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Impresentable caída de Mercado Público

Un ataque deransomwareal proveedor en Colombia afectó la principal herramienta de adquisición pública de nuestro país.
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Un impresentable problema de ciberseguridad por intermedio de un ataque de ransomware (un tipo de malware o código malicioso que impide la utilización de los equipos o sistemas que infecta) al proveedor IFX Networks, con sede en Colombia, inutilizó la plataforma de compras públicas Mercado Público durante la madrugada del pasado 12 de septiembre.

ChileCompra ha señalado que la caída del sistema no ha comprometido la integridad de los datos, ni la información del clientes y proveedores, pero más de cuatro días después el servicio aún no ha sido restablecido pese al grandilocuente "apoyo del Ministerio de Hacienda, del Equipo de Respuesta ante Incidentes de Seguridad Informática del Ministerio del Interior (CSIRT), de la Dirección de Presupuestos, del Servicio de Impuestos Internos y de la División de Gobierno Digital del Ministerio Secretaría General de la Presidencia", lo que tendría a la "Dirección ChileCompra trabajando para restablecer los servicios de la plataforma de Mercado Público, con los respectivos chequeos de seguridad de sus sistemas principales y más de 17 millones de líneas de código".

Asimismo, el servicio asegura encontrarse realizando los ajustes para las licitaciones que tenían cierres programados durante el periodo de indisponibilidad, lo que ha llevado a que para efectuar procesos de adquisición durante el periodo de indisponibilidad las entidades públicas deban emitir en formato físico los documentos que contengan la información del proceso respectivo.

Más allá de la paralización y la afección a estamentos públicos, proveedores, pymes y la millonaria pérdida de dinero involucrada, resulta increíble que mientras el Ejecutivo y el ministro Mario Marcel se felicitan entre ellos tras el Chile Day de Londres, Mercado Público dependa de una infraestructura alojada en otro país y que no cuente con un respaldo inmediato de sus servicios en la nube.

"Una herramienta de gestión clave está fuera de servicio desde hace varios días. Esto significa que la gestión del Estado está paralizada. Es urgente que el Ejecutivo y el Legislativo tomen medidas urgentes", decía solo ayer un desesperado alcalde de la Región.

Como es habitual, casi por Ley de Murphy, tales problemas coinciden con el feriado más largo de todo el año en nuestro país. Si se cumple con levantar el servicio antes del miércoles, será una bendición. De lo contrario, sabremos que sencillamente no somos el país moderno que intentamos vender en el exranjero.

Escribir a mano, ¿un retroceso?

Ilse Capona , Académica Facultad de Artes Liberales, Universidad Adolfo Ibáñez
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En la Edad Media y durante el Renacimiento, antes de la irrupción de la imprenta en los monasterios, los centros culturales que promovían la lectura contaban con los amanuenses, personas que reproducían por escrito textos o aquello que un autor les dictaba para difundir y conservar los registros de época. La transmisión del conocimiento era su propósito.

Han pasado siglos. Hoy, escribir a mano es una práctica relegada, fenómeno que se agudizó específicamente durante la pandemia. Tuvimos que utilizar pantallas y teclados para estudiar, trabajar o hacer trámites. Los cuadernos de caligrafía y las tareas de copias fueron un trabajo dificultoso para menores que cursaban primero y segundo básico, lo que hasta hoy ha impactado en los procesos de aprendizaje.

La situación se ha normalizado y hemos vuelto paulatinamente a retomar tareas en presencialidad. En el área educativa, muchos se cuestionan volver a utilizar el lápiz. Sería volver atrás… un retroceso. ¿Realmente es así?

Una investigación realizada por los psicólogos Pam A. Mueller de Princeton y Daniel M. Oppenheimer de la Universidad de California, en Los Ángeles, concluyeron que al escribir a mano, el estudiante procesa los contenidos de una clase y los replantea, es decir, implica un proceso de reflexión y manipulación que involucra a una mejor comprensión y codificación de la memoria.

Las más recientes investigaciones en neurociencia han develado la importancia que significa la escritura a mano, sobre todo, a nivel cognitivo. El desarrollo de la habilidad de escritura permite que una serie de estructuras cerebrales sean utilizadas, ya que se permite que estas funcionen de manera conjunta y coordinada, en especial aquellas que se vinculan al pensamiento, al lenguaje y a la memoria. El acto de escribir se asocia a la coordinación hemisférica (integración de movimiento, tacto e ideas) para luego plasmarse en un soporte físico Ello se relaciona de manera directa al aprendizaje. El sistema neuroescritural es complejo y multicomponente, implica la activación de diversas áreas cerebrales y su coordinación. Stanislas Dehaene, director de la Unidad de Neuroimagen Cognitiva de la organización francesa INSERM-CEA, señala que al escribir se activa automáticamente un circuito neuronal.

La importancia de escribir a mano es crucial no sólo en la niñez, cuando se está desarrollando en potencia la capacidad cerebral, sino que también en la adultez. Se activan procesos a nivel cerebral que permiten mantener a las neuronas "trabajando". La escritura a mano ayuda a nuestro cerebro y activa nuestra capacidad motora.

El ejercicio manuscrito implica múltiples beneficios, entre ellos, el aprendizaje, la memoria y la concentración; el combate al deterioro cognitivo, el favorecimiento de la creatividad y el pensamiento crítico.

Cuando pensábamos que todo giraba en torno a la tecnología, recordamos a los amanuenses y el valor incalculable de un trabajo altamente enriquecedor.

Familias e hijos

Alejandro González Hidalgo , Cura
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Mientras concentraba la mirada en los títulos de la estantería de una librería no pude evitar escuchar una conversación entre las que atendían -porque en verdad hablaban en tono alto y sin reserva-. Una de ellas comentaba que había logrado comunicarse con una amiga, de la cual no tenía noticias hace tiempo, y que para sorpresa estaba embarazada. Justamente fue una sorpresa, pues contrario a lo común no le felicitó en lo inmediato, sino que le recordó las razones de sus batallas originarias: "…pero ¡cómo caíste! ¡Recuerda que decíamos que el planeta no aguanta más personas, hay escasez de agua y alimentos, no tendrás libertad, todo es caro para mantener hijos y familia…!

Si bien las razones aducidas sobre el embarazo de su amiga son opinables, hay una que me parece la más atendible y razonable, y es la de las condiciones materiales.

Hay una verdad que es incuestionable, las familias tienen menos hijos o, decididamente, las que pueden no quieren tener. Las razones son diversas, pero una razón importante es que no hay condiciones materiales suficientes que den algún grado de certidumbre. Es cierto que antiguamente las familias eran más numerosas por un propósito religioso, pero también por la protección del sostén familiar debido a la alta mortalidad de los niños. Hoy, por el contrario, la expectativa de vida es alta -de hecho, ni la sociedad se ha puesto de acuerdo cómo quiere cuidar a sus ancianos a los cuales les ha prometido una vida larga-, y el dinamismo religioso no impacta del mismo modo a la hora de formar familia y pensar en los hijos.

Sin olvidar que en el ámbito religioso los hijos son un don y las familias que invocan a Dios providente son auxiliadas, urge, a la vez, la necesaria asistencia material y preocupación del Estado para que existan condiciones que favorezcan la decisión de nacimientos en las familias. No hemos dimensionado las consecuencias sociales que significa la disminución de hijos en las familias.

Si las familias con hijos son un bien social, y las condiciones económicas, laborales, seguridad y materiales en general no lo favorecen, entonces, hay que hacer algo. Y sugiero que, en época de impuestos, no vendría mal que los que no tenemos hijos, transitoriamente se nos grave como ayuda concreta a las familias con hijos. Sería un ejemplo de subsidiaridad y compromiso social.