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"Es un sueño que quisiera realizar de todo corazón"

La exbailarina considera "urgente" la reapertura del recinto de su ciudad natal, mientras sigue su labor en el de Santiago.
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El pasado 17 de agosto se estrenó en el Teatro Municipal de Santiago, la ópera "Rigoletto" como parte de su Temporada Oficial 2023. Éste también significó el debut de la viñamarina Christine Hucke como directora de escena en este escenario. "Se juntaron muchas emociones", asegura, por un lado por ser su primera vez en este rol, y por otro, el volver al recinto.

"Yo prácticamente me crié, en términos operísticos, en el Teatro Municipal de Santiago. Terminó siendo una escuela de ópera por muchos años en mi vida", sostiene Hucke, quien en 2008 fue parte de la producción "Viento Blanco" de Sebastián Errázuriz en este mismo lugar.

Otro hito que marca el estreno de esta composición de Verdi es su regreso a lo presencial, luego que en 2021 viera la luz su primer trabajo de dirección en formato digital con la micro-ópera "La Compuerta Nº12" de Miguel Farías para Municipal Delivery. "Son muchas reflexiones, pero todas positivas", manifiesta.

Sobre el resultado dice que "la ópera siempre provoca muchas cosas, y así lo sentí. Ese feedback es lo que yo quería que ocurriera", en el sentido que tras la función "la gente salía muy conmovida y muy eufórica".

Confiesa haber quedado "muy contenta", primero por "esa sensación de volver a ver al público en el Teatro Municipal, las funciones prácticamente llenas todos los días y con esa sensación de haber disfrutado y que se hayan emocionado, por sobre todas las cosas, con un montaje y por ser lógicamente "Rigoletto" de Verdi, que no es menor".

Desde lo emocional

Hucke empezó su carrera como bailarina clásica y contemporánea en el Conservatorio Izidor Handler de Viña del Mar, para luego estudiar teatro en el DuocUC de Viña del Mar, y luego se sumó como asistente de dirección de "Carmen" en el Festival Ópera en el Mar, donde conoció y se enamoró de la disciplina, por lo que en 2014 viajó a Italia con la Beca Ibáñez Atkinson para estudiar dirección de escena de ópera.

De allí ha pasado por diversos escenarios. Por ejemplo, ha colaborado con teatros en Bologna, el Teatro Regional de Rancagua, y la Opera House en Almaty, Kazajistán. Todos muy distintos entre sí, pero como asegura Christine Hucke, "en general me pasa que las emociones, los seres humanos las vivimos a flor de piel bastante similares".

"El trabajo en general en una casa de ópera, cuando existe esta dinámica de trabajo en diferentes teatros es bastante similar, porque hay un orden en cómo se trabaja y tuve la suerte de, por ejemplo, cuando estuve en Kazajistán, de ser muy bien acogida tanto en el teatro en sí, como por los equipos técnicos. Estaban siempre muy pendientes de que todo saliera muy bien y también con mucha conexión emocional", comenta.

"A mí me gusta, básicamente, poder tener una conexión emocional en todo sentido, porque me parece que es la única forma de poder transmitir realmente lo que se trabaja en la previa, con el trabajo antes de mostrarle al público", sostiene.

Formación de equipos

Según cuenta la directora de escena, otro tema relevante para ella dice relación con la formación de equipos para trabajar y dar con el resultado esperado en cada montaje, sobre todo cuando uno trabaja desde algo tan sensible como es el arte". "Lo importante es trabajar con profesionales que, obviamente, tengan las competencias para poder realizar un trabajo al nivel que al menos en mi cabeza está, y partiendo por mí", afirma.

De allí que no fuese un pie forzado el trabajar con dos mujeres para el montaje de "Rigoletto", como son las también chilenas Rebekka Dornhege Reyes, quien realiza escenografías para diversas casas de ópera alemanas; y Constanza Meza-Lopehandia, principalmente conocida por su trabajo en vestuario para cine chileno.

"Fue una preciosa casualidad", sostiene, agregando que "coincidimos en este camino y fue muy enriquecedor conocerlas a ambas, porque cada una aporta desde su color, desde sus vidas, y desde sus experiencias. En ese sentido, encontramos un lenguaje común y logré hacerlas entender para dónde yo quería llevar este timón".

Lo que sí llama la atención es que un mundo -como muchos otros - dominado por los hombres, sean tres féminas las que lideren la puesta en escena. "Sería tapar el sol con un dedo decir lo contrario. Es una realidad, en general, en todos los ámbitos, que los puestos de dirección sí son mucho más utilizados por varones. Pero siento que en el último tiempo se ha abierto o se ha dado un poquito más de oportunidad al género femenino", comenta.

El municipal de VIña

Como viñamarina formada en danza en la comuna, Christine Hucke tiene una especial conexión con el Teatro Municipal de Viña del Mar, que permanece cerrado desde el megaterremoto del 27 de febrero de 2010.

"La primera vez que pisé ese escenario fue cuando tenía 6 años. Me acuerdo con mucha ternura que tenía muy mal equilibrio, y ese escenario en particular tiene o tenía -no sé cómo estará- una pendiente importante. Después de ahí, crecí en ese teatro. Tengo recuerdos hermosísimos, e incluso con la ópera. La última ópera que se realizó, siendo asistente, en ese teatro fue 'Tosca' (2009)", cuenta.

Con toda esta historia, ¿le gustaría liderar un proyecto para el Teatro Municipal de Viña del Mar? "Eso es un sueño que quisiera poder realizar de todo corazón", responde sin dudar. "Uno puede tener muchos sueños y siempre siento que, para mí, son alcanzables, porque creo que así uno debe moverse en esta vida. Pero éste es algo que realmente quisiera poder concretar", añade.

Pero hay más, pues dice que le gustaría también "ser una herramienta para la región". "Creo que nos hace falta mucho conectarnos con la cultura. Siento que somos una ciudad tan hermosa, con tanto potencial y muchas veces, la ópera lírica en sí o ciertos tipos de arte se piensan que son inalcanzables".

"Hay un mal entendimiento, muchas veces, de lo que es el público que va y accede a este tipo de arte, y de los artistas que nos dedicamos a esto, que somos muchos más cercanos", dice y ejemplifica con su caso: "Yo conocí la ópera en Valparaíso en Ópera en el Mar que lideraba en esa época Cecilia Toledo, y yo soy convocada a trabajar. Yo había egresado recién de la Escuela de Teatro, estaba siendo intérprete en esa época, entre la danza y el teatro, y ahí conocí un mundo que se me abrió en esta región".

"Entonces -continúa- creo que estamos muy al debe, en general, en todas las artes. Creo que hay que ponerle mucho ojo a la cultura, pero por un tema no solamente de ir a mirar algo, es porque realmente el arte hace que uno tenga una opinión propia", pero además puede mejorar la vida, sobre todo, de los niños y jóvenes.

Tomando en cuenta todo lo anterior, considera "urgente" que se reabra el Municipal viñamarino. "No puede ser que hayan pasado 13 años, desde el 2010, y un teatro en una ciudad hace que la gente piense. El espectáculo que se muestre -no estoy hablando solamente de la ópera- significa una experiencia que cambia vidas. Entonces, no puede ser que un teatro así sea lo último en que se piense. Y si yo, en algún momento, puedo ser herramienta y puedo ser conectora de lo que sea, estoy absolutamente a disposición", finaliza. 2

Flor Arbulú Aguilera

flor.arbulu@mercuriovalpo.cl