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Nacional de Alarma de Maremotos (SNAM) desde su creación en el año 1966.

Tras el terremoto con tsunami del 27 de febrero de 2010, se inicia la densificación y modernización de las estaciones de nivel del mar con nuevas plataformas colectoras de datos de alta tecnología.

Asimismo, se fondean nuevas boyas del Sistema Dart 4G que incrementan la capacidad de detección de maremotos de origen cercano, proporcionando datos cruciales para que los centros de alerta puedan detectar, predecir y advertir esos eventos.

Predicción y alarma

En 2015 se inaugura una nueva sala de operaciones del SNAM y al año siguiente se implementa el Sistema Integrado de Predicción y Alarma de Tsunamis (SIPAT), una herramienta científica desarrollada en conjunto por el SHOA, la Universidad Federico Santa María y otras universidades, que permite generar una base de datos de eventos premodelados mediante simulación numérica de tsunamis.

Lo que se busca es una rápida evaluación del comportamiento del tsunami y de los diferentes niveles de amenaza para toda la costa de Chile, lo cual posibilita sectorizar y evitar que regiones que no serán afectadas por el evento efectúen evacuación preventiva.

En la Sala de Operaciones del SNAM se instala en 2018 un nuevo módulo de gestión denominado Sistema de Soporte de Decisiones (SSD), plataforma tecnológica que integra todos los procesos asociados a la evaluación de la amenaza de tsunami para las costas de Chile, considerando las fases de recepción de información sísmica, evaluación mediante pronóstico por SIPAT, difusión de boletines y monitoreo mediante la red de estaciones de nivel del mar y boyas Dart.

Al primer trimestre de 2019, la Red Mareográfica Nacional sumaba 45 estaciones de monitoreo del nivel del mar, que ahora llegan a las 48. Cada una cuenta con sensores de temperatura del agua y del aire, humedad relativa y un sensor hidrostático y de radar para detectar variaciones del nivel del agua. Todos los datos son transmitidos hacia el SHOA por medio de telemetría GPRS y GOES (satelital), permitiendo un monitoreo en tiempo real desde la Sala de Operaciones del SNAM.

Una sala replicada

Instalación esencial para el Sistema Nacional de Alarma de Maremotos, esta Sala, que recibe en forma instantánea y por dos vías de transmisión los datos de las estaciones de nivel del mar y boyas de la red mareográfica, está reproducida dos veces, previendo que en un terremoto el edificio central que la alberga pudiera colapsar.

Una alternativa está en la misma sede del SHOA, en Playa Ancha. La otra se inauguró en 2020, está ubicada en dependencias de la Academia Politécnica Naval, en Viña del Mar, y al igual que sus similares puede operar de manera autónoma ejerciendo mando y control frente a la emergencia.

Se trata de salas más pequeñas que la original, pero dotadas de sus mismas capacidades. Con ello los encargados del SNAM, contando con la información de fuentes sísmicas oficiales -como son el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile o el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, entre otras- deben estar en condiciones de realizar evaluaciones y dar respuesta a los niveles de amenaza que se generen, para lo cual están en entrenamiento permanente. 2

"Ya tenemos 72 cartas de inundación por tsunamis y estamos en mejora continua"

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Chile es más profundo que alto y eso es algo que no todo el mundo sabe, dice el director del SHOA, contraalmirante Arturo Oxley Lizana, en relación a los estudios sobre los fondos marinos que realiza el Servicio y la recientemente explorada fosa de Atacama, que tiene más de 8.000 metros de profundidad, mayor que la altura del nevado Ojos del Salado, en la cordillera de los Andes, que con poco menos de 7.000 metros es descrito como el volcán más alto de la Tierra.

Recuerda además que sólo el 24,9% de los océanos es conocido y registrado por algún tipo de sensor, y que a pesar de la capacidad tecnológica disponible en la actualidad, aún hay mucho desconocimiento del fondo marino. Asimismo, plantea que Chile tiene más de 4.000 kilómetros de costa en forma lineal, pero si se bordean islas y bahías, "podemos llegar a un litoral de 84.000 kilómetros, de modo que la demanda cartográfica es gigantesca".

Por eso sostiene que en el SHOA "enfrentamos estos 150 años con una visión tremendamente auspiciosa en cuanto a lo que tenemos que enfrentar y desarrollar, pero también tremendamente desafiante". Y en el terreno de los desafíos hidrográficos, menciona la firma de un protocolo con Argentina para actualizar en forma conjunta una carta electrónica del Canal Beagle, que aspiran a completar en octubre, a lo que agrega los requerimientos cartográficos en el continente blanco, pues "somos el segundo país con más cartas internacionales asignadas en el territorio antártico".

La principal amenaza

- En otro aspecto, ¿los tsunamis de origen sísmico son nuestra principal amenaza?

- El 80% de los tsunamis se genera por fuentes sísmicas y el resto por remociones de masa; se pueden producir, por ejemplo, por un meteorito que cae en el mar, explosiones nucleares, volcanes. Pero nuestra principal amenaza, por decirlo así, es el tsunami que se produce por eventos sísmicos, especialmente cerca de nuestras costas. La fosa del sector interplaca, donde se produce la subducción, está en algunos lugares a 60 kilómetros de la costa, lo que nos da no más de 15 minutos de tiempo de reacción. En Japón están a 120 kilómetros de la placa de subducción, y con todo lo preparados que están, el 1 de enero hubo un terremoto magnitud 7.5 y murieron 250 personas. En teoría, nosotros tenemos menos tiempo que Japón.

- ¿En qué pie se encuentra el Sistema Nacional de Alarma de Maremotos?

- Tenemos una configuración en que hemos implementado las lecciones del pasado y contamos con un protocolo tripartito entre el Senapred, el Centro Sismológico Nacional y el SHOA. Incorporamos tecnología nacional al SNAM, con el Sistema Integrado de Proyección de Alarmas de Tsunamis (SIPAT), generado en Chile con expertos de la Universidad Santa María, de otras universidades y del SHOA.

- ¿En que se funda el SIPAT?

- En lo siguiente: si todas las variables de un evento sísmico las sometiéramos a análisis computacional para saber cómo afectará a las costas del país, ese proceso podría durar horas, un tiempo que no tenemos para alertar a la población. Entonces hemos generado modelamientos -tenemos más de 9.000-, de manera que ante ese evento este sistema toma el premodelado más cercano y más peligroso, y nos arroja la respuesta en menos de 30 segundos.

-¿Es una alerta de afectación diferenciada del territorio?

- Nuestro territorio lo tenemos dividido en 21 bloques, y con eso podemos establecer diferentes niveles de amenaza. Hasta antes del 2016 no podíamos hacerlo. A veces debíamos alertar a la gente de Punta Arenas para que saliera de su casa, porque no era posible saber cómo les iba a afectar ese evento en particular.

- ¿Ante un sismo con tsunami la red mareográfica seguiría transmitiendo y las comunicaciones de los organismos de emergencia no se caerían como en el megaincendio?

- Hoy tenemos 48 estaciones de nivel del mar, todas transmiten en tiempo real, a través de señal de celular y sistema satelital. En las áreas donde no hay señal de celular, por ejemplo en la Antártica, hay dos sistemas satelitales independientes. Yo tengo Starlink, Inmarsat, HF, UHF, VHF, Red P25, que es el que usa Senapred. En mi auto hay tres sistemas satelitales, de manera que me pueden ubicar en cualquier minuto. Contamos con capacidades de comunicación muy importantes y resilientes.

CARTOGRAFÍA Y TSUNAMIS

- ¿Tras grandes tsunamis el SHOA tiene que reexaminar las áreas afectadas para seguridad de la navegación?

- Después de tsunami de 2010 nos demoramos casi diez años en poder validar la cartografía, porque ese tipo de eventos generan variaciones en el fondo marino. Por esfuerzos como esos, a veces no podemos avanzar a la velocidad que quisiéramos en materia de cartografía.

- ¿El estudio de las profundidades oceánicas también incide en los mapas de inundación por tsunamis que el SHOA ha desarrollado para muchas ciudades costeras?

- Esa información, la batimetría, es fundamental, junto con otros datos, para hacer las simulaciones de cómo podría afectar un tsunami a determinados lugares, y entregar cartas de inundación. Ya tenemos 72 en el país, y estamos permanentemente mejorando nuestros productos, de modo que sean útiles para la gestión de riesgos de desastre y la administración territorial. De acuerdo a la nueva ley de Senapred, esto es vinculante.

EVALUACIÓN PROPIA

- En materia de monitoreo y alerta de tsunamis, ¿qué desafío mencionaría?

- Cuando se produce un terremoto fuera de nuestra jurisdicción, hoy día, por protocolo, el responsable de entregarnos la información de cómo va a afectar a Chile, es el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, en Hawaii. Pero el sistema que tenemos en Chile, el SIPAT, nos permite modelar cualquier evento sísmico en cualquier parte del mundo. Entonces, queremos ir completando nuestra base de datos, de manera de incorporar eventos sísmicos que sucedan frente a Perú, Ecuador, el sector de Centroamérica, etcétera, de modo que podamos tener una evaluación propia de cómo ese tipo de eventos sísmicos puede afectarnos. Quiero ser muy claro en que nuestro sistema nos permite evaluar qué pasa en Chile, no en otras partes, y no queremos reemplazar ni competir con lo que hace Hawaii. 2