RELOJ DE ARENA Palabras sueltas, sin vuelta…
Pareciera que en estos días los aires de España estimulan el conflicto, especialmente provocados por visitantes extranjeros. ¿Será una maléfica influencia del maravilloso jamón serrano acompañado de algún "vinillo de Jerez", ese del que habla la canción? ¿O tal vez la borrachera estética que desatan las colecciones del Museo del Prado o la visión detenida de Guernica en el museo Reina Sofía?
El hecho es que las informaciones cablegráficas van y vienen con palabras de esas que no tienen vuelta. "Palabras sueltas no tienen vuelta", viejo proverbio alemán.
En primer plano tenemos las declaraciones del Presidente argentino Javier Milei en una visita no oficial a España durante una reunión con Vox, partido de extrema derecha. Milei, el "libertario de la motosierra", calificó, sin nombrarlo, al Presidente del Gobierno como "calaña de gente atornillada en el poder" y coronó sus dichos calificando a la pareja del mandatario, Begoña Gómez, como "corrupta", sin mencionar su nombre.
En fin, Milei tiene experiencias muy cercanas de casos de corrupción materia en la cual cierta dama detenta un doctorado, afirman. Claro que una cosa es lo que pasa desde hace tiempo en Buenos Aires al ritmo de "Cambalache" y otra la que ocurre en Madrid. No es bueno generalizar y disparar a ciegas sin pruebas.
Ante las afirmaciones ofensivas, Madrid llamó a su embajadora en Buenos Aires y exigió a Milei disculpas por sus dichos. Este, tajante, sostuvo "por ningún motivo". Reacción. Retiro permanente de la diplomática, sin llegar al extremo de cortar relaciones.
Entretanto, el libertario es acusado de haber plagiado acápites de un texto editado por dos economistas chilenos académicos de la Universidad Católica de Santiago. ¿Otro conflicto en gestación? Y no dejemos de lado el tema antártico que se esboza en estos días… Ahí tendremos un quilombo de magnitud, que hasta incluye una base norteamericana…
Insistiendo en esto de las enrarecidas brisas madrileñas encontramos un discurso del líder republicano chileno José Antonio Kast, quien en la misma tribuna de Vox donde Milei había lanzado su granada, calificó al Presidente Gabriel Boric como un "travesti político". Ampliando sus dichos sostuvo que "hace un par de años estaba en las calles insultando a militares y policías y hoy se arrodilla frente a las viudas de los policías que han asesinado durante su gobierno, eso es travestismo".
Haciendo su pega en La Moneda, la dama vocera calificó a Kast de "bajo, antipatriota", afirmando que ese el tono usado por los "líderes de ultraderecha".
De acuerdo al diccionario de la Real Academia, un travesti es la "persona, generalmente hombre, que se viste y se caracteriza como alguien del sexo contrario".
El tema se complica cuando entramos al campo del sexo, pero las declaraciones de Kast tienen únicamente un alcance en cuanto a la tenida. Así, debemos concluir en que el Presidente ahora utiliza otro ropaje en relación a la institucionalidad nacional y ya no le da huesitos al perro matapacos y menos lo acaricia.
La realidad es que la calificación de Kast sobre los cambios de Boric no es muy original, ya que el mismo actual mandatario la empleó ante conductas políticas de Francisco Vidal y Michelle Bachelet en 2005 ante giros de Sebastián Piñera.
Las volteretas
La verdad es que las volteretas políticas no son novedad y parecen ser parte del oficio. Pero muchos las miran con recelo y advierten que "moro viejo nunca fue buen cristiano". Podríamos rebatir esa afirmación recordando que "de los arrepentidos es el Reino de los Cielos".
Y tenemos el caso de Constanza Martínez, delegada presidencial en la Región Metropolitana. En una entrevista publicada por la revista "Ya", de El Mercurio de Santiago, le recuerdan un tuit en que decía "si quiero prenderle fuego a algo, que sea a la Iglesia y a la Constitución de Pinochet". Ante esa incómoda evocación condenada incluso por el arzobispo Chomalí explica: "Ese tuit fue de 2018, no de 2019 (año del "estallido"). Pero es un tuit donde estoy parafraseando una canción que a mí me gusta mucho de Alex Anwandter: un artista nacional que hace una crítica muy fuerte tanto al Congreso como a la Iglesia respecto a las tendencias sexuales. Lo puse el día en que fue declarado inconstitucional el fin del lucro a la educación. Por lo tanto, había un enojo bien grande respecto a cómo la Constitución había sido una cortapisa de avances que habíamos dado en la calle, pero también en el Congreso… Ese tuit representa ese momento, pero no representa lo que yo opino políticamente respecto a la violencia".
La respuesta de doña Constanza da plena validez al adagio aquel que sostiene que "quien explica se complica". El hecho es que varios templos fueron víctimas del octubrismo y tiene razón la crítica del arzobispo de Santiago al inspirado mensaje que circuló por el ciberespacio.
Precursor del octubrismo
Malaquías Concha, parlamentario del siglo antepasado, fue radical y luego fundó el Partido Demócrata, que lideraba causas populares. Precursor del octubrismo, en 1888 encabezó en Santiago una manifestación contra el alza de los tranvías, en esos tiempos arrastrados por caballos. El acto culminó con el incendio de algunos carros. Concha, acusado e instigador, fue encarcelado y luego liberado. En 1902 participó como orador en una manifestación en Valparaíso de nuevo por el alza del pasaje de los tranvías a 4 centavos. Desde el quiosco de la Plaza Victoria, ante una multitud, increpó a la empresa de los carros y todas las autoridades de Gobierno. El acto culminó, como era de esperar, en la quema de algunos carros. Detenido como instigador, compareció ante el juez del crimen y asumió su propia defensa. Revive la audiencia Alex Varela, redactor de este Diario:
"Soy abogado, señor juez, y como tal respetuoso del orden público y de derecho de propiedad. Mal habría podido, por lo tanto, instigar a la comisión de estos delitos. Lo único que yo les dije a los del comicio fue esto: no se les vaya a ocurrir, niñitos, quemar los tranvías. Pero no me hicieron caso…".
El magistrado lo puso en libertad, cerrando el caso y sin pedir su desafuero.
Palabras peligrosas en tribunas que van escalando y desembocan en conflictos de complicada solución. Tiene toda razón el viejo dicho campesino: "Queso partido, no hay quien lo suelde…".