La escena política local enjuicia las luces y sombras del proceso constitucional 2023
Mañana el pleno del Consejo votará el texto final, cerrando así un trabajo de siete meses que deja conformes a unos y poco convencidos a otros de cara al plebiscito de diciembre.
Próximo a su desenlace está el segundo proceso para dotar a Chile de una nueva Carta Magna, camino iniciado luego de que en septiembre del año pasado un 62% del electorado nacional se inclinara por rechazar la propuesta de la entonces conformada Convención Constitucional, lo que derivó en una segunda intentona, esta vez, a través de un Consejo Constitucional, más acotado en miembros y con plazos más ajustados para afrontar su tarea.
Siete meses después del comienzo de esta ruta, mañana los 50 integrantes del pleno de esta instancia transitarán por uno de sus últimos pasos al votar en el pleno la propuesta de nueva Constitución; ello tras ratificar -a inicios de esta semana- el informe que entregó la Comisión Mixta, conformada por seis consejeros y seis comisionados, que trabajó a full durante las jornadas previas, discutiendo y aprobando 32 observaciones que había hecho la Comisión Experta.
El texto definitivo
Un borrador definitivo, que el jueves se "conoció" por primera vez a través del sitio oficial del proceso constitucional 2023, de casi 49 mil palabras de extensión, 201 páginas, 17 capítulos, 217 artículos y 62 disposiciones transitorias, el cual de aprobarse -lo que se espera ocurra con la mayoría que tiene la oposición entre Chile Vamos y el Partido Republicano en el órgano-, será despachado oficialmente y entregado al Presidente Gabriel Boric el próximo 7 de noviembre. Tras ello, el 17 de diciembre en las urnas la población nuevamente definirá su posición frente al texto, determinando si se transformará o no en la nueva Constitución Política del país.
Y si bien restan ciertas formalidades, como la campaña informativa sobre el proceso que debe desplegar la Secretaría General de Gobierno, además de la campaña electoral propiamente tal de las alternativas en pugna ("a favor" y "en contra"), y no habiéndose convocado el Comité Técnico de Admisibilidad hasta el cierre de esta edición, es un hecho de que -en su fondo- el proceso debería concluir mañana, lo que abre el debate nuevamente sobre sus contenidos y disposiciones.
Todo ello en medio de definiciones ya explícitas por parte de partidos como Renovación Nacional o la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, en ambos casos aprobando la propuesta
¿Deja conforme a los actores políticos este segundo apronte? ¿Es este borrador que se votará mañana una propuesta que suscite miradas de consenso en medio del clima beligerante que se ha instalado en la escena? ¿Cuál sería la proyección de este texto de cara a las urnas, en diciembre próximo? ¿Podría zanjarse la cuestión constitucional en esta fase o quedaría aún en ascuas el desenlace?
A esta y otras interrogantes se sometió un cúmulo de parlamentarios, exconvencionales, delegados y actores involucrados con el fin dilucidar y adelantar el debate que se vendrá durante los próximos 48 días, de cara al nuevo plebiscito.
¿conformidad?
El exconvencional Raúl Celis (RN) asegura que "el resultado de este proceso es satisfactorio". No obstante, admite, que hubiese preferido que "se lograra un mayor acuerdo entre las fuerzas políticas de izquierda y de derecha, más amplio, aunque sectores extremos del Frente Amplio y el PC, y también de derecha extrema, lo hicieron imposible".
"Si bien puedo tener diversas críticas a la forma en que se desarrolló el proceso, respecto del fondo creo que se trata de un buen proyecto, inmensamente superior al de la Convención Constitucional del año pasado, porque se inserta dentro de la tradición constitucional histórica que ha tenido Chile y además aborda otros aspectos relevantes como el estado social de derecho, la incorporación de derechos sociales", enjuicia el también exintendente de Valparaíso.
Éste da crédito a la labor al Consejo al mejorar el anteproyecto de la Comisión Experta que "adolecía de una serie de vacíos o silencios en materias críticas, que son las que provocan desencuentros, como salud, educación y libertades económicas".
Disímil visión tiene Magaly Fuenzalida (Ind. pro FRVS), integrante de la Comisión Experta, quien asegura que la propuesta que en junio este órgano entregó al Consejo Constitucional era "un texto equilibrado, habilitante, que, sin dejarnos felices, era uno en el que nos veíamos todos y todas, y resultado de los acuerdos". Sin embargo, "hoy cuesta ver en lo que terminamos", dice.
La periodista asegura que "la mayoría circunstancial del Partido Republicano, sin aprender de los errores del proceso pasado, se atrincheraron apoyados por RN y la UDI, y prácticamente hicieron de nuevo dicho anteproyecto, pero esta vez a su imagen y semejanza, sacándonos por completo del texto a la centro izquierda".
"Hoy tenemos como resultado un texto maximalista, que promueve el abuso disfrazado de medidas populistas que no van a resolver los problemas de los chilenos y chilenas y lo que es peor, va a profundizar nuestra desigualdad social y económica junto con las dificultades para el acceso a derechos", asegura.
"Sin lugar a dudas que primaron más las mayorías que la voluntad de acuerdos", dice el quilpueíno Miguel Ángel Botto (PD), exconstituyente por Independientes No Neutrales. A ello no le añade un juicio de valor, pues "lo asumo como tal y con la misma vocación democrática acepto las mayorías que se puedan haber ido imponiendo, quizás a veces de manera poco dialogante o con poca voluntad de llegar a acuerdos. Pero entendiendo que hay un verdadero espíritu demócrata, al menos de mi parte hay que aceptarlo".
Botto sí hace énfasis en un elemento, a su juicio, clave: "Es importante que la gente sepa que esto no es pétreo, que las mayorías siempre son circunstanciales", sincerando su expectativa de que la elección parlamentaria de 2025 será relevante al escoger a quienes podrían impulsar las leyes y modificaciones que habilitarían parte importante de las disposiciones del proyecto en materia social.
"Creo que otros elementos externos al debate constitucional han atravesado este proceso, como los que están a favor o en contra de las derechas, los que están a favor o en contra del Gobierno, los que están por una opción u otra en el camino presidencial de 2025", sostiene.
"Espero que la ciudadanía tenga una muy buena lectura para decidir de manera informada, sin mirar a los líderes políticos, sino a los expertos en derecho constitucional, especialmente en materia de que todo se puede modificar y estos no son textos pétreos", insiste.
MATICES EN EL congreso
Desde el Parlamento, y como activo observador del proceso, el diputado Luis Cuello (PC) no termina de estar conforme con el texto que se someterá a escrutinio este lunes, y lamenta que la propuesta emanada desde el Consejo Constitucional sea "reflejo de un ideario ultraconservador, que retrocede en lo político y social".
"Los republicanos, quienes tienen la responsabilidad de contar con la mayoría en el Consejo, lograron algo que parecía imposible: redactar un texto peor que la Constitución del '80, más retrógrado y más favorable a los abusos y a los intereses del gran empresariado. Constitucionalizar las AFPs y las Isapres está muy lejos de la noción de Estado Social de Derecho que se comprometió en las bases", asevera, alertando también sobre los retrocesos políticos que impondría "un binominalismo disfrazado" y el "riesgo a la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales".
Marcelo López M.
reportaje@mercuriovalpo.cl