Correo
Contribuciones
Quizá no es razonable normar en el texto de la Carta Fundamental una materia impositiva, como son las contribuciones. Sin embargo, ello no debiera distraer de la consideración objetiva que lleva a cuestionar muy seriamente la pertinencia y naturaleza de ese impuesto, pues se trata de un tributo repleto de anomalías, escandalosamente regresivo y claramente atentatorio contra el derecho de propiedad.
Los ciudadanos comunes y corrientes, los millones de chilenos que integran lo que vagamente se denomina clase media, normalmente son personas y familias que tienen un inmueble en el que residen y del cual no obtienen ninguna rentabilidad, puesto que el ingente esfuerzo realizado para adquirirlo está más vinculado con los valores de autonomía e independencia que con el descarnado afán de lucro. De hecho, la vivienda propia es un anhelo natural, deseable y legítimo de toda familia.
Pero la abusiva intromisión del Estado ejerce una limitación brutal de ese derecho de propiedad, imponiendo un tributo que con los años se vuelve francamente confiscatorio y se erige en una carga financiera que tiende a ser asfixiante e insoportable para millones de personas y familias. No tiene ninguna lógica que quienes han logrado adquirir un inmueble, y que no son personas que se dediquen al negocio inmobiliario, tengan que pagarle al Fisco virtualmente un arriendo de por vida por el uso y goce de la propiedad de cuyo dominio son titulares. Se trata de un impuesto absurdo, obsoleto, propio de una pesadilla kafkiana u orwelliana, conceptualmente ridículo y éticamente aberrante, que al final les amarga la vida y asesta un golpe letal a las familias comunes y corrientes.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Recursos
Hace unos días, el Presidente Gabriel Boric dialogó con manifestantes de la Fenats movilizados por la desvinculación de 6 mil profesionales de la salud por el fin de la emergencia sanitaria de covid-19. El Jefe de Estado conversó con los manifestantes indicando que "lo que están pidiendo cuesta 50 mil millones de pesos. ¿De dónde sacamos 50 mil millones de pesos?". La respuesta al Presidente es clara: del litio, de ahí puede sacar eso y mucho más, pero usted, por razones ideológicas, lo tiene con el freno de mano puesto.
El Presidente aplicó su ideología y la de sus aliados para definir una añejísima política nacional del litio y dejó cuantiosos recursos sobre la mesa. Entonces, no pregunte después de dónde sacamos $50 mil millones.
José Luis Hernández Vidal
Edad de pensión
Impopular pero necesario es subir la edad de pensión -hoy en 60 años las mujeres y 65 años los hombres-, es uno de los temas técnicos que deben ser discutidos en la actual reforma previsional, pues dicho parámetro no han sido tocado desde el inicio del sistema privado de pensiones en 1981, a pesar que la expectativa de vida de los pensionados ha aumentado cerca de un 50%.
Aumentar la edad de pensión no sólo es perfectamente factible -gradualmente, como en Uruguay, que la retrasó en 5 años-, sino que también una salida técnica a la problemática del destino del 6% de cotización adicional, pues se pueden combinar ambos ajustes de parámetros y no poner presión a sólo uno, que es el aumento de la cotización previsional.
La problemática de la reforma previsional del Presidente Boric es que su foco no está en puntos técnicos que mejoren las pensiones, sino, por el contrario, en cómo permear el modelo de capitalización individual y, por lo mismo, el bajo respaldo ciudadano a su reforma.
Eduardo Jerez Sanhueza
Conflicto
El ataque de Hamás contra Israel es un ataque a toda la civilización occidental, especialmente a la democracia liberal y al Estado de derecho. Hay que dejar en claro que Hamás no busca luchar por la causa palestina por medio de la coexistencia pacífica de dos Estados, sino que destruir a Israel para fundar un Estado islámico yihadista en su territorio, usando el terrorismo para cumplir con sus objetivos perversos. Para ello, Hamás somete a los palestinos que viven bajo su control en la Franja de Gaza y busca exterminar a los israelíes.
Lo último ocurrió el 7 de octubre con hechos aterradores y macabros, ya que desde el Holocausto que no se asesinaba ni se tomaba en cautiverio a tantos judíos en un mismo día. A la fecha, más de 1.200 personas han sido brutal y cobardemente masacradas en Israel y más de 100 tomadas como rehenes en la Franja de Gaza. En definitiva, Hamás ha dejado en claro que es una organización cruel, salvaje e inhumana, igualando a ISIS en sus atrocidades, pero con otro nombre.
A casi ocho décadas del término del Holocausto, está claro que no se ha aprendido de los errores del pasado y el pueblo judío aún no puede vivir en paz y libertad y sin ser perseguido ni aniquilado por el sólo hecho de existir como tal. Por lo tanto, el recuerdo del Holocausto sigue más vivo que nunca y no ha quedado en el pasado como un suceso trágico en la historia, ya que, tal como lo señaló la pensadora liberal de origen judío Hannah Arendt, "en la medida en que realmente pueda llegarse a superar el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió".
Adriano Ventura Cerisola Fundación para el Progreso
Autor porteño
Si bien es cierto que en estos días he leído esencialmente sobre historia política (Magasich, Mansuy, etc.), quiero recomendar a sus lectores el libro "Mensajeras del plomo. J.L. Pueyrredón, detective" (Ediciones Ciccus, Buenos Aires, 2023), del autor porteño Jorge Rivas Pavez.
El personaje central de la novela es José Lucardo "Cacho" Pueyrredón, detective privado e investigador de la vieja guardia, que con audacia y sagacidad busca la verdad y la justicia.
Con saltos en el tiempo, se narran dos historias paralelas del personaje central. En ambas se mezclan lugares típicos, personas singulares de Chile y Argentina, matizado con algunas palabras del lunfardo y el coa, jergas de compadritos malevos, pungas, choros de ambos países.
Pequeñas pinceladas sobre la Guerra Civil española, la batalla de Ituzaingó y el asesinato de J.F. Kennedy ofrecen un marco histórico a este relato, cuyo final es tan sorpresivo como impredecible hasta la última página.
El autor es de mi generación del Liceo Eduardo de la Barra y me ha conmovido la nostalgia de un tiempo pasado en nuestra ciudad.
Iván Vuskovic