio.