Correo
Complejo análisis
Ha surgido una nueva categoría de analistas políticos: los que llegaron con 50 años de atraso. El 11 de septiembre de 1973 no puede analizarse en términos temporales fríamente analíticos como antes, durante y después, sino sólo con los sentimientos de los que vivimos ese día y estuvimos a favor o en contra. Y como todos hemos tenido los mismos 50 años para reflexionar, nadie tiene derecho a decirnos qué debemos pensar hoy sobre aquel día. Después de varias declaraciones que sólo alimentan egos y, a lo más, discusiones extemporáneas, vemos que las únicas palabras que nos unen son las de los auténticos líderes de todo el espectro político que muy sabiamente no dijeron nada.
José Luis Hernández Vidal
Polarización
El Sr. Boric, quien viajó a París para visitar a un criminal de la peor calaña, que celebró el asesinato perpetrado por el mismo criminal, simplemente porque la víctima pensaba de manera diferente a él. Él, que fue parte de los golpistas del 18 de octubre, actuando como cómplice al amenazar e intentar deslegitimar al Presidente en ejercicio, acusándolo repetidamente de falsedades con amplia difusión. Él, que no titubea en indultar a delincuentes únicamente porque sirven a sus intereses.
Él, que no ha pronunciado ni una sola palabra de condena hacia los eventos que desencadenaron el golpe de Estado de 1973, como las transgresiones repetidas a la Constitución, los constantes atropellos a los derechos de los ciudadanos, a las organizaciones que buscaban alcanzar sus metas mediante el uso de armas y a la dramática polarización del país que provocó el gobierno de la UP. Polarización que él, además, trabaja incansablemente por replicar, llegando a extremos inaceptables, como faltar al respeto a los muertos y sus familias.
Él ha descalificado a todos los actores relevantes en la vida nacional de los últimos 30 años, quienes tristemente, ya ancianos, han doblegado sus cabezas ante la soberbia de la ignorancia y la vulgaridad. Resulta entonces inaceptable que el Presidente, de manera hipócrita, invite a firmar un "nunca más" que él jamás ha profesado y que no está dispuesto a respetar.
Leonardo Cabrera
Críticos días
Hace exactamente 50 años en Chile sucedía lo siguiente:
El presidente Allende se declaraba marxista, al igual que los partidos comunista y socialista, por lo tanto, aspiraban a instalar en Chile la dictadura comunista, tal como en Cuba. Los habitantes sufrían una inflación de más del 500% anual. No existía el Estado de derecho porque el Gobierno no permitía que los carabineros apoyaran los dictámenes de la Justicia. Las industrias y los fundos estaban casi todos en poder de los trabajadores, con interventores designados por el gobierno, y la producción de bienes era mínima, a tal punto que había que importar alimentos básicos, como harina, papas, cebollas, etc., y había que hacer demorosas y largas filas para adquirirlos.
En continuos desfiles de los partidarios del gobierno, la gente de la extrema izquierda, blandiendo linchacos, gritaban con odio "los momios (gente contraria) al paredón (donde la dictadura cubana fusilaba a los contrarios) y las momias al colchón", dando a entender la proximidad de la dictadura que ansiaban instaurar en nuestro patria. El país vivía una efervescencia y un clima de animosidad tal que no era posible generar acuerdos en democracia, sólo era factible una posible dictadura: comunista o militar.
Alfredo Pavez Núñez
Mártires de Carabineros
Sin duda, en la actual escalada delictual que afecta el país, cada cierto tiempo, inexorablemente, Carabineros de Chile debe ofrendar al país la vida de algunos de sus miembros.
Ahora, en esta violencia delictual tenemos que lamentar la muerte del suboficial Alejandro Guerrero Guerrero y del sargento primero Raúl Villegas Ortiz, a quienes les arrebató la vida un hombre que bajo ninguna circunstancia debía estar conduciendo un vehículo motorizado, ya que sus reiteradas contravenciones a la ley por conducir en varias oportunidades bajo los efectos del alcohol, lo hacían merecedor de una prolongada privación de libertad.
Es el momento de preguntarse ¿quién debe responder por estas muertes? ¿El legislador, el juez, el fiscal o un eficiente defensor? La respuesta a esta pregunta ya no tiene importancia, porque nada devolverá el padre a cuatro niños ni los esposos a dos viudas, únicos seres que verdaderamente sufren estas muertes que nunca debieran haber ocurrido.
No pasará mucho tiempo para que nuevamente, fruto de la indolencia y falta de compromiso de nuestras autoridades, tengamos que lamentar la muerte de otros carabineros, quienes al igual de estos dos nuevos mártires, juraron rendir la vida para proteger al prójimo.
¿Cuál cree usted que es la sensación de los miembros de Carabineros cuando ven que la persona que quitó la vida a sus compañeros había sido puesto a disposición de la justicia seis veces y, sin embargo, nuevamente infringía la ley?
Iván Stenger Larenas
Portvención
En el Día de la Prevención del Suicidio invito a hablar también sobre la postvención de este. Entre 5 a 10 personas se ven afectadas tras un suicidio y requieren de un tipo de apoyo. Los llamamos sobrevivientes, es decir, aquellos que viven el duelo por suicidio y hacen el trabajo de volver a tejer sentido a una vida sin el ser querido. Se trata de una pérdida inesperada, traumática y violenta, que despierta una serie de preguntas y emociones, agudizando el sufrimiento y el dolor ante la pérdida.
La postvención son todas las acciones de apoyo y asistencia que se implementan luego de una muerte por suicidio con el propósito de acompañar a esos sobrevivientes en el proceso de duelo, facilitar la expresión emocional y la recuperación después del suicidio.
También es una forma efectiva de prevenir el riesgo de nuevos comportamientos suicidas por parte de la familia o comunidad afectada. Sin embargo, en Chile no contamos con programas y lineamientos específicos para la intervención en postvención.
Aquí tenemos un desafío enorme. ¿Cómo acompañar en el duelo por suicidio? ¿Es un asunto privado o público? Preguntas que renuevan el campo de la prevención del suicidio porque nos invitan a pensar nuevas formas de acogida ante la pérdida y el duelo por suicidio.
Francisco Ojeda Güemes Académico facultad de Psicología y Humanidades, Universidad San Sebastián