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Contribuciones en Laguna Verde

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La actualización de los avalúos en Laguna Verde ha incorporado una enorme cantidad de viviendas irregulares al pago de impuesto territorial arriesgando el patrimonio de familias con gran cantidad de adultos mayores y postergando el anhelo de éstas de poder contar con una casa verdaderamente propia en el futuro".

La situación del cobro de contribuciones a los vecinos de laguna verde dadas las irregularidades y falta de urbanización del sector resulta no sólo inicua, sino que linda con una suerte de enriquecimiento sin causa por parte del Estado.

Conocida es la lucha de los vecinos y dirigentes de Laguna Verde quienes hasta el día de hoy se han movilizado por cosas tan esenciales como tener acceso al agua, poner término a la contaminación por efecto del relleno sanitario, terminar con las mafias de los loteos irregulares, mejorar la seguridad del sector, o generar una zona de extensión urbana para poder contar con luz y alcantarillado. Luego no resulta razonable empezar a cobrar contribuciones a quienes hasta hace poco no las pagaban, cuando dicho cobro no va a asociado a mejora alguna de las condiciones descritas. ¿Alguien puede creer que personas que forman parte de sectores vulnerables, que ni siquiera son dueños de sus propiedades sino de derechos vendidos de manera informal -muchos de los cuales no están inscritos siquiera en el CBR-, o que no cuentan con acceso a caminos pavimentados ni a los servicios más básicos y cuyas propiedades se encuentran en zonas de riesgo que han sido declaradas por la DOM potencialmente inundables van a poder hacerse cargo de un cobro que en muchos casos supera los 120 mil pesos cada trimestre?

No debe olvidarse la naturaleza última de las contribuciones en cuanto constituyen un aporte que realiza el propietario de un predio al Estado o al Municipio que se ven beneficiados con el aumento de su valor, siendo la causa de ese mayor aporte las obras de urbanización que se realizan en el área donde el respectivo inmueble se localiza, o bien los servicios que presta el ente municipal acordes con una mejora objetiva en las condiciones de vida, de modo que el pago de este tributo es una forma de "contribuir" a dicho financiamiento, lo que obviamente supone la existencia de las obras de urbanización que justifican la existencia del tributo, o de prestaciones que signifiquen una mejora en el estado de las calles o las áreas verdes, o el manejo de la basura, o el acceso a los servicios básicos, pues en caso contrario no tendría justificación alguna y debería ser considerado como un simple impuesto al patrimonio cuya viabilidad constitucional quedaría en serio entredicho.

Eso es precisamente lo que está ocurriendo hoy con la decisión del Servicio de Impuestos Internos de cambiar el destino de los predios del sector de Laguna Verde de Agrícola a habitacional para el solo efecto de aumentar la recaudación tributaria, pero sin tomar en cuenta la precariedad y el continuo de irregularidades de la zona, siendo necesario que se revise esta decisión claramente lesiva para una población que solo sabe de precariedad y que amenaza con producir efectos aún peores.

Y a propósito de este asunto, un sector de la nueva convención ha planteado la posibilidad de consagrar la eliminación las contribuciones en el nuevo texto constitucional, asunto que si bien es más propio de rango legal, pone de manifiesto un debate que es urgente dar, puesto que al menos en el caso de Laguna Verde, la eliminación de las contribuciones no sólo no tiene nada de regresiva (aquí los beneficiados serían sectores de escasos recursos) sino que aparece como una medida a todas luces justa y necesaria.

La actualización de los avalúos en Laguna Verde ha incorporado una enorme cantidad de viviendas irregulares al pago de impuesto territorial arriesgando el patrimonio de familias con gran cantidad de adultos mayores y postergando el anhelo de éstas de poder contar con una casa verdaderamente propia en el futuro. Por lo mismo, resulta urgente legislar al respecto. 2

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Exploración

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La generación del conocimiento regional, su centralidad como polo universitario y lugar de confluencia para interesantes visitas que impulsan lo interdisciplinario, debe salir de sus aulas y evidenciar que, desde Valparaíso, se pueden mostrar caminos para aportar en las discusiones globales".

Hace algunos días, el reconocido astrónomo José Maza expuso, en su estilo cercano, entretenido y comprensivo, su charla sobre la Luna en el bello Campus Curauma de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, organizada por la Facultad de Ciencias de dicha casa de estudios.

Ante un millar de personas de la comunidad de Placilla que pudieron acceder de manera abierta y gratuita al evento, muchas de las reflexiones del profesor Maza vuelven a tomar sentido y a resignificarse con un presente, particularmente, inestable e impredecible.

Siendo testigos de un mundo convulso, polarizado, violento y amenazante con el prójimo, Maza nos recuerda la importancia de la Ciencia como espacio de equilibrio y revisión constante de nuestros entornos, para explorarlos y desafiarlos mediante la imaginación y el rigor. El reto está en aplicar métodos que nos permitan avanzar en aquello que necesitamos descubrir o revelar, inclusive, si aquello ya lo hemos revisado en innumerables oportunidades.

La exploración del espacio no tenía mucho sentido en sus inicios para la opinión pública de los países involucrados en esa carrera, tampoco para un sector mayoritario de las élites. Pero lo que logró poner en acción a un conjunto interdisciplinar de sujetos, públicos y privados, de diferentes orígenes culturales y sociales, fue superar la barrera mental de lo imposible.

De hecho, el conocimiento acerca lo imposible, lo desmitifica. Motiva a otros a sumarse porque otorga certezas de aquello que ya no es inalcanzable, sobre todo en la permanente dinámica de lo que nos empequeñece, como es negarnos a observar este mundo (y el Universo que habita afuera, entre nosotros y dentro de nosotros).

La exploración de lo que nos rodea, pero también la que se realiza entre humanos, quiebra nuestros prejuicios y temores. La titánica empresa de ir a la Luna trajo consigo desarrollo científico y civilizatorio, avances que se sostienen hasta hoy y que revolucionaron la tecnología y la cultura.

Las nuevas fronteras son las que motivan al sapiens, que también puede jugar, crear y trascender mientras camina en ese trayecto hacia lo desconocido. El profesor Maza nos recordó que el tamaño de un país no es impedimento para sumarse a la aventura del nuevo viaje de Artemis a la Luna, por lo que Chile no debiera restarse de esos acuerdos en los que, por ejemplo, Colombia, ya se ha suscrito.

Cuando culminó la conferencia del profesor Maza, personas de diversas edades, muchas en la niñez, estuvieron largo rato, un par de horas algunos, haciendo una fila para compartir con el científico y pedir que autografiara sus libros. En tanto, un centenar de personas se lanzaron a los telescopios que instaló la Sociedad Astronómica de Valparaíso (SAVAL) para mirar las estrellas. Era una fiesta, en toda la dimensión de impacto de lo que significa la divulgación científica, abriendo los sentidos de los menores, motivando la inquietud de los mayores.

Esas hermosas imágenes, que nos referencian un futuro lleno de oportunidades para el país y nuestra región si decide apostar por un incremento significativo de sus políticas públicas en materias científicas, contrasta brutalmente con lo que hemos visto en otras zonas de conflicto en el mundo, que incrementan a cada hora su número de víctimas fatales.

La paz se conserva desde la tolerancia y la capacidad de disentir. La estigmatización, así como no movernos de nuestras zonas de confort, ni menos de nuestros pensamientos más rígidos, acrecienta los irreductibles. La generación del conocimiento regional, su centralidad como polo universitario y lugar de confluencia para interesantes visitas que impulsan lo interdisciplinario, debe salir de sus aulas y evidenciar que, desde Valparaíso, se pueden mostrar caminos para aportar en las discusiones globales.

La exploración es parte del destino del Puerto, un punto de llegada y salida para interpelar un presente de trincheras y transformarlo en un futuro de posibilidades. 2

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