"Ojalá algún día vean los centros culturales como una necesidad más allá de bolsas de trabajo"
La renuncia de la presidenta del directorio del Parque Cultural de Valparaíso (PCdV), Gianina Figueroa, estuvo lejos de pasar desapercibida. "Esta decisión es también un llamado urgente a enfrentar los problemas estructurales que amenazan la continuidad de este espacio vital para nuestra ciudad y para Chile y poner el foco, además, en los difíciles momentos que viven varios centros colaboradores del Ministerio de Cultura", dijo al momento de su salida voluntaria.
El hecho provocó una serie de reacciones en el mundo político -aunque algunos han optado a la fecha por el silencio- y también en el sector cultural. En ese contexto, una clara reacción tuvo el actor Roberto Nicolini, presentador de televisión, autor, director teatral, locutor, gestor cultural independiente y dueño del Teatro Las Tablas de Santiago.
El profesional, oriundo de Quilpué, ciudad que lo declaró Hijo Ilustre hace sólo unos días, lamentó lo que está ocurriendo con el espacio. "No se puede perder ese Parque Cultural, pero tampoco mantener para más de lo mismo. Hermoso desafío para quienes están en posición de poder. No soy amigo ni conozco a la expresidenta del directorio, pero su angustia va en un contexto urgente de asumir y repensar con honestidad y sin poses", posteó en sus redes sociales el presidente de la Fundación Sidarte.
"Es tristísimo lo que plantea con angustia la renunciada directora del Centro Parque Cultural de Valparaíso, pero es la crónica de una muerte anunciada de los centros culturales sobredimensionados en infraestructura y escasos del único posicionamiento real que legítima el público", señaló en otra parte de su escrito.
- Desde su mirada de gestor independiente, ¿qué opina de lo que sucede en el Parque Cultural?
- En todo Chile se han implementado Centros Culturales manejados por personas que son muy valiosas seguramente, pero que no tienen idea y, para peor, desprecian a los que sabemos cuántos clavos trae una bolsa de clavos, cuánto es el costo real del aire acondicionado o la duración de una ampolleta, porque somos autogestionados, sin acceso a esos fondos millonarios que una élite de centros culturales disputan como botín por los eternos favorecidos de siempre. Al no necesitar de un público que pagando por su entrada financia la operación de un espacio, se cae en la tentación de cumplir objetivos fundados sólo en la teoría, en diseños de gestión, hechos por personas que jamás han sabido lo que es vivir del público que elige venir a vernos, paga una entrada y legitima nuestros espacios.
Contexto urgente
- Hay actividades que ameritan ser subsidiadas.
- Lo más triste es que, obviamente, hay actividades que ameritan ser subsidiadas, pero ahí tampoco se beneficia a todos y se discrimina según los criterios, simpatías o caprichos de los personeros de turno. Pero también hasta el que es subsidiado debiera pagar mínimamente lo que gasta en electricidad, por ejemplo. No soy amigo ni conocido de la renunciada directora, pero la angustia de sus declaraciones hay que situarlas en un contexto urgente de asumir y repensar con honestidad, sin poses ni bandos. Eso lo veo difícil en nuestro amado Valparaíso, donde el ninguneo es deporte regional entre artistas, productores o gestores que caen en el espejismo de creer que si a uno le va mal es porque a un otro le va bien.
Momento de repensar
- ¿Piensa que es un espacio que podría ser mejor aprovechado con un mejor modelo de gestión, quizás con una mirada más profesional y menos política?
- Cuando hay fondos públicos o privados a la clase política le baja un amor inusitado por la cultura. Ojalá algún día vean los centros culturales como una necesidad, más allá de convertirlos en bolsas de trabajo para amigos que pululan en cargos de sueldo seguro y sin necesidad de obtener resultados. En este caso puntual habría que sumar voluntades y superar egos para repensar el fantástico Parque Cultural, que tiene un equipo humano y de infraestructura que debiéramos apoyar para que no sea un nuevo elefante blanco.
- En su posteo indicó que sería importante preguntarle la opinión "a quienes vivimos del público". ¿Puede ahondar en esa reflexión?
- A nosotros, las autoridades jamás nos van a pedir la opinión porque simplemente no entienden que vivamos gracias al público que valora nuestro trabajo, hace un esfuerzo y elige venir a vernos mientras ellos reparten entradas gratis al público, que entre paréntesis tampoco los son porque las pagan con fondos públicos o privados en sus campañas electorales. No sólo nos desconocen, sino que los más discriminadores nos acusan de hacer 'teatro comercial' -así hagas un Shakespeare vendiendo entradas- en circunstancias que hacer gestión o teatro 'rentable' hoy día es vivir de fondos y subvenciones del Estado, cuyas bases no exigen atraer público y se escudan en el eterno paraguas argumentando que hacen 'cultura' (...) que no son más que los gustitos seudointelectuales para un nicho de un reducido público pusilánime que pulula por esos centros culturales casi por inercia y les sacan fotos y videos. Y con eso responden a los medios verificadores que les pide el Ministerio de las Culturas y las Artes para rendir correctamente los fondos.
"Cuando hay fondos públicos o privados, a la clase política le baja un amor inusitado por la cultura".
Roberto Nicolini, Actor