Los descargos de Julio Ventura
El director de Obras de Viña del Mar acudió a la comisión que indaga el desarrollo inmobiliario sobre el campo dunar.
Mientras el trabajo de relleno y la reducción del perímetro de seguridad permitirá a los habitantes del edificio Santorini volver a los departamentos que evacuaron hace siete meses, la Comisión Especial Investigadora (CEI) de la Cámara de Diputados avanza en su indagación sobre las causas de que colapsara el colector Reñaca Norte, ubicado en el campo dunar de Cochoa, Viña del Mar, provocando dos grandes socavones.
En la instancia parlamentaria, el director de Obras Municipales de Viña, Julio Ventura, enfrentó los cuestionamientos que lo ponen como uno de los responsables de aprobar los edificios afectados y admitir un desarrollo inmobiliario desmedido. En su defensa, el DOM explicó que nunca recibió en su oficina el informe realizado por Sernageomin en 2005 sobre los riesgos de remoción de masa que existían en el campo dunar y criticó la vaguedad de la actual ley, que impide a las direcciones de obras exigir un estudio previo de mitigación o riesgo ambiental a los proyectos inmobiliarios. Sobre la acelerada urbanización del campo dunar, Ventura se remitió a señalar a los secretarios comunales de planificación como los encargados directos de liderar los cambios urbanos en las ciudades y definir qué nuevas reglas se suman a los planos reguladores. "Nosotros sólo tenemos que aplicar las normas", se defendió el director de Obras.
En su búsqueda de "chivos expiatorios" del desastre ocurrido en Cochoa, los diputados seguramente apuntarán ahora a los exsecretarios de planificación comunal en Viña y Concón, sin percatarse que la construcción de reglas y definiciones sobre el desarrollo económico, social y urbano de una comuna es un proceso mucho más complejo y con más intervinientes que los mencionados hasta ahora. Esa falta de densidad para abordar el problema permitirá a los parlamentarios de la CEI apuntar con el dedo a quienes presuma como responsables políticos del excesivo crecimiento inmobiliario en las dunas de Concón y Viña del Mar, y hasta encontrar a quién culpar directamente del colapso del colector Reñaca Norte, pero no les mostrará el mejor camino para impedir que estos problemas vuelvan a ocurrir.