Promesa de viviendas en 2 años
Quizás las únicas palabras concretas sean las que dijo la seremi de Vivienda, Belén Paredes, sobre plazos de reconstrucción. A todo esto, ¿dónde está el gerente Coronado?
Dimensionar la catástrofe de Viña del Mar y Quilpué no se puede reducir sólo a las 135 víctimas del fuego, pese a que cada una de aquellas vidas representan el sinónimo de la indefensión estatal y municipal ante los incendios del 2 de febrero. La herida larga, la de las familias afectadas, damnificadas y golpeadas por la tragedia, tardará años en cicatrizar, ello si es que alguna vez consigue hacerlo.
Ante la excesiva tardanza del Gobierno, muchos ya han comenzado a levantar sus viviendas por iniciativa propia ante la realidad climática otoñal consumada para esta Semana Santa, de noches frías, agresiva llovizna matinal y días húmedos. Las autoridades aseguran entender la "frustración" de los damnificados, pero lo cierto es que la molestia por la ineptitud ya los ha llevado a tribunales, donde once familias consiguieron que la Corte de Apelaciones de Valparaíso dictara una orden de no innovar que paralizó el decreto de demolición municipal para El Olivar. Algo que la alcaldesa Macarena Ripamonti también dice "entender".
Ayer fue el turno de la seremi de Vivienda, Belén Paredes, quien debió poner la cara ante las familias dada la inexplicable ausencia -en términos sociales y operativos- del supuesto gerente para la reconstrucción, el socialista y ex director del IPS, Patricio Coronado, y de la descorazonadora inmovilidad del director del Serviu, Rodrigo Uribe. La seremi Paredes explicó que se reforzarán las obras de habilitación para evitar riesgos de remoción en masa o por pendientes, o sencillamente se relocalizará a las familias, para lo cual es menester generar una nueva oferta habitacional en terrenos mejor ubicados y con mayores áreas de consolidación.
De las eventuales 170 medidas, nadie tiene muy claro si están definidas o no pasan de ser una declaración de principios, como lo esboza el resumen ejecutivo del Plan de Reconstrucción jamás detallado de forma pública. No hay mucho que hacer ahí, por cuanto la burocracia y la ideología juegan sus propias partidas en La Moneda y en el despacho del ministro Carlos Montes. Pero donde la seremi se juega algo más que su cargo es en la promesa solapada de que, si bien el Plan es a cinco años, las viviendas serían abordadas en un máximo de 24 meses. A sólo horas de cumplir los dos primeros, es preciso recordarle que sus palabras garantizan una solución habitacional para los damnificados antes de que el Presidente Boric deje el poder.