"Presento mi renuncia con profundo dolor y frustración, esto es un fracaso institucional"
Gianina Figueroa, conocida en la zona y también en el país por ser presidenta de Unapyme y tener un carácter que no se condice con su tamaño, estuvo casi un año y medio a cargo del Parque Cultural de Valparaíso, pero lo cierto es que a muchos -incluida ella- les pareció un siglo.
Trabajó todo este tiempo en calidad de ad honorem -en castellano moderno, sin recibir un solo peso- lidiando siempre con un escenario crítico, magnificado por el embargo por parte del Consejo de Defensa del Estado (CDE) de $167 millones de la cuenta corriente de la institución en el marco de sendas querellas que exigen las restitución de unos $200 millones entregados por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en el período de la exdirectora Nélida Pozo, actual directora del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural.
"Actualmente, el Parque mantiene una millonaria deuda de arrastre y enfrenta dos procesos activos ante el CDE: uno de ellos se asume mensualmente con cargo al presupuesto regular, y el otro ha significado el embargo de los recursos destinados al pago de sueldos y operaciones, afectando el equivalente a dos meses de funcionamiento. Esta situación ha comprometido gravemente nuestra cuenta institucional y bloqueado la operatividad financiera del Parque", explica Figueroa, imposibilitada de pagar los salarios a los trabajadores.
"Por eso hoy presento mi renuncia con profundo dolor y frustración. Esta decisión no solo es un acto ético y político, sino también un llamado urgente a asumir los problemas estructurales que amenazan la continuidad de este espacio vital para Valparaíso y para Chile. Cuando asumí este rol, el Parque enfrentaba una grave crisis financiera: no había fondos para pagar sueldos y las deudas acumuladas por gestiones anteriores -aún no resueltas- ponían en jaque el funcionamiento institucional y la estabilidad laboral", agrega.
-¿Qué medidas se tomaron?
-Apenas asumo la presidencia de la institución tomamos decisiones difíciles para sostener el Parque con gran esfuerzo. Pese a todo, en 2024 no solo logramos cumplir con compromisos básicos operacionales y programáticos, sino también generar ahorros significativos, impulsar hitos culturales de alta visibilidad y apoyar concretamente a artistas regionales y nacionales.
-¿Qué falló, entonces?
-La situación actual es insostenible. Desde febrero hemos desplegado todos los esfuerzos posibles para destrabar el embargo de nuestra cuenta institucional sin que hasta ahora se haya encontrado una solución efectiva. Este bloqueo impide el pago de sueldos y compromete gravemente la continuidad del Parque. Más grave aún, la desidia de algunas instituciones públicas al no designar representantes en el directorio ha paralizado la toma de decisiones estructurales. Esta falta de compromiso es parte del origen del problema.
- Obviamente, se refiere a la Delegación Presidencial (los PC Sofía González y Yanino Riquelme), y a la alcaldesa FA de Valparaíso, Camila Nieto...
- Hablo de la omisión de las instituciones. De falta de interés de los privados por justas razones y por todo este tipo de problemas de que... No sé, de las ollas que estuvieron cuánto tiempo denostándonos públicamente por las redes sociales. Nosotros contrarrestando, por otro lado, comunicando con todo lo que era nuestra programación para tratar de ponerla en valor. Pero sí hubo un desinterés importante de la política de la región. Obviamente acá el partido involucrado es el Partido Comunista, que tiene a la exdirectora, cuyas deudas de arrastre vienen de su período, que son las que resultan en embargo. Y aparte tienes a dos delegados, una delegada y un delegado que nunca te colaboraron en el nombramiento de directores. Me refiero al municipio de Camila Nieto más que al de Jorge Sharp, porque el de Sharp participó a través de Sebastián Redolés. O sea, yo creo que tal vez el gran aporte del municipio porteño fue justamente develar qué es lo que estaba sucediendo en el Parque, en términos económicos.
- ¿Y qué estaba sucediendo?
- Bueno, malas rendiciones, Consejo de Defensa del Estado, deudas de arrastre. Y a Redolés le tocó denunciar todo esto, que además es público, es algo que la ciudadanía sabe. Y súmale a ello un ministro como (Jaime) De Aguirre, intrascendente para la política cultural de este país, quien, en vez de apoyarlo, en vez de hacer algo importante por la cultura, lo sacó.
- ¿Y por qué lo sacó?
- Lo sacó para tal vez evitarse algún problema político, el que yo asumí cuando me tocó llegar. Y tal vez fue por mis condiciones de no militante, de no haber sido nunca empleada de ningún gobierno, a diferencia de muchos. De tener una independencia y que nadie me cierra las puertas, porque hace 25 años que ejerzo de forma independiente mi actividad económica, que no tengo negocios con nadie aquí en la región.
- ¿Qué es finalmente el PCdV?
- El Parque Cultural no es solo un centro cultural. Es también un Sitio de Memoria y un espacio para la vida colectiva de la ciudad. Sin embargo, su sostenibilidad depende casi exclusivamente del Ministerio de las Culturas, lo cual no solo es insuficiente: es injusto. Las demás instituciones públicas que integran el directorio no aportan recursos ni asumen responsabilidades concretas, y el involucramiento del mundo privado ha sido especialmente complejo debido a las tensiones políticas y estructurales que atraviesan permanentemente al Parque. La ministra Carolina Arredondo ha solicitado colaboración a las distintas entidades involucradas, pero a más de un año, y por diversos motivos, los compromisos no se han concretado. Esto evidencia que el modelo de gobernanza y administración ha fracasado. No se trata de una gestión puntual ni de un solo gobierno: la mala administración financiera y la fragilidad institucional han sido transversales.
- ¿Cree que su renuncia provocará algún cambio?
- Renuncio para abrir camino, para destrabar pequeñeces y porque creo que el testimonio también es una forma de resistencia. Es un fracaso institucional. El Parque Cultural de Valparaíso no puede seguir siendo administrado por estructuras ineficaces, ni ser visto como un espacio accesorio. Su continuidad requiere voluntad política, responsabilidad institucional y un compromiso genuino con la cultura, las artes, el patrimonio y la memoria. Pero ya a estas alturas creo que mi salida responde también a una rebeldía de no querer seguir amparando esto, de dejarle también a la ciudadanía un mensaje de que no es posible a veces transitar desde la lógica y desde la ética cuando tienes tanto fuego amigo que no te quiere incorporar en el bienestar para las personas. Finalmente el Parque Cultural, lo que ha demostrado, por ejemplo, con su gestión de masividad, es que el comercio de Valparaíso se beneficia.
- Lo que me cuesta entender es si aguantó tanto tiempo y tantas cosas, ¿por qué irse ahora? Vivió la situación de los despidos de los trabajadores a honorarios, por la cual se le fue encima a todo el mundo laboral y la izquierda. Luego, con la exposición de Mon Laferte se echó encima a la Cultura. Agallas no le faltaban...
- Bueno, porque yo puedo trabajar ad honorem pero no puedo pedir lo mismo a los trabajadores del Parque Cultural.
"El PCdV no es solo un centro cultural. Es también un Sitio de Memoria y un espacio para la vida colectiva de la ciudad. Sin embargo, su sostenibilidad depende casi exclusivamente del Ministerio de las Culturas, lo cual no solo es insuficiente: es injusto".
Gianina Figueroa
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