LA TRIBUNA DEL LECTOR Premval de Quintero-Puchuncaví
POR MARCOS TRICALLOTIS, CONSEJERO REGIONAL
El pasado 18 de octubre de 2023 se rechazó en la comisión de ordenamiento territorial del Consejo Regional de Valparaíso la modificación de la "imagen objetivo" (es decir, la visión general de la planificación de la comuna) del Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso (Premval) para la bahía industrial de Quintero y Puchuncaví. Modificación formulada por la Seremi de Vivienda y Urbanismo (Minvu). Al día siguiente, durante la sesión plenaria, debido a que el bochorno de la derrota para la ultraizquierda sería abrumador, los profesionales del Minvu optaron por retirar la propuesta acogiendo - desconozco hasta qué punto- las observaciones del Consejo Regional.
Pero, ¿por qué se rechazó la imagen objetivo del Premval Quintero-Puchuncaví, siendo que era una necesidad altamente sentida por la comunidad de la zona? Todo esto teniendo en cuenta que, debido a las intoxicaciones masivas en 2018, la Corte Suprema (Rol N° 5888-2019) dictó una sentencia que instruyó a diversos órganos de la administración del Estado a enfrentar la urgencia de atender el deterioro ambiental asociado a la concentración industrial en Quintero y Puchuncaví. Lo que siguió, por supuesto, fue la presión para modificar la imagen objetivo del Premval Quintero-Puchuncaví de 2014, con el objetivo de congelar o reducir el crecimiento del parque industrial existente. Es importante señalar que el Premval de 2014 establece 1.229 hectáreas de usos peligrosos exclusivos, de las cuales hoy son 385 hectáreas consolidadas. En el entretanto, el estigma de "zona de sacrificio" ha sido recitado como un mantra -pero sin proponer soluciones verdaderamente sustentables- por la ultraizquierda.
En los siguientes párrafos voy a explicar por qué el Premval que proponía el Minvu no era sustentable. Todo esto, teniendo en cuenta que la sustentabilidad se entiende hoy como un concepto amplio y que abarca las dimensiones ambiental, social y económica. Para ello, en primer lugar, es importante entender que la modificación del Premval no soluciona per se el grave problema de la contaminación de suelos -con arsénico, antimonio y cobre-, ni tampoco la emisión de aire dióxido de azufre (SO2) desde el Complejo Industrial Ventanas. Así y todo, el Premval se sigue vendiendo como la panacea para el problema de la contaminación por "nobles" políticos que han hecho de la "lucha ambiental" su bandera de lucha.
Segundo, el nuevo Premval propuesto hace referencia a un mayor espacio de áreas verdes (aumento de 37%) y equipamiento urbano (aumento de un 16%), pero a costa de hipotecar el desarrollo energético-estratégico del país, comprometiendo incluso nuestra seguridad nacional.
Si bien se recalifica la actividad productiva existente -en el área industrial consolidada- (debido a que serían estratégicas Puerto Ventanas, Gasmar, Enap y Copec), al pasar de actividad "peligrosa" a "molesta", no se permitirían futuras actividades industriales de producción de energía en 700 hectáreas adicionales. Lo anterior, incluso por muy limpios y seguros que fuesen los procesos para producir energía a partir de gas natural, hidrógeno verde, o hasta reactores de fisión nuclear de última generación.
De esta manera, este tipo de industrias quedaría con el calificativo de "peligroso" sin importar el tipo de tecnología empleada. Consecuentemente, va a quedar al arbitrio de la autoridad de turno la instalación de nuevas industrias de vanguardia, tecnológicamente limpias y eficientes. De oportunidades laborales futuras bien remuneradas que se podrían crear, ni hablar; simplemente, "no se oye padre".
Cabe destacar que según la definición dada por el nuevo Premval como "actividad peligrosa" se califica toda actividad con alto riesgo potencial debido a contar con materias primas, procesos o insumos de carácter explosivo o índole eminentemente peligroso. Esto independiente de la tecnología empleada para su manejo y procesamiento.
Lo expuesto anteriormente es también una mala noticia para la minería y, particularmente, para Codelco, que ya no podría reconvertirse en una megafundición tecnológicamente avanzada -esas que no contaminan-, capaz de procesar más de más de un millón de toneladas de cobre. Así, los planes de generar un mayor valor agregado al concentrado de cobre quedarían seriamente comprometidos. Es más, según la imagen objetivo del nuevo Premval, se espera que Codelco Ventanas cierre al año 2027. Es decir, contrario al discurso de la izquierda "industrial", cada vez mayores proporciones de cobre se venderían como concentrado (es decir, como materia prima con pobre procesamiento), a "precio de huevo" y con un bajo valor agregado para el país. ¿Quiénes ganan con esto?
Creo sinceramente que el Minvu debería reformular completamente este Premval, dando cabida a un nuevo polo de crecimiento eco-industrial en un área que ya tiene esa vocación. Esta vocación industrial renovada permitiría instalar industria energética, química o de procesamiento de cobre con tecnologías limpias que prácticamente no contaminan y pueden convivir con otros usos de suelo. En cambio, lo que está haciendo la autoridad es desaprovechar el costo-oportunidad de una zona que es altamente estratégica para el país y que podría generar más ingresos para el Estado a través de impuestos e innovación con valor agregado, así como también empleos de alta calidad. Con el debido respeto, ¿acaso pretenderán que todos vivan del turismo?
Adicionalmente, si bien la expansión del humedal Maitenes-Campiche es positiva para mejorar la calidad ambiental, los paños verdes deben considerar espacio para tecnologías de remediación por contaminación de metales pesados y aclarar el uso que van a tener por parte de los habitantes. Es un error maximizar la ocupación de espacios públicos sin considerar la remediación de suelos contaminados y la transformación de industrias contaminantes a tecnologías limpias. Por las razones anteriores, se debe considerar la erradicación de las tomas ilegales en el sector sur del paño, pues es un riesgo además para la salud de esas personas.
Por último, el nuevo Premval considera el retiro entre 2023 y 2025 de varias termoeléctricas a carbón, lo que parece razonable. Sin embargo, dado el escenario de restricción energética e hídrica que seguiremos enfrentando, la empresa ENEL que funciona a gas natural, y la desaladora Aconcagua no se consideran como "estratégicas" por este instrumento. En conclusión, la modificación del Premval Quintero-Puchuncaví está altamente ideologizada por la doctrina del "decrecimiento" (es decir más pobres, pero más felices). Así como está planteada la modificación de este instrumento de planificación territorial no solucionará el problema de la contaminación; al contrario, generará más problemas sociales al incrementar la cesantía y la falta de oportunidades que se arrastran de hace por lo menos una década en Chile.