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que la Infantería de Marina está copando las calles. Avisa a Tomás Moro, donde despiertan a Allende, que pide que ubiquen a los comandantes en jefe, que no responden. A esa hora, dice el libro de Cavallo y Serrano, Valparaíso y Viña del Mar están bajo el control de la Armada.

A las 7.35 h Allende llega a La Moneda con su fusil AK-47 Kalashnikov y 15 acompañantes, entre ellos sus asesores Joan Garcés, el periodista Augusto Olivares y un equipo del Grupo de Amigos Personales (GAP). Cinco minutos más tarde lo hace Pinochet al Comando de Telecomunicaciones de Peñalolén, donde será "Puesto 1".

Veinte minutos después de su arribo a La Moneda, Allende informa por radio que un sector de la Armada se ha sublevado y que el Gobierno espera nuevas informaciones. La FACh le ofrece un avión para dejar el país cuanto antes junto a su familia, cosa que declina indignado. Tras oír el Bando N°1 de la Junta Militar conformada por los generales Pinochet y Leigh, el almirante Merino y el general de Carabineros César Mendoza, habla nuevamente por radio y afirma que no va a renunciar.

Muerte de allende

Los acontecimientos se suceden como en una vorágine. Conminado a rendirse en un nuevo bando -"si no hay rendición, La Moneda será bombardeada a las 11 de la mañana"-, Allende emite su último mensaje radial que pasa a ser pieza histórica:

"Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan sabiendo ustedes que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor".

Luego reúne en el Salón Toesca a parte de quienes lo acompañan -son en total 76 personas según el libro de Cavallo y Serrano-, les agradece la lealtad y pide que se vayan antes del bombardeo quienes deban hacerlo, incluyendo seis mujeres, entre ellas sus hijas Isabel y Beatriz, a quienes se los exige.

Uno de los tanques apostados alrededor abre fuego contra el palacio y a las 11:52 h se inicia el bombardeo aéreo. "En 16 minutos, los aviones lanzan 18 bombas sobre el edificio", dice Memoria Chilena. Con su metralleta UZI se suicida Augusto Olivares, aumentando la conmoción. Pasadas las 13.30 h Osvaldo Puccio, Fernando Flores y Daniel Vergara salen de La Moneda rumbo al Ministerio de Defensa para analizar condiciones de rendición, pero son apresados y Pinochet reitera que debe ser incondicional. Hay tregua para evacuar La Moneda, cuyos ocupantes se ordenan en dos filas; el Presidente irá al final.

Pero a las 13.40 h se aleja de la fila, entra al Salón Independencia y tras el grito "¡Allende no se rinde!" se dispara en la barbilla con la ametralladora que le regaló Fidel Castro.

Pasadas las 14:00 h, el general Javier Palacios entra a La Moneda, encuentra el cuerpo del Presidente y se lo comunica al almirante Patricio Carvajal: "Misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto".

La balacera del 14

Con toque de queda y las ciudades bajo control militar parte la búsqueda y detención de los principales líderes del depuesto gobierno y de los partidos y movimientos que lo apoyan, al tiempo que muchos de ellos ingresan o intentan llegar a sedes diplomáticas en busca de asilo político, como es el caso del entonces diputado comunista porteño Luis Guastavino.

En la tarde del viernes 14 de septiembre hay en esta ciudad una extensa balacera entre Playa Ancha y Barón, que El golpe en Valparaíso define como un intento de resistencia armada, aunque no ha llegado a establecerse el origen de lo ocurrido.

En el libro, Mario Llancaqueo sitúa uno de los tiroteos en la torre de La Unión, sector Plaza Victoria, del cual huye. "Lo mismo ocurrió en el Almendral, la avenida Argentina y Playa Ancha. Después nos contaron que en el Estadio Playa Ancha juntaron a los muertos y detenidos. De que hubo muertos, hubo".

El fallecido alcalde Pedro Vuskovic estaba preso en la Esmeralda. "Ese viernes hubo un baleo en la noche. Después supe que había sido en una comisaría en los bajos del cerro Larraín. Dijeron que habían muerto 12 ó 15 personas. No hubo nada de eso, solo balas al aire".

Antonio Oyarzo, dirigente vecinal, también estaba detenido. "Como a las 20.30 h empezó un baleo. Lo vimos desde el tercer piso de la cárcel". Un gendarme les dijo que si intentaban tomarse el recinto serían los primeros fusilados.

Iván Vuskovic, hijo del exalcalde, también lo escuchó. "Fue una gran balacera, pero no hubo heridos ni muertos, fue solo el ruido finalmente, lo que hace suponer que también puede haber sido una maniobra de inteligencia", sugiere. 2

11 de septiembre en la memoria

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"Para mí fue tan fuerte el golpe en lo humano que, aunque pueda resultar incomprensible, he tratado de transformar esa experiencia en algo positivo; quizás las grandes tragedias sirvan para eso", dice el exintendente regional, expresidente de EPV y actual presidente de la Empresa Portuaria Austral, Gabriel Aldoney, quien para el "11" hacía clases en la UCV y era dirigente del MAPU.

El miércoles 12 detuvieron a su hermano Jaime, regidor e interventor de la CCU, sometido a tormentos en la Base Aeronaval de El Belloto y desaparecido hasta hoy. El 14 allanaron su casa en Quilpué, se presentó a las autoridades y fue llevado al mismo recinto naval, donde también fue torturado y trasladado luego al buque Lebu. En enero de 1974 partió con su esposa y dos hijos pequeños a Alemania y regresaron diez años después.

"El golpe significó prácticamente que mi familia, en relación con mis hermanos, se desintegrara", refiere y agrega que no existía una fuerza organizada para enfrentar la acción militar. "Eso lo sabían las Fuerzas Armadas y especialmente la Armada, pero aplicaron las normas de guerra sin tapujos y la represión partió el mismo 11".

En la antesala de la Corte Suprema donde esperaban el fallo que condenó a los seis autores del secuestro calificado de su hermano, se le acercó la hija de uno de ellos, lo abrazó llorando y le pidió perdón. "No sólo fue un quiebre para los que fuimos víctimas. Esa joven arrastra el peso de lo que hizo su padre y ha tenido que vivir con eso".

Bork y la cdh

Al oír el Bando N° 1 y el último discurso de Allende, Luis Bork estaba próximo a convertirse en abogado. Pensó "con mucha tristeza que todo golpe militar es vulneración de derechos, uso de la fuerza, no convencimiento ni razón" y optó "por asumir la defensa de tantas personas y ayudar en lo que se pudiera".

Junto a sus colegas Juan Guillermo Matus, Horacio Varela y Fanor Castillo emprendió la tarea en la Comisión Chilena de Derechos Humanos de Valparaíso, cuya primera presidenta fue María Bravo. "Compartimos el dolor atroz de muchas personas, pero también ayudamos a que muchas otras estén con vida", colaborando entre otras cosas en que se pudieran asilar.

La oficina duró hasta el retorno a la democracia y el día antes de que entregaran el local hubo un robo en que desaparecieron todos los expedientes. Bork espera que los 50 años sirvan "para encontrarnos con la verdadera historia, porque el golpe no parte el 11 de septiembre del 73", y "nos permitan una reflexión profunda sobre la democracia y la vigencia de los derechos humanos, que no es otra cosa que todas las personas son iguales en dignidad cualquiera que sea su condición".

"ningún rencor"

El exconcejal Iván Vuskovic, hijo del exalcalde porteño Sergio Vuskovic, tenía 18 años y era militante de las Juventudes Comunistas cuando fue detenido el 24 de septiembre en la Plaza Victoria. Estuvo en la Academia de Guerra donde "se aburrieron de pegarme y me mandaron al Lebu, el 28 de septiembre", relató en El Golpe en Valparaíso.

Luego estuvo en el campo de detención de Colliguay y debió ayudar a construir el de Puchuncaví, donde pudo hablar con su padre, que tras ser detenido el 11 y enviado a Dawson, llegó a ese lugar. Lo expulsaron del país en julio de 1974 y se fue a estudiar a Rumania con una beca que consiguió su madre.

"No tengo ningún rencor ni le tengo mala a nadie, lo que quiero es que por lo menos haya justicia, y que los que hicieron estas atrocidades, paguen. He hecho cuanto la justicia me permite y de los tipos que me torturaron, hay tres presos en Punta Peuco. Creo que hay una polarización política que no le hace bien al país. Hoy milito en el PS y hago el máximo esfuerzo para que busquemos caminos de concordia y acuerdos que permitan que el país supere esta situación tan lamentable".

Rector destituido

"Siempre va a haber diversas versiones de cómo se llegó al '11', pero lo peor es un golpe de Estado y la violación de los derechos humanos durante el régimen militar. Hay que hacer un repudio a eso e insistir en el diálogo", dice Raúl Allard, quien era rector de la Universidad Católica de Valparaíso.

Tras recibir la Universidad, se preparaba la reanudación del año académico cuando participó en una convocatoria de Edgardo Boeninger a los rectores -a instancias de un general de la FACh- para plantear a la Junta Militar las condiciones en que podían seguir en esos cargos. El documento ya había sido despachado cuando el 26 de septiembre fueron citados a las oficinas de la calle Zenteno.

"Al comenzar la reunión, Pinochet nos preguntó si estábamos de acuerdo con lo planteado por Edgardo en el documento. Todos dijimos que sí, él dijo que la Junta no estaba de acuerdo y comunicó la intervención".

Allard fue destituido en octubre de la rectoría y en 1974 se fue a Estados Unidos. Trabajó 12 años en la OEA en Washington y a su regreso fue subsecretario de Educación de Aylwin, intendente de Valparaíso y retomó su actividad académica. 2