Presupuesto 2024 y el mito reactivador
La discusión de los programas, proyectos e ítems que incluye la propuesta de Hacienda está marcada por el bajo crecimiento. Crear puestos de trabajo requiere un compromiso mayor del Gobierno central, el regional y los municipios por destrabar todos los nudos que frenan la economía local.
Pese a los intentos del Gobierno por plantear que el Presupuesto de la Nación 2024 tendrá un énfasis reactivador, el inicio de su tramitación en el Congreso quedó marcado por el retroceso en 0,9% de la actividad económica nacional y las altas tasas de cesantía que afectan a varias regiones del país, entre ellas, Valparaíso. Aquí, de forma puntal, la mayor preocupación está asociada a las altas cifras de informalidad laboral, es decir, de personas que deben desempeñarse en trabajos sin contrato, sin acceso a prestaciones de seguridad social ni estabilidad. Sólo en el último año, de acuerdo a las cifras entregadas por el INE, más de 17 mil personas se sumaron a puestos que tenían este tipo de condiciones en la Región de Valparaíso, un cálculo engañoso porque son muchas más las que participan de la economía informal y que no logran ser incorporadas en los boletines mensuales de ningún organismo.
El fenómeno afecta con particular dureza a las mujeres -la mayoría de ellas jefas de hogar-, inmigrantes y jóvenes que se incorporan de a poco a la fuerza laboral. El rubro en el que persiste con mayor presencia este tipo de trabajos es el de comercio y servicios, ambas áreas fundamentales para las economías locales.
Sin embargo, pese a este panorama algo desolador, no hay en el presupuesto ninguna medida, programa o ítem que permita ingresar un rayo de esperanza. Plantear que el Ministerio de Obras Públicas puede levantar la economía del país a punta de proyectos es no haber observado la paralización constante de iniciativas con financiamiento estatal debido a problemas de distinta índole. Crear puestos de trabajo requiere un compromiso mayor del Gobierno central, el regional y los municipios por destrabar todos los nudos que frenan la economía local e impiden dinamizar los ecosistemas de innovación y revitalizar el ritmo de las inversiones. ¿Hay voluntad política para cambiar el curso de Valparaíso y su gente?