"Los equipos en el Ascenso tienen que correr y Wanderers no está corriendo"
Casi veinte años pasaron para que Luis Sánchez Cruz volviera a la primera línea en la dirigencia de Santiago Wanderers. El ingeniero comercial, quien era presidente del club el 9 de diciembre de 2001, cuando el equipo de Jorge Garcés consiguió la tercera estrella del Decano, se alejó de la institución tras concluir su periodo en 2005.
"Hace tiempo había pensado en volver, pero me había reprimido. Uno cuando está de dirigente puede ver los sinsabores, los tiempos que se pierden, nadie te agradece y no ganas un peso. Pero el cariño siempre existe y uno de repente dice que está dispuesto a cooperar. Se lo dije a la directiva y me dijeron que me integrara", relata el hijo de Reinaldo Sánchez, quien ingresó la semana pasada al directorio de la sociedad anónima caturra en lugar de Gianni Rivera.
Pese a que por su profesión dice estar más cerca del ámbito de las finanzas y el marketing, no esconde su interés en involucrarse en el aspecto deportivo de la institución.
- Va a ser director de Wanderers junto a su padre, Reinaldo, y su hijo, Matías.
- No lo había pensado. Es que toda mi familia es wanderina, mi papá y mis hermanos hemos hecho la pega con el club, hicimos wanderinos a nuestros hijos y nietos. Son pocos los de otros equipos y ya están desheredados.
- Usted fue presidente en el momento que Wanderers obtuvo su último título, pero también hubo malos momentos en su gestión. ¿Por qué volver después de eso?
- Me alejé de la presidencia porque cumplí mi periodo. Con éxitos y fracasos, ya había cumplido. Tenían que venir otras personas, ya no era mi momento. Eso no quita que siempre apoyara al club, aunque nunca me llamaron. Jamás lo hizo la sociedad anónima y menos el Movimiento de Restauración Verde. Y cuando volvió mi viejo ahora le dije que no iba a participar. Es medio masoquista estar acá.
- En la vida uno aprende mucho más de los errores que de los aciertos. ¿Qué enseñanza le dejaron todas las equivocaciones que cometió cuando fue presidente del club?
- El que diga que no cometió errores es un mentiroso, de eso uno tiene que sacar experiencia. Yo creo que era muy joven para asumir la tarea de ser presidente, además me sentí muy solo en ese momento. Nosotros teníamos al gremio como soporte, pero se fue descascarando y algunos se fueron. Le tenía que pedir ayuda a mi padre y a mí eso no me gustaba mucho. También cometí muchos errores con la prensa, porque uno es joven y a veces pisa el palito y no tiene la cabeza para responder a preguntas complicadas, debería haber tenido la mente fría para contestar y no hacerlo en caliente, porque podía decir cosas que herían o eran malinterpretadas.
- También tuvo conflictos con jugadores del plantel campeón. Hubo un gran desencuentro con Arturo Sanhueza, por ejemplo.
- No soy patrón de fundo, pero cuando un trabajador te dice que no hará lo que le estás pidiendo, se le finiquita, se le paga lo que debes y se despide. Pero con los jugadores de fútbol es distinto. Te dicen que se quieren ir todos los días… En ese tiempo más encima me metí a estudiar un magíster y unido al cargo, fue demasiado. De hecho, después me separé. Hubo muchas cosas que me hicieron explotar en situaciones con la prensa o con los jugadores. Por atrás mi papá me decía 'respira, tranquilízate', pero ya las cosas estaban dichas. Cuando eres dirigente y tienes a tu cargo mucha gente con caracteres distintos, debes ser un líder, si tú explotas, qué le queda a ellos.
- Cuál es el diagnóstico que hace de la institución en este minuto en términos deportivos.
- Ni la gente, ni los dirigentes, ni el cuerpo técnico, ni los jugadores están contentos por el rendimiento del equipo. Pero antes que todo hay que analizar lo que está pasando en el fútbol en el día de hoy y luego analizar a Wanderers. Cuando volvió mi padre -yo no quería que lo hiciera, pero mi hijo y mi hermano lo convencieron- el club estaba a punto de ser comprado por gente que no era wanderina, extranjeros, hasta unos rusos anduvieron por ahí. Es lo que pasa en otros equipos, es cosa de mirar al lado a Everton, Calera, San Luis, o a la "U" con sus escándalos con Huachipato. El contexto actual es complicado, porque los representantes no pueden ser dueños de clubes, aunque digan que no lo son, mandan a sus palos blancos, influyen en las decisiones de los clubes y hasta en decisiones de la Selección. Wanderers se encontró con muchos representantes metidos adentro que les hacían la vida imposible a los dirigentes, se llevaban a los cabros jóvenes ofreciéndoles el oro y el moro. Además, había gente en el primer equipo que se creían dueños del club y a los dirigentes los pescaban poco y nada. Viana era un caso, Ubilla era otro. Ni un cariño por el club, sólo pensaban en que les pagaran. Y está bien, porque son profesionales, pero creo que debiera haber una relación diferente cuando eres formado en la institución. Hay jugadores que ni siquiera se consolidan y terminan en otros clubes de segundo orden en el medio local, donde no juegan. Está bien que busquen una mejoría económica, pero las mejoras van a llegar en la medida en que se desarrollen futbolísticamente.
- ¿Cree que el equipo actual tiene opciones de subir directamente?
- Deportivamente no lo veo bien al equipo. No me gusta mandar mensajes por la prensa, porque hay una situación que se debe analizar entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, ahí hay que decidir, con la cabeza fría, qué le conviene más al club. Confío en los jugadores, aunque hay rendimientos bajos. A Wanderers no se le ve un equipo sólido, lo veo lento, es una opinión personal como hincha, el miércoles pasado fui elegido director y me tengo que interiorizar de todo, pero mi última opinión de hincha es que falta un remezón en jugadores, técnico y dirigentes, que se digan las verdades para salir de este hoyo en que estamos metidos. Ojalá este fin de semana retomemos el rumbo, pero yo lo veo complicado.
- Su hermano Andrés, presidente de la comisión fútbol, señaló que a fines de la primera rueda habría una evaluación de todos, jugadores y técnico.
- Es lo que corresponde.
- ¿En esa evaluación se pueden finiquitar miembros del plantel o al entrenador?
- Obvio. Si bien hay contratos firmados hasta fin de año, hay que ver qué le conviene más al club. Y si no queda otra que decirles 'hasta aquí llegamos', se debe analizar. Ojalá que no pase y siga el cuerpo técnico y los jugadores comprendan que esto depende de su rendimiento y actitud. Yo creo que todos quieren aportar, pero a lo mejor falta un remezón.
- ¿Ve que el equipo tenga opciones reales de subir directamente o piensa más bien en la liguilla?
- Creo que en este momento todavía hay posibilidades, pero se están alejando en la medida que llegan resultados negativos. Yo creo que los equipos en el Ascenso tienen que correr y veo que Wanderers no está corriendo.
"Yo creo que era muy joven para asumir la tarea de ser presidente (de Wanderers), además me sentí muy solo en ese momento".
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