LA PELOTA NO SE MANCHA Sin pan ni pedazo
POR WINSTON POR WINSTON
Cada vez que alguien no cumplía con los requisitos para algunos de los tantos concursos en Sábados Gigantes, Don Francisco le preguntaba: ¿Y a Ud. quién le dijo que viniera? Pienso en esta pregunta a raíz de la fallida postulación de Chile al mundial de 2030, cuando se suponía que éramos una hermandad con Uruguay, Argentina y Paraguay.
Uruguay era el estandarte en este triunvirato. Organizadores del primer mundial, la cita en su mítico estadio Centenario era la mejor manera de conmemorar un siglo de fútbol. Si esto no le parece suficiente, agregue los títulos como campeones del mundo: 1930 y 1950.
Argentina, en tanto, también tiene sus pergaminos. Además de ser tricampeones (1978, 1986 y 2022), no hay liga que no tenga a varios de sus jugadores liderando los equipos, siendo ídolos y haciendo historia en cada uno de ellos. Para qué hablar de Maradona y Messi.
Y a Chile ¿quién le dijo que fuera? Bueno, cómo decirlo. Fuimos organizadores del mundial de 1962, donde salimos terceros. También tenemos una Copa América y una Copa Confederación. ¿Con eso no alcanza? Carlos Cazsely fue el primer expulsado con una tarjeta roja en un mundial. ¿Eso no cuenta? La jugada más acrobática de este deporte lleva el nombre de chilena. ¿Tampoco importa? También clasificamos al mundial de 1974 haciendo un gol contra la U.R.S.S. al minuto de juego. Aunque claro, los rusos no estaban, pero fue porque ellos no quisieron venir. Lo de la bengala también es una gran historia…
En la suma y resta, argentinos y uruguayos se dieron cuenta de que el tercer socio aportaba poco a la empresa. Paraguay, en cambio, con menos pergaminos que Chile, tenía el número personal del jerarca máximo de la FIFA, gracias a que el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol es paraguayo.
Seamos sinceros. Podemos tener más currículum que Paraguay, pero siempre nos comen vivos. Nuestros chanchullos parecen niñerías al lado de los de este país que es una especie de Duty Free continental. La tierra de los "relox" y una infinidad de artículos falsificados. Solo ahí la Conmebol puede moverse a sus anchas, como si fuese la Suiza de América del Sur o la "Corrupbol" como la llamó Chilavert, que conoce bien sus tierras. En ese contexto, el presidente de la ANFP, Pablo Milad, es un niño de pecho al lado de cualquier cosa que puedan hacer los paraguayos. Incluso en nuestro medio pesa poco.
¿Sabe de qué equipo era dirigente Milad? Curicó ¿Sabe en qué posición está Curicó en la tabla de posiciones? ¡ÚLTIMO! Este debe ser un récord histórico. No tengo los datos, pero me atrevería a decir que nunca en la historia del fútbol chileno el equipo del presidente de la ANFP ha estado al final de la tabla. Por eso no lo pescan. No quiero ofenderlo, pero Milad es un inepto para el cargo, en el sentido literal del término, no tiene las aptitudes (ni actitudes ni contactos) que se requieren para esta jungla.
A todos nos habría gustado que Chile fuese sede. No solo para clasificar de forma directa, sino además por tener fútbol de primer nivel en nuestras canchas. Pero falta mucho para esa fecha, por eso no me amargo. Mi consuelo es que el Mundial de 2030 será muy distinto a todo lo que conocemos y nos gustaba de esta cita. Basta con ver el ridículo de estas clasificatorias, se juega el 2023 por algo que sucederá el 2026. Insólito.
Para esa fecha ni siquiera sé si esté vivo, si habrá terminado la redacción de una nueva Constitución, si habrá un nuevo estudio de factibilidad para un tren entre Valparaíso y Santiago, si Chupete Suazo seguirá haciendo goles en alguna cancha perdida o si se sabrá finalmente quién es Winston. Cada día tiene su afán.