"Me atrevería a decir que la gente que ha llegado a San Pedro no es sólo católica. Hay de distintos credos"
Más de 400 mil personas asistieron ayer al funeral de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, en una ceremonia multitudinaria que contó con jefes de Estado todo el mundo, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump,y los reyes Felipe y Letizia de España, entre otros.
Desde Roma, el sacerdote chileno y exrector del Santuario Teresa de Los Andes, Rodrigo Segura OCD, quien estuvo presente en la ceremonia, califica el funeral del Pontífice como "histórico", puesto que, sostiene, el mundo despidió a un papa que logró conmover más allá de la Iglesia Católica.
- ¿Cómo vivió el funeral del Papa Francisco? ¿Qué significó compartir junto a más de 400 mil fieles?
- Fue impresionante. Cuando llegamos a la Plaza San Pedro, realmente había un mar de gente. En algún momento pensé que no íbamos a ser capaces de llegar al lugar donde teníamos destinado estar, porque había un espacio para los sacerdotes concelebrantes, que éramos 4 mil, de todo el mundo. La homilía del cardenal (Giovanni Battista) Re fue extraordinaria. Creo que logró hacer un esbozo del plan de salvación que tuvo Dios en Francisco. Dijo el cardenal que Francisco fue "un Papa entre la gente" y un "Papa con el corazón abierto a todos", lo que representa a esta Iglesia que acoge, esta Iglesia misericordiosa, que no hace exclusión de personas. Fue una misa sobria, muy emotiva, porque evidenció el trabajo pastoral que realizó el Papa Francisco durante 12 años. De alguna manera, compartió un mensaje que traspasó los muros de la Iglesia, un mensaje universal. Es un momento histórico, que va a quedar marcado en el corazón de cada uno de los que participamos de forma presencial y también a la distancia.
Conmoción en roma
- Usted también estuvo en la oración Urbi et Orbi, la última aparición pública que tuvo el Obispo de Roma el pasado domingo, horas antes de su muerte...
- Fue una misa que se realizó con una cantidad impresionante de peregrinos, la Misa de la Resurrección, el primer domingo de Pascua. No la presidió el Papa Francisco, pero todos esperaban que apareciera. Y efectivamente apareció al final de la misa: dio unas palabras breves y nos dijo a todos los peregrinos que no estaba en condiciones de hablar, y el mensaje lo iba a leer uno de los ceremonieros. Pero el Papa se hizo presente y nos dio la bendición. Después, con la espontaneidad de un Papa latinoamericano, argentino, sale en la fragilidad de su estado de salud y empieza a saludar a los peregrinos por toda la plaza San Pedro. Me quedé con esa imagen y con el agradecimiento de haber recibido la bendición del Papa Francisco. El día lunes, a media mañana, recibo la noticia de que el Papa había muerto. Fue conmovedor.
- ¿Cómo describe el ambiente en Roma por estos días?
- Roma está convulsionada. Es una ciudad cosmopolita, que siempre está atiborrada de peregrinos. El flujo de peregrinos desde el día lunes, cuando se supo la muerte del Papa Francisco, ha sido impresionante. Y me atrevería a decir que la gente que ha llegado a San Pedro no es sólo gente católica. Hay gente de distintos credos y otras personas que no creen, de muy buena voluntad, que han tenido una admiración muy grande por la persona, por el mensaje de Francisco.
- ¿Qué ha significado para usted estar en el corazón de la Iglesia Católica en este momento?
- Me he sentido súper honrado, bendecido por Dios. Lo digo con sensatez: no soy el único sacerdote chileno en Roma, pero sentía que estaba representando a muchos chilenos que tienen un cariño por el Papa Francisco.
Escuchó a las víctimas
- El Papa visitó nuestro país en un momento de crisis para la Iglesia chilena, por las víctimas de abusos. ¿Qué significó esa visita?
- Yo creo que la visita del Papa Francisco expresa un grado de paternidad y de saber que los hijos en algún lugar del mundo, en Chile, no estábamos tan bien como pensábamos. Nos ayudó a ser conscientes de que había formas de relacionarnos que no eran las mejores, que no eran sanas. Y también enfrentó situaciones de abusos, de distinto tipo, que no deben ser parte de las dinámicas de la Iglesia. Yo creo que el Papa Francisco, en ese sentido, nos ayudó a repensar, a cuestionarnos cómo estábamos viviendo, a preguntarnos cómo estábamos ejerciendo nuestros servicios pastorales, dónde estaban puestos nuestros enfoques, para no repetir esas situaciones que fueron tan dolorosas, no sólo en Chile, sino en todo el mundo. Y lo digo con pena, porque quieras o no, se tiende a generalizar a toda la Iglesia.
- Tras la investigación de la Iglesia, todos los obispos chilenos fueron removidos, en un hecho sin precedentes. ¿Valora la determinación del Papa para separarlos?
- Creo que el Papa intentó responder a las dificultades que estábamos viviendo como Iglesia en Chile, intentó hacer lo mejor posible. Hay un elemento muy interesante del Papa Francisco, que fue escuchar a las víctimas, ponerles atención y compensar el dolor causado. Era lo que tenía que hacer.
El LEGADO de francisco
- ¿Cuál cree que es el gran legado que deja el Papa Francisco?
- Creo que el gran legado del Papa Francisco, a mi manera de ver, es que nos ayudó a comprender de mejor manera la ternura de Dios. En el fondo, que Dios es un Dios tierno, que nos invitó a abrir nuestro corazón a un Dios misericordioso, que acoge a todos. El tema de la inclusión, el tema de aprender a trabajar en equipo, lo que significa la sinodalidad, el legado de una Iglesia como unión. Me atrevería a pensar, también, que un legado que el Papa dejó ha sido el rol de la mujer dentro de la Iglesia, dentro de la sociedad. El Papa Francisco ha tenido gestos concretos de situar a la mujer dentro de la Iglesia, en roles de responsabilidad. Antes de fallecer, el Papa nombró a la primera mujer a cargo de un dicasterio del Vaticano (Simona Brambilla).
- ¿Cómo se explica el cariño desbordante por la figura del Papa Francisco, tanto en Roma como en las redes sociales?
- Yo no soy ningún vaticanista, no tengo la formación, pero me atrevo a pensar, y lo quiero pensar en voz alta: el Papa Francisco ha traspasado las barreras de la Iglesia. La Plaza San Pedro llena de peregrinos tiene que ver con que Francisco ha entregado un mensaje para la Iglesia que, en el fondo, ha sido leído por toda la humanidad. Su mensaje tiene que ver con la inclusión, con que todos somos parte de la familia, con que todos podemos tener un espacio en la Iglesia, con de dejarnos conmover por la ternura de Dios. El Papa Francisco, entre comillas, fue un revolucionario. ¿Qué otro Papa les va a decir a los jóvenes "¡Hagan lío, hagan lío!?". Eso es tomarse la vida en serio.
" Intentó responder a las dificultades que estábamos viviendo como Iglesia en Chile. Hay un elemento muy interesante del Papa Francisco, que fue escuchar a las víctimas (de abusos), ponerles atención y compensar el dolor causado. Era lo que tenía que hacer".
"Me he sentido súper honrado, bendecido por Dios. Lo digo con sensatez: no soy el único sacerdote chileno en Roma, pero sentía que estaba representando a muchos chilenos".