LA TRIBUNA DEL LECTOR
POR GABRIEL BENAVENTE FONT DE LA VALL, PRESIDENTE DE LA CÁMARA CHILENA DE LA CONSTRUCCIÓN VALPARAÍSO
En estos tiempos desafiantes, donde la economía regional se tambalea, las empresas constructoras caen en insolvencia, se destruyen empleos en el sector y la inversión se mantiene en niveles alarmantemente bajos, es esencial que nos detengamos a reflexionar sobre el futuro de la Región de Valparaíso.
Como representantes del gremio de la Construcción y del sector productivo regional, nos preocupa profundamente el rumbo que estamos tomando y las perspectivas poco alentadoras que enfrentamos en términos de inversión y empleo.
La inversión confirmada para la Región ha experimentado una preocupante disminución en los últimos años y, lamentablemente, las proyecciones para los próximos cinco años no ofrecen un panorama más alentador, según el último informe de la Corporación de Bienes de Capital (CBC), informado por El Mercurio de Valparaíso.
Esta situación nos coloca en una posición desfavorable en comparación con otras regiones de tamaño y capacidad productiva similar, como el Biobío, que superará ampliamente nuestra inversión en los próximos cinco años. Esta disparidad refleja un problema más profundo: estamos haciendo algo mal como región, lo que se traduce en una pérdida de competitividad y atractivo para la inversión y proyectos.
La construcción es el motor principal de la actividad económica en nuestra región y la inversión privada históricamente ha sido un pilar fundamental de ella. Sin embargo, en la actualidad los proyectos están virtualmente detenidos, como se evidencia en la caída de los permisos de obra. El escenario para los próximos años no presenta un panorama alentador para la inversión privada en nuestra región, y esto tiene un impacto directo en la creación de empleo. La ocupación en la construcción regional ha disminuido drásticamente y a nivel nacional se han perdido decenas de miles de puestos de trabajo en el sector.
Esta crisis económica y de empleo nos obliga a hacer un llamado a la acción. Debemos tomar medidas concretas para proteger los puestos de trabajo existentes y crear nuevas oportunidades laborales. Esto implica impulsar la inversión y reducir la burocracia que obstaculiza el desarrollo de proyectos. No podemos permitirnos seguir demorando la ejecución de proyectos cruciales para nuestra región.
Además de los problemas internos, persisten factores externos que afectan la inversión, como la incertidumbre en los mercados financieros, la tramitación de reformas estructurales, el ajuste lento de la actividad económica y la inflación, y las condiciones restrictivas para el acceso al crédito. Estos desafíos requieren la atención y resolución de las autoridades competentes y los actores involucrados en la economía.
Una de los problemas -y desafíos- que destacamos es la falta de liderazgo en nuestra región. Por diversas razones, que a menudo parecen ser ideológicas, nuestras autoridades regionales y comunales no han logrado crear un entorno propicio para atraer inversiones y proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas. En lugar de facilitarlas, a menudo observamos obstáculos y desacuerdos que ahuyentan a los inversionistas.
Para revertir esta situación, proponemos una serie de medidas que pueden ayudar a impulsar la inversión regional:
1. Acuerdo Política Nacional - Regional de Promoción de Inversiones: esto incluye pactos de invariabilidad tributaria para sectores estratégicos; planificación a largo plazo en infraestructura y desarrollo urbano y territorial; y creación de la institucionalidad necesaria para llevar a cabo estas medidas.
2. Mejora de la Calidad Regulatoria: modernización de las normativas que rigen la relación entre el Estado y los contratistas; implementación de medidas propuestas por la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad y Fortalecimiento de la certeza jurídica para proyectos de inversión.
3. Garantizar Condiciones Básicas: priorizar la seguridad pública y el respeto al Estado de derecho y erradicar la violencia en todas sus formas.
Para recuperar nuestra capacidad de crecimiento, debemos simplificar la regulación, fortalecer la certeza jurídica, establecer incentivos tributarios para proyectos estratégicos y planificar a largo plazo. También debemos profesionalizar la gestión pública y mejorar la elaboración de proyectos en la región. Sólo a través de la colaboración y el enfoque en la eficiencia y las mejores prácticas podremos superar estos desafíos y volver a encaminar a la Región de Valparaíso hacia un futuro de prosperidad y crecimiento.
Además, es crucial abordar la gestión del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y la "tramitología" ("permisología") que obstaculiza el progreso económico. Las demoras en la aprobación de proyectos y la complejidad regulatoria deben ser atendidas de manera urgente, para crear un entorno más favorable para la inversión y la llegada de talento y capital.
Es hora de que todos los actores involucrados se unan en un esfuerzo conjunto para revivir la economía de la Región de Valparaíso y brindar un futuro más próspero a nuestra región y su gente. La inversión y el empleo son fundamentales para el bienestar de nuestra comunidad y es nuestra responsabilidad tomar medidas audaces y efectivas para lograr un cambio positivo. La hora de actuar es ahora. Y para ello, como gremio, siempre estamos disponibles.