Los recursos para la reconstrucción
La atención de los damnificados y el plan de reconstrucción representan un desafío mayor para los presupuestos de 2024 y 2025.
El gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, advirtió ayer que uno de los impactos perdurables del megaincendio que azotó hace tres semanas a Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache, será el suministro de alimentos para las cerca de 20 mil personas que resultaron damnificadas y aún no cuentan con servicios básicos. Hay actualmente en funcionamiento, planteó el jefe regional, 66 ollas comunes, cuya continuidad o reemplazo por un sistema distinto de seguridad alimentaria requiere la atención urgente de las autoridades, porque la proyección inicial es que esta situación se extenderá, al menos, por todo este año.
Aunque esta es sólo una de las condiciones de emergencia que se mantendrán durante un periodo largo de tiempo, sirve de ejemplo para ilustrar la preocupación que comienza a asentarse en algunas oficinas gubernamentales sobre la magnitud de los recursos que serán destinados a la catástrofe y el impacto que dicho flujo de fondos puede tener en la atención de las otras urgencias regionales.
Antes de que las llamas arrasaran con más de 6 mil viviendas, la zona trataba de enfrentar muchos de sus desafíos económicos con un presupuesto regional que no tuvo el reajuste esperado, parte del cual deberá ser destinado ahora a asumir los gastos de reconstrucción. Esto significa un efecto colateral concreto en las justas aspiraciones de aquellas comunas que no sufrieron la emergencia y que necesitan todavía del apoyo regional para dar solución a problemas como la falta de agua potable, altos índices de cesantía, una sequía de fuerte impacto en el agro y el crecimiento de los homicidios, por nombrar sólo los que más mencionan los alcaldes, vecinos y gremios productivos.
Más allá de la respuesta políticamente correcta que entregó a este Diario la delegada presidencial, Sofía González -"Existe un ítem de emergencia, que es la glosa 7, que está sólo planificada para ese fin y el resto de las prioridades, seguridad, habitabilidad, salud, tienen sus partidas independientes", dijo-, es evidente que los planes de atención a los damnificados y la reconstrucción de barrios enteros representarán un desafío mayor para los presupuestos 2024-2025 y no se aprecia en el oficialismo una estrategia común para abordar este problema.