En el mismo umbral de la temporada alta de visitantes, el robo que sufrieron la diputada del Partido Conservador inglés, Caroline Dinenage, y lord John Mark Lancaster, miembro de la Cámara de los Lores, cuando transitaban por la avenida España, justo frente a la Escuela Industrial, fue un mazazo a la sensación de seguridad del turismo. La situación en esta oportunidad es particularmente preocupante, no porque el sistema del robo fuera el truco del "pinchazo", sino porque la Región está ad portas de enfrentar el inicio de la temporada de cruceros, que parte en octubre, y la visita de cientos de atletas del continente que participarán en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos programados para fines del mismo mes.

Aunque no tuvo la violencia de otros hechos, el robo que sufrieron las dos autoridades extranjeras plantea dudas razonables sobre la preparación que tiene la zona para enfrentar esta seguidilla de actividades internacionales con toda la seguridad que se requiere. Al contrario de lo que ocurre con otros ámbitos económicos, el turismo es altamente sensible a la ocurrencia de hechos policiales, más aún cuando este tipo de casos son usados por embajadas y agencias de turismo para advertir a los visitantes interesados en llegar a la zona. Por ello llama la atención que en Viña del Mar, Concón, Valparaíso o Casablanca, por nombrar algunas de las comunas que han definido el turismo como parte de su eje de desarrollo, no se haya materializado una guardia especial para ayudar a los visitantes, especialmente los extranjeros, como ocurre en muchas ciudades del mundo. No se trata de duplicar las funciones propias de orden púbico que son exclusivas de Carabineros, sino de establecer con creatividad y voluntad política un grupo que entregue presencia y apoyo en aquellos puntos de mayor tránsito turístico, para otorgar una sensación de seguridad y una mejor experiencia a los visitantes.

Estas últimas semanas, la agenda noticiosa se ha enfocado en el problema de los socavones que impactan a Viña del Mar. Hemos sido testigos de diversas opiniones, tanto de profesionales expertos en el tema como también de personas ajenas al área de la ingeniería, quienes desconocen los detalles técnicos de cómo fueron construidos los edificios afectados, responsabilizando, en algunas ocasiones, al mundo inmobiliario.

Además de lo anterior, también se ha hablado de la "permisología" en la industria, refiriéndose a los plazos, la gran cantidad de trámites y los documentos que deben ser presentados al momento de solicitar los permisos de edificación, lo que facilita el cumplimiento de la normativa, y con esto facilitando la trazabilidad de todo el proceso.

La industria inmobiliaria es compleja al momento de edificar y desarrollar proyectos, por lo que se necesitan certezas jurídicas y apego a la normativa vigente, especialmente, en obras de esta envergadura. En la actualidad existe la normativa, tecnología y elementos constructivos que permiten edificar en condiciones especiales y sitios complejos como dunas, lo que no quita que se puedan revisar todas las regulaciones y leyes vigentes para esta situación.

Permítanme la siguiente analogía: plantear que el origen del problema de los socavones se debe a la construcción de edificios en las dunas sería como culpar al fabricante de los autos de la congestión vehicular o de los accidentes. Quienes estamos en el área de la ingeniería y la construcción sabemos que los socavones se pueden producir por varios factores, como por ejemplo no mantener adecuadamente el colector de aguas lluvias, también el no considerar medidas de mitigación dado el cambio climático al que estamos hoy inevitablemente sometidos, y que particularmente dadas las intensas lluvias y el terreno en cuestión no tuvo la capacidad de absorción que históricamente mantenía en esa zona.

Es fundamental aclarar dos temas importantes: primero, la construcción en suelos arenosos es totalmente factible, la ingeniería y construcción chilena es de un excelente nivel y ha sido reconocida internacionalmente por sus altos estándares; y como todo en nuestra industria, siempre está abierta a mejorar pensando en la seguridad y bienestar de la ciudadanía. Segundo, los socavones se producen por diversos factores y no necesariamente por las construcciones, tema que merece ser estudiado en profundidad.

En definitiva, apoyamos abiertamente que se realice una investigación rigurosa y, como profesionales de la construcción, estamos atentos a cualquier requerimiento desde el ámbito privado como también desde lo público.