Correo
Mil Tambores
Sobre los Mil Tambores, siempre he pensado que se trata de un carnaval que no está conectado a las tradiciones de la ciudad ni representa un modelo de fiesta popular, pues se vende una idea de cultura comunitaria pero vivida como un producto cualquiera, desconectado del escenario local y más bien con el propósito de la evasión, sea en la hipnosis del ruido ensordecedor o en la ingesta alcohólica o similares, derivando en un espacio de alienación antes que de liberación o de comunidad.
Y por supuesto, la lógica de mercado opera aquí apostando a los jóvenes como potenciales consumidores de una manifestación que se vale del exceso, de la fugacidad y de la transgresión, seguida de su rentabilización que es vendida en todo el país como una invitación a venir a una ciudad más receptiva que ninguna otra al carrete y al goce sin límites, convirtiéndose todo el proceso en algo claramente inconveniente para Valparaíso.
Pero los Mil Tambores son también reflejo de una incongruencia en la medida que sus promotores han declarado su compromiso con promover el cuidado del medioambiente, olvidando la advertencia hecha por la OMS en 2015 frente al riesgo de la población joven de sufrir pérdidas de audición debido a la exposición a ruidos molestos. De hecho, según expertos, 85 decibeles (dB) durante un máximo de 8 horas es el nivel máximo de exposición sin riesgos que el ser humano puede asumir.
Para tener una idea, en clubes nocturnos, discotecas y bares los niveles medios de ruido pueden oscilar entre los 104 dB y 112 dB, y según los parámetros que marca la OMS a partir de los 15 minutos ya no sería seguro.
Personalmente, no sé cuánto tiempo de exposición a los Mil Tambores sería recomendado por la OMS, pero lo del domingo batió todos los límites, ya que la ciudad fue sometida a una bulla infernal por cerca de 10 horas.
¿Qué dirán los detractores de los fuegos artificiales -dado el nivel de agresión acústica que dichos fuegos representan para los animalitos- de lo ocurrido en Valparaíso?
Rodrigo Díaz Yubero
Presupuesto
Visto lo presentado por el Presidente sobre el presupuesto 2024 de la nación, queda claro que el sector fiscal y sus empresas no tienen ningún interés en apretarse el cinturón ante la catastrófica situación que estamos viviendo.
Jorge Porter Taschkewitz
Escenario económico
Se habla que tenemos una sólida economía, lo cual pareciera muy auspicioso. Sin embargo, no me explico que se aumente el gasto público para el 2024 con una proyección de crecimiento de 0% para este 2023 y una inflación de 4,3%, según el último IPoM, más un índice de desocupación de casi dos dígitos.
Con un mayor crecimiento podríamos pensar en un mayor gasto, pero en ningún caso cuando la balanza se inclina sólo para un lado negativo.
René A. Zapata Valiente
Ley de usurpaciones
Diariamente vemos más delitos, crímenes, tomas de terrenos y actos de terrorismo. Y en medio de ello, el Gobierno ingresó el veto presidencial a la ley de usurpaciones que se tramitará en el Congreso Nacional, cuyas indicaciones consideran una rebaja de penas. ¿Estarán amenazadas de algo sus autoridades que primero concedieron indultos y ahora siguen protegiendo a los delincuentes en vez de a las víctimas?
Enrique Alvayay Castro
Razones y soluciones
Cuando alguna autoridad requiere demostrar apoyo de la ciudadanía por encontrarse débil, acude a llamar a sus admiradores. El Presidente Gabriel Boric lo hizo, aunque nadie del Gobierno lo admitió. Quizás es una herramienta lícita pero peligrosa, ya que de allí pueden emerger peligrosos enfrentamientos.
Además de ser una irresponsabilidad, el Presidente debe analizar las causas que motivan su pobre apoyo y tratar de enmendar sus deficiencias, tratando de comprender las razones y buscando soluciones.
Renzo Follegati Ghio
Riesgo latente
"Los Invasores" fue una famosa serie televisiva creada hace más de 50 años, cuya trama giraba en el intento de seres de un planeta que se estaba extinguiendo de apoderarse de la Tierra. Y si bien ese mundo de ficción se extinguía por razones astrofísicas, el nuestro se extingue hoy por razones antropocéntricas.
Como especie inteligente parece faltarnos mucho, pues no hemos sido capaces de mirar, pensar y prever la distancia de cuál sería nuestro destino si ciegamente seguimos los caminos de depredación sistemática. Quizás deberíamos pensar más, ser consecuentes y actuar más.
José Manuel Caerols Silva
La sociedad del olvido
A raíz de la noticia sobre la muerte de una mujer mayor que fue encontrada en su departamento en la comuna de Cerrillos, con una data inicial y aproximada de cinco años, de acuerdo con expertos, es inevitable no reflexionar en torno a la soledad que viven muchas personas mayores en nuestro país.
La soledad no es más ni menos que el reflejo de una sociedad que abandona a sus adultos mayores, un país que hasta ahora ha sido incapaz de incluirlos y dar respuesta a sus necesidades. Habitualmente olvidamos lo que es irrelevante; sin embargo, las personas mayores siguen siendo hoy piezas clave para el funcionamiento y desarrollo social.
Para muchas familias son el sostén emocional y económico, algunas de ellas han debido asumir roles de cuidadores de niños e incluso de otros mayores, por lo que deben ser hoy una prioridad de la política social, sobre todo pensando en el aumento de la esperanza de vida y de la población mayor.
Es urgente que se apruebe en Chile la ley de personas adultas mayores y envejecimiento positivo. Ya es hora de que en nuestro país se integren voluntades políticas para que comencemos a pagar nuestras deudas: deudas en su cuidado, en su atención de salud, en el trabajo, en su participación social, en sus pensiones, entre otras, siendo la más importante la deuda de la memoria, para que no sean ni cinco meses, ni cinco días ni cinco horas de olvido.
Dra. Karina Gatica Chandía Directora Grupo de Investigación en Calidad de Vida, Familia y Envejecimiento, Universidad Autónoma