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Israel endurece los ataques a la Franja de Gaza y asume retraso de su invasión terrestre

CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó ayer que "en nuestros ataques, asestamos al enemigo el golpe más duro que ha sufrido en un sólo día. Matamos a muchas decenas de terroristas".
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La guerra entre Israel y el grupo terrorista islamista palestino Hamás está dejando un número de muertos sin precedentes en Gaza, cifra que supera los 5.800, luego que la noche del martes el ejército israelí bombardeó más de 400 objetivos en la Franja y mientras continúa la presión internacional para la entrada de ayuda humanitaria a ese territorio.

Asimismo, Israel asume de forma cada vez más abierta que podría retrasar su invasión terrestre de Gaza mientras endurece sus bombardeos para "aplastar" a Hamás, en el decimoctavo día de guerra que le enfrenta con el grupo islamista.

"Estamos atacando a nuestros enemigos con una fuerza tremenda", dijo ayer el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una visita a los soldados movilizados a la línea divisoria con Gaza, que desde hace más de dos semanas están pendientes de si realizan una incursión terrestre en el enclave que por ahora no se ha producido.

Mientras que días atrás esta operación parecía inmediata, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, admitió ayer que el paso que llevaría la guerra a una nueva fase militar podría retrasarse por "consideraciones estratégicas y tácticas".

No obstante, los bombardeos sobre Gaza no cesan y castigan cada vez más a su población civil, un ritmo de ataques que Israel quiere mantener "para aplastar a Hamás", destacó Netanyahu, que aseguró que los ataques del lunes sobre el enclave fueron "los más duros" en lo que va desde el estallido de la guerra el pasado 7 de octubre.

700 muertos

Según las autoridades sanitarias de Gaza, en 24 horas entre lunes y martes hubo más de 700 muertos por bombardeos, cifra de víctimas que no se había visto en un día, hasta ahora.

En la tarde de ayer denunció que los bombardeos mataron a una cincuentena de personas en una hora, y otras decenas de muertos y heridos iban llegando a los hospitales a medida que se acerca la noche, después de que Israel lanzara "más de 12.000 toneladas de explosivos" en los 18 días de guerra, concretó un portavoz del Gobierno de Gaza.

"Ayer, en nuestros ataques a Gaza, asestamos al enemigo el golpe más duro que ha sufrido en un sólo día. Matamos a muchas decenas de terroristas", afirmó Netanyahu, que remarcó que Israel "va hacia la siguiente etapa" de su ofensiva, una posible referencia a la operación terrestre que se hace esperar.

Hasta ahora, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, los muertos en son al menos 5.800, entre ellos más de 2.300 niños.

También hay más de 16.200 heridos, así como 12 hospitales y 32 centros de atención primaria "fuera de servicio" por los ataques o la falta de combustible que les deja sin electricidad, denunció hoy Sanidad. Según aseguró, el personal sanitario tiene que renunciar a tratar a muchos heridos o enfermos por la falta de material médico o medicinas, lo que pone aún más en peligro la vida de los gazatíes.

A ello se suma una creciente "ola de enfermedades epidémicas" que ya afectan a más de 3 mil personas, en gran parte niños, en un enclave donde Hamás y otras milicias palestinas están dispuestas a seguir lanzando cohetes, lo que ayer volvió a hacer sonar las alarmas en el centro de Israel y Tel Aviv.

Hamás dice que resistirá a largo plazo, también a la posible invasión por tierra. A su vez, mantiene rehenes dentro del enclave a unos 220 israelíes y extranjeros, algo que puede usar para condicionar las acciones israelíes y que según expertos y medios puede estar retrasando su incursión, ya que Hamás podría disponerse a liberar los civiles capturados, mientras sigue la presión de familias israelíes con rehenes en Gaza, que ayer protestaron en Tel Aviv por su liberación y por una acción más fuerte de su Gobierno.