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Trapitos al sol

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El golpe noticioso de Ciper tiene un largo paño por cortar, aun cuando en el audio queda claro que se habrían pagado coimas a funcionarios del SII y de la Comisión para el Mercado Financiero, a partir de un intrincado sistema para conseguir información privilegiada y sacar dividendos económicos de aquello".

¿Qué pueden tener en común las dos noticias más comentadas de esta semana: el audio filtrado que devela supuestas coimas por parte del conocido e influyente abogado Luis Hermosilla y el término de la relación entre el presidente Gabriel Boric e Irina Karamanos? Que ambas llenaron páginas y páginas de los medios e hicieron furor en redes sociales, pese a tener niveles de relevancia muy disímiles.

Porque el audio en el que Hermosilla conversa con la abogada Leonarda Villalobos y el empresario Daniel Sauer transparenta una operación ilegal cuyo tamaño y alcance todavía no conocemos y que probablemente demoremos años en destapar. El propio hermano del profesional, Juan Pablo -quien asumió su defensa- partió por reconocer que en la situación había derechamente un delito, pero lo más probable es que esto sea solo la punta de un tremendo iceberg, como lo fueron los casos Penta, Soquimich o Mop-Gate. Y lo más factible también es que no se llegue a ninguna parte, salvo a algún chivo expiatorio que, en buen chileno, pague el pato.

Más allá de aquello, el golpe noticioso dado a conocer por Ciper tiene todavía un largo paño por cortar, aun cuando en el audio queda claro que se habrían pagado coimas a funcionarios del SII y de la Comisión para el Mercado Financiero. Aquello, a partir de un intrincado sistema para conseguir información privilegiada y sacar dividendos económicos de aquello, según afirman en la grabación Hermosilla, Sauer y Villalobos, para financiar su "caja negra". A eso se agregan frases icónicas del abogado, como "aquí estamos haciendo una huevá que es delito" y la "broma" a su colega, a la que trata de "psicópata bien orientada".

Caso aparte es el inicio de la conversación, cuando Leonarda llega contando que la asaltaron y se quejan del estado de la delincuencia en el país. Plop, como diría Condorito.

El audio es claro y no queda mucho para la imaginación. El problema es que la trama probablemente no empieza ni termina en esa conversación, sobre todo considerando que las redes del prestigioso abogado abarcan el mundo político urbi et orbe. No por nada militó en el PC, es íntimo del exministro UDI Andrés Chadwick y hasta ahora defendía también al asesor de Boric, Miguel Crispi, en el caso Convenios.

Hasta ahora, hay más preguntas que respuestas. Según radio Biobío, Villalobos admitió en Fiscalía haber grabado la conversación, pero falta todavía seguir tirando la madeja para saber datos esenciales como quién filtró el audio y para qué. Y luego, quiénes más están involucrados, pues es de suponer que no es solo un ménage à trois.

En un área completamente distinta, hubo otro tema que ocupó largos minutos televisivos en los matinales, donde los conductores gozaron comentando el "chismecito" de la semana, aun cuando tiene cero gravedad, no hay ilícitos involucrados y no se coimeó a nadie. Pese a aquello, el diputado Andrés Jouannet, de Amarillos, consideró que el hecho de que el presidente Gabriel Boric haya terminado su relación con Irina Karamanos y haya "visitado a una señorita" en La Reina, ameritaba emitir un oficio en el que la Cámara le preguntara oficialmente a la ministra del Interior, Carolina Tohá (que claro, debe estar con poco trabajo en estos días), por la "seguridad del presidente" en sus actividades extralaborales.

Puedo ser grave o quizás sufro de lo mismo que muchos chilenos, de desesperanza aprendida. O sea, no se espera nada y aun así el mundo político logra decepcionar al país. Ahí se entiende por qué el Congreso figura en el top five de las instituciones peor evaluadas por la ciudadanía. Pero ya seguir apuntando a convertirnos en un país bananero, pareciera que rebasa todos los límites.

¿A quién le importa con quién sale o deja de salir el mandatario? ¿Se publicó acaso cuando Sebastián Piñera peleaba con su esposa y ella no quería ni darle la mano? No, porque aquello es parte de la vida privada de las personas y Gabriel Boric tiene derecho a ella, mientras esta no influya en su labor. Está bien sacar los trapitos al sol en casos donde la probidad está claramente puesta en juego o donde no se hace la pega, pero no tratemos de tapar los temas relevantes metiéndonos en las sábanas del presidente. 2

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¿Puro Chile?

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La pregunta es si de verdad alguna vez fuimos un país menos corrupto que el resto del vecindario o la diferencia está en que ahora contamos con los medios para ver más allá, prensa libre y medios tecnológicos que nos permiten conocer casos que antes se callaban o se escondían bajo la alfombra".

El 2023 está llegando a su fin y, salvo ese paréntesis de felicidad que nos trajo la organización y desempeño de nuestros deportistas en los Panamericanos, resulta difícil no estar preocupado y ser pesimista respecto al año que viene.

Esta semana ha estado marcada por los asesinatos en la zona y los casos de corrupción que, al igual que los delitos, ya parecieran ser pan de cada día. A inicios del 2019, el humorista argentino Jorge Alís le preguntaba al monstruo de la Quinta Vergara: "¿Qué pasó con el chileno? Ustedes eran honestos, no robaban o no robaban tanto, no se notaba... Pero en eso nos copiaron y lo hicieron tan bien que nos superaron. Roban los políticos, roban los empresarios, los militares, ¡los carabineros!, ¡los carabineros chilenos eran los más honorables del mundo!".

Unos meses después de su presentación, se produjo el violento estallido social que muchos interpretaron como una respuesta a un sistema que protege y favorece a los más poderosos. Ahora que se han calmado las cosas y la ira ha dado paso a un traumático proceso constituyente, el fantasma del resentimiento vuelve a aparecer a raíz de nuevos casos.

Primero fue el esquema para estafar al Estado a través de las fundaciones y esta semana, conocimos el audio del abogado Luis Hermosilla, dando cuenta de que todo lo puede comprar "don dinero". Después de casi 5 años, la pregunta del Jorge Alís vuelve como un eco sobre los chilenos: ¿Qué nos pasó?

Durante años, los defensores de Augusto Pinochet justificaron la dureza de su régimen asegurando que lo había hecho por Chile, jamás en beneficio propio. Tiempo más tarde, la evidencia, conocida en sus últimos años, indicó lo contrario. El que antes aparecía como un general intachable, ahora no era muy distinto al resto de sus pares latinoamericanos y africanos.

Quizás parte de esta idea de Chile como un país impoluto se construyó a partir de la importancia simbólica que le asignó la Dictadura a la figura de Diego Portales. Los textos escolares, durante años, repetían el relato de historiadores conservadores. De acuerdo con esta lectura, Portales había abandonado una próspera carrera como comerciante para dedicarse a la política. Frías Valenzuela en su famoso manual, en el que estudiamos muchos, decía: "El desinterés de Portales, que no cobraba sus sueldos a pesar de hallarse en la mayor pobreza, hace escuela entre políticos y funcionarios".

De esta forma, se fue construyendo el mito de Portales. El del ministro como un arquetipo de lo que debía ser un funcionario público y, gracias a él, el de Chile como una excepción frente al resto de las realidades latinoamericanas. Se hizo una lectura literal de sus cartas y no se revisó con suficiente acuciosidad el archivo. Ahí se pueden encontrar otras cosas del ministro, no incriminadoras, pero sí lo suficientemente relevantes como para desmitificar la figura del Portales incorruptible. Hay evidencia de que vendió artículos de guerra al gobierno mientras era ministro. También se comprometió a hablar con el Ejército para que le compraran los uniformes a uno de sus amigos y que hizo excepciones a sus conocidos para que no participaran en la Guardia Cívica. Por último, la pobreza de Portales era relativa y conveniente de expresar en cartas que iban dirigidas a sus acreedores y a la madre de sus hijos.

Portales y Pinochet son solo dos casos, para mí, no poco relevantes. La pregunta es si de verdad alguna vez fuimos un país menos corrupto que el resto del vecindario o la diferencia está en que ahora contamos con los medios para ver más allá, prensa libre y medios tecnológicos que nos permiten conocer casos que antes se callaban o se escondían bajo la alfombra. Quizás el mito de que Chile no era corrupto fue solo eso. Ahora es un cuento, uno que ya nadie cree. 2

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