En el contexto del XIII Encuentro Empresarial de la Cámara de Comercio de Valparaíso, realizada en el año 2010, el empresario argentino Hugo Eurnekian, vicepresidente de Corporación América y líder del proyecto Túnel de Baja Altura entre Chile y Argentina a través del cajón de Juncal, expuso sobre la construcción de un Corredor Bioceánico Central, cuyo objetivo sería potenciar el comercio sudamericano por el Pacífico, conectando los principales puertos chilenos con las economías más grandes del Mercosur, con una demanda estimada de 50 millones de toneladas al año 2040. El proyecto que Eurnekian mostró en Valparaíso acompañado de una comitiva que alguna vez tuvo al entonces joven economista Javier Milei en sus filas, requería una inversión aproximada de US$ 3.000 millones, una cifra estratosférica hace 15 años, y aún hoy, cuando se plantea que la idea significa la resurrección del antiguo Tren Trasandino, que cruzó la cordillera entre Mendoza y Los Andes desde principios del siglo XX hasta inicios de los años 80. Sin embargo, por más que parezca un proyecto inabarcable, la idea de unir por un túnel ferroviario a Chile y Argentina hace sentido en años que el cambio climático interrumpe con más frecuencia las rutas disponibles en la zona central. Tal como apunta el director de la Cámara Aduanera, Javier León, falta un plan de contingencia para el mediano y largo plazo, que permita darle una solución definitiva a la interrupción del tránsito de cargas y pasajeros entre ambos países durante el invierno. Este año van 75 jornadas sin conexión vial debido a las condiciones del tiempo, diez días más que el promedio histórico de 65 días y, aunque parezca una cifra menores respecto del resto del año, en la práctica representa un perjuicio comercial importante dado que por el paso fronterizo Los Libertadores pasa el 66% de las cargas entre Chile y Argentina. No es muy novedoso plantear la importancia estratégica -geopolítica y económica- que tendría una conexión permanente entre los océanos Pacífico y Atlántico, o las increíbles oportunidades económicas que representaría para la Región contar con un paso fronterizo sin interrupciones, pero la falta de grandes sueños regionales obliga a mirar al pasado.

Se cumplen dos años desde el amplio rechazo a la propuesta constitucional oficialista, aunque ella sigue presente a través de leyes, normas y decretos que la están implementando, gota a gota, y que instauran en nuestra legislación los fundamentos e ideales que contenía el texto rechazado.

El reportaje "Nuestros niños trans" de Informe Especial, realizado por el periodista Santiago Pavlovic, dejó en evidencia la potestad que tienen los psicólogos escolares, quienes pueden diagnosticar una posible disforia de género y con ello someter, literalmente, a los padres a la una transición hormonal de un menor de edad y todo ello bajo la consigna de defender "el derecho superior del niño". ¿A cuánto estamos que la disforia de género sea complementada por una tendencia política o religiosa y bajo el pretexto del "derecho superior del niño" el Estado continúe limitando el accionar de los padres en la educación y desarrollo de nuestros niños?

La reforma de pensiones, la propuesta de levantar el secreto del Informe Valech, la rechazada ley Zamudio 2.0, entre otras, son parte de la arremetida legislativa que instaura, en el fondo, lo que la ciudadanía ampliamente rechazo, es decir, la voluntad popular ha sido omitida y olvidada. Tome nota: las leyes se han transformado en el arma que permite convertir ideologías en un todo absolutamente válido.

Las detenciones y atrocidades del régimen de Maduro en Venezuela son el fin de una serie de cambios legales que cimentaron el momento actual del caribeño país y que, gracias a la legalidad de su normativa hecha a la medida, le permite al dictador proclamar resultados electorales y llevar adelante una "válida" represión ciudadana. ¿Cuánto se ha avanzado en esta dirección en Chile? Desde hace años que confundimos lo ético con lo legal, y ahora la "superioridad moral" que creen tener algunos los motivan a crear leyes represivas que atentan contra la libertad y desarrollo de las personas y la voluntad de la mayoría expresada indiscutiblemente, por ejemplo, un 4 de septiembre de 2022.

Creo que las acciones son nuestro principal discurso y ellas son constantemente sometidas a juicio ante los discursos contrarios a las mismas, se dice una cosa y se hace otra. Se usa el "bien superior del niño" para someter a los padres a la visión estatal del momento, los proyectos legislativos de seguridad se caen por rechazo del mismo oficialismo o ante la incorporación de artículos con una determinada tendencia ideológica, etc.

Queda un año y medio para un cambio de asientos en el Congreso y apostaría que desde ahora hasta ese momento, la propuesta constitucional rechazada revivirá ley por ley, norma por norma y con el reforzamiento de cuanto decreto se acerque al documento que respaldó el Presidente Boric en su momento y que fue ampliamente rechazado por la mayoría.

Soy optimista con respecto al futuro de Chile, pero en un año y medio más, cuando ojalá octubre deje de estar presente.