La macroeconomía municipal en Viña
Aunque dio su aprobación a un cambio presupuestario, el Concejo Municipal está preocupado por las finanzas de la ciudad.
Como un fantasma que no quiere irse, la sombra del déficit presupuestario se cierne otra vez sobre Viña del Mar. Esta semana, el Concejo Municipal aprobó una primera modificación presupuestaria que busca reacomodar el erario 2024, equivalente a $145.602 millones, para cuadrar la deuda flotante y el saldo inicial de caja. Esta movida reinstaló entre varios concejales una genuina preocupación sobre el manejo de las finanzas viñamarinas y las alertas sobre falta de recursos para pagar algunos servicios básicos de la ciudad, como la mantención de áreas verdes y el retiro de aseo, a partir de agosto o septiembre de este año, remiten al recuerdo de la preocupante situación económica que vivió el municipio en alcaldías pasadas.
La difícil situación financiera que enfrenta gran parte de las comunas del país es conocida y obedece a un problema estructural que ningún gobierno ha podido resolver con eficacia, pero Viña del Mar tiene muchas más herramientas para encarar este problema mejor que otras. Las rentas que recibe de su Casino Municipal, los ingresos permanentes por el pago de contribuciones, patentes comerciales y de servicios, sin mencionar las concesiones que reportan grandes recursos a la comuna, como el Festival de Viña, son activos importantísimos que, misterio mediante, nunca han sido suficientes para mantener saneadas las arcas municipales por demasiado tiempo.
La implementación de una auditoría externa se hace indispensable para identificar los problemas administrativos, pero ya es hora que la gestión alcaldicia reconozca que un incremento de 12% respecto del presupuesto 2023 fue una jugada arriesgada que plantea dudas sobre su verdadera inspiración si antes del primer tercio del año ya comienza a poner en aprietos el cumplimiento de algunos pagos. Las perspectivas de ingreso tienen un punto a favor este año, debido a la licitación del Festival de la Canción de Viña del Mar, cuyo resultado se conocerá en mayo, pero todo indica que esos ingresos serán insuficientes para enfrentar la coyuntura que pone a la comuna en el camino de un nuevo año con déficit. El desafío alcaldicio es sincerar la situación económica viñamarina, aunque ello signifique admitir errores de cálculo.