"Mi intención es narrar hechos históricos que no son muy conocidos y hacerlos más amenos"
El autor ha explorado temas, principalmente, relacionados con la historia marítima del país. Este año espera sacar una nueva novela.
El jueves pasado se iniciaron las celebraciones del Mes del Mar, y en la Quinta Zona Naval uno de sus protagonistas fue José Miguel Huerta Marín, quien es parte de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile, y miembro de la Liga Marítima.
A pesar de que sólo estuvo dos años en la Escuela Naval Arturo Prat, y actualmente se dedica a las finanzas en un frigorífico de Osorno, ha dedicado gran parte de su tiempo a conocer la historia de la marina; la cual también corre por sus venas, ya que es descendiente del contraalmirante Ismael Huerta Lira -destacado hidrógrafo-, y del almirante Luis Muñoz Artigas.
Sus indagaciones
Por eso, a la hora de entrar de lleno al mundo de la escritura, se decidió por los temas navales. Es así como ha escrito las novelas históricas Hijos de dos guerras (2019) y Agonía en el mar (2020), y una tercera viene en camino bajo el nombre En la senda del Almirante; a las que se suma otra publicada que se relaciona con la Región de los Lagos, llamada Estero Minte y Puente Cancura. Dos tragedias, dos amores (2022).
"A mí me gusta mucho la historia y siempre he leído mucho", sin embargo, "me pasa, y creo que a la mayoría de la gente, que me gusta más leer la historia novelada", dice Huerta. Una pasión que viene de cuando era adolescente y leyó Adiós al Séptimo de Línea y Los húsares trágicos, ambos de Jorge Inostrosa.
"Los hechos que él narra son totalmente exactos en lo que se refiere a la historia, a las fechas, a las batallas, a los lugares geográficos; pero lo adorna, por decir de alguna forma, con una novela", sostiene. "Entonces -sigue- mi intención es narrar hechos históricos que no son muy conocidos y hacerlos más amenos de lo que es leer un libro propiamente de historia".
La primera historia que noveló le llegó por casualidad. Esto porque había trabajado en la historia de su propia familia - En la huella de Huerta en Chile, que no ha sido publicada oficialmente- cuando su jefe le pidió que hiciera algo similar con sus antepasados.
Es así como Hijos de dos guerras narra la historia de una familia chilena de ascendencia alemana y croata. El abuelo paterno es un alemán llegó a Chile siendo el tripulante más joven del "Dresden" durante la Primera Guerra Mundial; mientras que el materno arribó con su familia croata, luego que huyeran de la dictadura de Josif Broz, Tito, debido a la participación del abuelo apoyando a Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
Agonía en el mar. El calvario de la Janequeo y otras Tragedias Navales en Chile, como dice su nombre, aborda el naufragio de la escampavía "Janequeo" de la Armada, ocurrido el 15 de agosto de 1965, cuando trataba de auxiliar al patrullero "Leucotón" en el sector de Bahía San Pedro, a 60 millas al sur de Corral, donde fallecieron 52 marinos.
Ésta, según cuenta el autor, "también fue fruto de la casualidad, por la curiosidad mía -porque un colega siempre me decía que fuera a ver los restos- y la agudeza de mi señora que dijo 'aquí hay gato encerrado'", pues hasta ese momento poco y nada se sabía del caso, ya que a la Armada "durante mucho tiempo no le gustó el tema".
"La 'Janequeo' colapsó, tratando de desvarar el 'Leucotón' desde una playa, y fue imposible moverlo. En ese empeño, que duró más de un día, se le cortaron los cables de acero con que lo estaban tironeando y se le enredaron en la hélice, en pleno temporal y como dicen los marinos ahí perdió gobierno", explica Huerta.
¿El problema? "Nunca debió intentarse un rescate con esas condiciones de tiempo y de mar, porque la tripulación del barco varado estaba a salvo, y había gente -que era una población indígena- que la estaba atendiendo. Podrían haber esperado tranquilamente", asegura, añadiendo que "se hizo una cosa inexplicable: tratar de hacer una maniobra muy, muy riesgosa con mal tiempo y donde hay roqueríos que son muy peligrosos".
En cuanto a su tercer libro (Estero Minte y Puente Cancura. Dos tragedias, dos amores), el escritor dice que toma como personaje principal a un periodista que reportea ambos desastres, siendo que en el primero de ellos perdió a su esposa. La llamada tragedia de Estero Minte es un accidente carretero ocurrido en la noche del 7 de mayo de 1995 en el kilómetro 7 de la ruta internacional 225 que une a la ciudad de Puerto Varas con la localidad de Ensenada, en la Región de Los Lagos. Éste fue provocado por el colapso de un terraplén debido a intensas lluvias, y dejó 27 personas fallecidas y un sobreviviente.
El segundo ocurrió el 23 de junio de 2018 cuando colapsó un segmento del puente Cancura, entre Osorno y Puerto Octay, provocando la muerte de un conductor de 24 años y heridas a seis ocupantes de otro vehículo que salvaron de milagro de no caer a las aguas del Río Rahue.
Nueva publicación
En cuanto a lo que se viene, José Miguel Huerta recurre a su propia historia. Específicamente al hermano de su abuela paterna, Luis Muñoz Artigas, para escribir En la senda del Almirante. "Él tuvo una trayectoria bien entretenida y llegó a Almirante", dice el autor, contando que entre las experiencias que tuvo está haber sido parte de la tripulación de los primeros submarinos que se trajeron a Chile desde EE.UU. en 1917.
También, siendo ya capitán de navío, secundó al contralmirante Edgardo von Schroeders en las negociaciones cuando se produjo el hecho conocido como la Sublevación de la Escuadra de Chile (1931). Y si bien Huerta se ciñe a los hechos históricos, lo cierto es que también apela a la libertad creativa: "Él tiene un detalle, no tuvo hijos, así que yo le inventé unos amoríos porque nadie me puede reclamar".
Este libro espera que vea la luz este año bajo el alero de la editorial RIL, la misma que ha estado a cargo de sus anteriores entregas.
- Desde su perspectiva, ¿por qué es interesante que estos libros se lean?
- Hay dos razones que son súper poderosas. Hay algo que realmente me preocupa: la gente ya no está leyendo. Aunque, a veces, voy a las librerías y hay mucha gente dando vueltas, eso me reconforta un poco; pero la gente, en general, ya no lee. Y especialmente la juventud, porque con esto de las pantallitas, el Instagram y la cacha de la espada, ¿a qué hora toman un libro? Además, la gente que está en el colegio lo que lee, no lo entiende. O sea, la comprensión de lectura -las pruebas así lo demuestran- es un desastre. Entonces, ingenuamente -espero que no tanto- yo digo que, si logro que mis libros, que son historias noveladas -que supongo que es más ameno que un libro de historia-, los jóvenes los tomen, los lean, logren terminarlos y aprender algo de nuestra historia, yo me doy por pagado.
También, dice, hay una intención espiritual en el sentido de "descargar una inquietud que uno tiene de la historia, la escritura y la lectura. Hay una satisfacción, desde luego, cuando a uno le publican los libros y ha sido reconocido especialmente por las instituciones de la Armada, por la Academia de Historia, por la Revista de Marina. Pero, en términos inmediato, me gusta que ojalá los lea gente joven".
Además de los libros, el autor también tiene un podcast en Spotify llamado "Navegando la historia", donde cuenta algunas historias menos conocidas de la Armada Nacional. 2
Flor Arbulú Aguilera
flor.arbulu@mercuriovalpo.cl