Correo
Inquietud
El 24 de octubre observamos cómo afuera del Colegio Montemar, en Concón, cuatro delincuentes golpearon a una mujer, robándole su cartera y auto. Después de dejar a la mujer en el piso, los asaltantes escaparon por el sector de Los Pinos, hacia el Camino Internacional.
Este camino de tierra y tránsito lento es utilizado constantemente como una vía de escape hacia sectores de bajo control policial. Lamentablemente, las autoridades de la comuna no han tomado ningún resguardo al respecto y, peor aún, no están viendo el peligro que significa la futura conexión entre el sector de Bosques de Montemar y el Camino Internacional a través de la avenida Blanca Estela, una vía de tres pistas asfaltada que, sin lugar a dudas, facilitará la fuga de delincuentes.
Urge un plan municipal, en conexión con las policías, que resguarde puntos clave de la comuna y, al menos, obstaculice la comisión de estos delitos.
Pablo Venezian
Prioridades
Mientras la educación pública se desmorona por la carencia de estructura básica, ausentismo escolar, pésimos resultados en las evaluaciones de los estudiantes, violencia en liceos tradicionales, fracaso de la reforma escolar en su diseño, aplicación y control, extendidas suspensiones de clases (en Atacama), huelgas de profesores y la crisis que enfrentan los nacientes SLEP, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo (PC), está preocupado de impulsar una profunda reforma curricular en su contenido, enfoque y formas de enseñar y aprender.
¿No será prudente primero reconstruir la casa y después amoblarla?
Francisco Bartolucci Johnston
Desmesurado vaticinio
El parecer del presidente del PPD, en el sentido de que "una Constitución más a la derecha que la actual puede ser el detonante de un nuevo estallido social, aún mayor que el de 2019", no hace más que agregar frivolidad a la política en general, y en particular a la cuestión constitucional.
Las razonables demandas que impulsaron la asonada del 18-O y semanas posteriores, buscaban mejorar las pensiones, la salud, la educación; terminar con los abusos de las grandes empresas; solucionar el problema endémico de la vivienda, como también incrementar y fortalecer el empleo. El salto desde esas necesidades a radicar todos los males de la sociedad en la Constitución fue una operación política urdida por los operadores parlamentarios, que arrastraron artificiosamente al país a un proceso constituyente que hoy vive un nuevo hito.
No fue la Constitución la que desencadenó aquella dinámica de salvajismo, barbarie y destrucción, sino el insaciable prurito voluntarista de la izquierda, manifestado en propósitos, palabras y acciones.
Por lo mismo, hoy parece una conducta burlesca e insensible, una ironía jactanciosa y vulgar, que el mismo dirigente que hace unos años se proponía demoler el "modelo" con una retroexcavadora, se permita la insólita desmesura de vaticinar nuevos estallidos sociales si no se satisfacen sus particulares expectativas ideológicas con el proceso constitucional en curso, nacido de ese voluntarismo ciego que tiene a nuestro país virtualmente estancado.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Política y responsabilidad
Los dichos del senador Quintana sobre un nuevo estallido social carecen de toda responsabilidad y prudencia. A más de cuatro años de lo acontecido en octubre de 2019, pareciera que una parte de nuestros dirigentes aún no exhibe la madurez que se requiere en momentos de especial complejidad. El recuerdo de la violencia en las calles, el grito desesperado de cientos de miles de chilenos que nos enrostraron el mal camino por el que iba el país y el fracaso del cauce institucional de la primera Convención deberían ser suficientes para evitar poner en riesgo nuestra democracia. Lo que el senador opina agrega más incertidumbre a una sociedad agotada y donde la desesperanza crece diariamente.
Una tierra donde la inseguridad se transformó en la tónica común de las conversaciones, con un crecimiento promedio en la última década inferior al 1%, con un desafío habitacional que presenta un déficit de viviendas que supera el medio millón y con un retroceso en materia educativa -como demuestra la reciente crisis en Atacama-, arriesga demasiado como para aceptar la mera idea de que la violencia vuelva a instalarse.
Si el senador y tantas voces dirigentes que lo avalan se detienen a pensar en los desafíos que enfrentamos, no queda espacio para estas opiniones.
No es honesto, por lo demás, anticipar dicha situación. No es responsable condicionar la política del diálogo a través de chantajes. No es prudente en momentos donde nuestros líderes deben mostrar por qué los hemos elegido.
Miguel Ángel Fernández Docente investigador Faro UDD
Falta de conciencia
Preocupante son las cifras recopiladas por Carabineros sobre el alza de siniestros de tránsito causados por automovilistas ebrios, aumentando un 16% durante el año 2022 en comparación con 2021 y un 26% respecto al 2019, antes de la pandemia. El tema reflotó cuando supimos del lamentable accidente con personas heridas protagonizado por un conocido periodista que conducía en estado de ebriedad.
El problema es mayor cuando vemos una baja percepción del riesgo entre la población, según nuestros estudios en Aprocor. El 65% de los chilenos teme más ser detenido por Carabineros conduciendo en estado de ebriedad que provocar un accidente (14%). Además, el 50% considera que es sencillo evadir los controles policiales, posiblemente debido a la disponibilidad de aplicaciones móviles que alertan sobre ellos.
Los números son sumamente desalentadores y nos preocupa esta evidente falta de conciencia de las personas. Es clave unir esfuerzos entre los sectores público y privado para reforzar campañas como "conductores ni una gota", con el fin de prevenir los actos irresponsables por parte de los individuos.
Juan Pablo Solís de Ovando Presidente de la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Aprocor)