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Otra función en el teatro del poder

La candidatura de Francisco Chahuán en las primarias de Chile Vamos parece menos una contienda real y más un cálculo estratégico. Es, en palabras de Marco Moreno, "una pantomima", un montaje electoral cuyo objetivo no es elegir al mejor candidato, sino mantener una narrativa visible en la agenda política.
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La sorpresiva irrupción de Francisco Chahuán como candidato en las primarias de Chile Vamos, tras renunciar a Renovación Nacional, ha despertado más suspicacia que entusiasmo. Lo que a primera vista podría leerse como un acto de valentía política o una reivindicación personal, pronto se revela como parte de una estrategia más profunda -y más discutible- en la interna de la derecha chilena.

Lo que se configura, según varios analistas, no es una contienda democrática genuina, sino un ejercicio de simulación. Un ensayo general para evitar que Evelyn Matthei quede fuera de la conversación pública durante los meses en que la primaria del oficialismo acaparará pantalla. Es, en palabras de Marco Moreno, "una pantomima", un montaje electoral cuyo objetivo no es elegir al mejor candidato, sino mantener una narrativa visible en la agenda política.

Chahuán, que no puede reelegirse como senador y ve cerradas varias puertas dentro de su partido, busca una salida elegante. Ser candidato le da visibilidad, controla su destino, y -quizás lo más importante- asegura su continuidad como actor relevante en la derecha. Incluso si pierde, puede salir bien aspectado para futuros roles parlamentarios o ministeriales. Lo sabe. Lo sabe su entorno. Y lo sabe también Renovación Nacional, partido que proclamó tempranamente a Matthei pero hoy parece dispuesto a reacomodar lealtades.

¿Dónde queda la convicción política en este juego? ¿Qué mensaje se envía al electorado cuando una primaria es organizada con el resultado prácticamente preconfigurado? La ciudadanía, cada vez más crítica y desencantada, no busca simulacros ni pactos entre cuatro paredes. Requiere debates reales, competencia sincera y liderazgos que emerjan con claridad y propósito. De lo contrario, las primarias no serán más que otra función en el teatro del poder.

Resurrección cotidiana

Alejandro González Hidalgo , Cura
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"Más allá de la derrota hay una victoria de la que el triunfador nada sabe". Esta expresión de Faulkner es quizá una buena síntesis de la Resurrección y la vida cristiana. Semejante a la filosofía quijotesca, la locura de la cruz emparentada con la verdad revela sus consecuencias, heridas, humillaciones, mofa y muerte, pero en ese acontecimiento se realiza el juicio del mundo, en Cristo se crucifica el pecado y el mal, y lo que era una derrota, por la Resurrección se convierte en victoria. Pero sus acusadores nada saben, y el altivo sigue hoy sin enterarse.

La victoria cristiana tiene categorías y dimensiones escatológicas, jamás se adheriría quien no cree aunque atisbe respetabilidad y admiración, pues nuestras obras están tamizadas de cotidianidad lejos de toda extravagancia, y se necesita de la lucidez de la fe para dar cuenta de la alegría que se experimenta.

La Resurrección de Jesús es de esta índole, hay algo mejor que hacer las cosas de forma extraordinaria, iluminar lo ordinario desde el interior. Lo asombroso no serían tanto una zarza incombustible, aguas abiertas de extremo a extremo o caminar sobre las aguas, sino pedir pescado y comer teniendo un cuerpo glorioso, cuya condición es no necesitar nada material. Pero si el Resucitado come, ya no es por dependencia, sino por asunción, asume en su gloria nuestra cotidianidad, a fin de que reconozcamos en ella algo extraordinario, y ver las cosas como por primera vez a partir del Espíritu. En esto consistiría el milagro de la Resurrección, que a partir de este acontecimiento se suspende el curso ordinario de las cosas, y las personas vuelven a abrir sus ojos cerrados por la rutina -¿no ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las escrituras?-, desvelándoseles el don que se esconde tras el tráfago habitual. La lucidez de contemplar todas las cosas sub specie aeternitatis capacita para entender de un modo nuevo: si se le devuelve la vista al ciego, es para que se maraville al ver como todo el mundo, cuando se cura a la suegra de Pedro, para que éste pueda admirarla, cuando se resucita a Lázaro de su tumba, para que pueda volver a morir otra vez con toda verdad. Como escribió en su Diario Mario Góngora, "es la vida bellísima, pero sólo por lo que en ella hay de eterno, de infinito, de belleza increada".

Pero, claro, estas victorias investidas de sentido y redención no son percibidas si antes no se es testigo. María Magdalena fue al sepulcro a buscar el cuerpo de Jesús, y pensando que se lo habían llevado, el mismo Jesús resucitado se le presenta, pero no lo reconoce hasta que la llama por su nombre, María, y ella responde en hebreo Rabbuní. Este diálogo con sabor local en lengua hebrea manifiesta la singularidad intraducible de la comunión, ha sido testigo de un encuentro personal irremplazable sin excentricidades, porque es reconocimiento por vocación, ha escuchado primero y luego ve, no se trata de la imagen exterior, sino de un eco interior y personal. Aquí se da una sorprende paradoja, pues al ser un encuentro personal es incomunicable, y, sin embargo, María es enviada por Jesús resucitado a contarle a sus hermanos sobre la Resurrección. Y por eso no le creen, porque el Evangelio antes que información que se comunica es llamada y comunión personal. En esa comunión los testigos ya no buscan en el sepulcro, sino en el cuerpo de su prójimo al Resucitado. Si quieres encontrar al Resucitado, ve a mis hermanos que son los miembros del cuerpo glorioso de Jesús.

Esta es la victoria oculta en la derrota, el amor y la proximidad mordiente.

Habilidades blandas y educación superior

Ilse Capona , Académica Facultad de Artes Liberales, Universidad Adolfo Ibáñez
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Al ingresar a la educación superior, los alumnos generalmente escogen la institución en la que estudiarán con base a su prestigio y reconocimiento, oferta académica, vinculación con el mundo laboral, entre otros factores. Son conscientes de que los conocimientos en áreas específicas (matemáticas, ingeniería, educación, por mencionar algunas) que van a adquirir serán vitales como futuros profesionales. Si bien estas habilidades duras o hard skills son esenciales para el desempeño en un campo laboral, no siempre consideran el papel imprescindible de las habilidades blandas en su formación.

En la actualidad, el desarrollo de estas habilidades se ha convertido en una necesidad fundamental para garantizar no sólo el éxito profesional, sino que personal de los estudiantes. Estas competencias, también denominadas soft skills, incluyen competencias como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la adaptabilidad, que complementan los conocimientos técnicos y facilitan la inserción en el mercado laboral (World Economic Forum, 2023). A pesar de que su desarrollo en los entornos académicos representa un desafío, surge la necesidad de implementar estrategias educativas que las integren de manera efectiva en los programas de formación.

Uno de los factores que evidencian la importancia de las habilidades blandas es la actual demanda por parte de los empleadores en todas las áreas. El informe del Foro Económico Mundial (2023) sostiene que habilidades como creatividad, resolución de problemas e inteligencia emocional son consideradas fundamentales para afrontar los cambios del entorno laboral actual. En ese sentido, la educación superior debe asumir un rol activo en el desarrollo de estas competencias, más allá de la enseñanza teórica tradicional (Unesco, 2023).

Asimismo, diversos estudios aluden que las habilidades blandas son claves para la formación integral de los estudiantes, permitiéndoles afrontar con éxito situaciones complejas, colaborar en entornos diversos y construir relaciones interpersonales efectivas (Goleman, 2022). Por tanto, es fundamental que las instituciones educativas promuevan experiencias prácticas, como talleres, proyectos colaborativos y simulaciones, que permitan a los estudiantes fomentar y perfeccionar estas habilidades en contextos reales (Universidad de Harvard, 2023).

En definitiva, potenciar las habilidades blandas en la educación superior es esencial para formar profesionales competentes y adaptables a las demandas del mercado laboral. Integrar metodologías activas centradas en el estudiante puede fortalecer estas competencias, mejorando no sólo la empleabilidad, sino también la capacidad de los individuos para enfrentar los retos de la vida cotidiana.

¿Estamos preparando a nuestros estudiantes para los desafíos reales del siglo XXI? ¿Qué cambios podemos implementar desde la educación para asegurar el desarrollo integral de las habilidades blandas?