Licitación del Festival de Viña
Este viernes, con la apertura de las ofertas técnicas y económicas, se conocerá a los principales interesados en el evento. Es probable que cualquier oferta que privilegie la renta lo haga a costa de las otras condiciones puestas por el municipio en las bases de licitación.
Tal como ocurrió en procesos pasados, la licitación del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar entra en su recta final con la renta de concesión como el ítem clave que puede zanjar el canal o productora que organizará el evento para los próximos cuatro años. Esto significa que los oferentes más propicios para quedarse con el certamen se conocerán este viernes 5 de abril, cuando se realice la apertura de las ofertas técnicas y económicas para el evento, que en su último periodo estuvo a cargo de una alianza entre Canal 13 y TVN. La adjudicación será un mes después, luego que la comisión a cargo pondere también los otros aspectos que aparecen como relevantes para las autoridades viñamarinas, entre ellos el plan de promoción turística para la ciudad y el compromiso de actividades que permitan conectar mejor al Festival con los distintos barrios de la comuna.
Renta, promoción y vínculo con los barrios son elementos que no tienen ninguna relación directa con la organización de un espectáculo artístico que aspira a mantenerse como el evento de música popular más importante de Latinoamérica, pero son reflejos de la importancia integral que tiene el Festival para la historia e identidad de Viña del Mar. La dicotomía es evidente y como las circunstancias económicas son adversas, es probable que cualquier oferta que privilegie la renta lo haga a costa de las otras condiciones puestas por el municipio en las bases de licitación. La decisión que tomen la alcaldesa y los concejales tendrá una trascendencia de largo plazo, porque este proceso cierra el periodo de licitaciones millonarias por al menos cuatro años. La concesión del Casino de Viña ya está en régimen y no será renovada en una década más, por tanto, al día siguiente de adjudicar el Festival, las autoridades viñamarinas deberán pensar qué nuevas formas de ingreso pueden implementar para una administración que, pese a todos estos apoyos, presenta un déficit estructural en sus finanzas.