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Entre el nylon y el olvido: primera lluvia otoñal expone la precaria realidad de los damnificados

REGIÓN. Sin posibilidad de optar a la reconstrucción, quienes perdieron todo en los campamentos de Monte Sinaí y Pompeya intentan rehacer sus vidas entre mediaguas que sufren con cada precipitación. "El Estado nos tiene más abandonados que nunca", acusan.
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Gian Franco Giovines D.

Para muchos, la época invernal es sinónimo de refugio, tiempo en familia y la calidez hogareña. Pero desde hace dos inviernos, esta temporada se ha convertido en una pesadilla para los damnificados del megaincendio que, hace un año y tres meses, arrasó con los cerros de Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, llevándose 138 almas.

Myriam Díaz (48) vivía junto a sus dos hijas y su marido en el pasaje Israel de la población Monte Sinaí, uno de los tantos campamentos de Viña del Mar que fue arrasado por el fuego aquel 2 de febrero.

La catástrofe la dejó a ella y a su familia literalmente con lo puesto. Pero Myriam no solo perdió su casa, sino que aquella trágica jornada también le arrebató su única fuente laboral: la pastelería que había logrado construir con esfuerzo.

"Yo lo perdí todo. Yo tenía un negocio de pasteles, empanadas y manualidades de goma eva. Y cómo usted puede ver, no hay nada. Solo una lona que cubre lo que alguna vez fue el piso del negocio", cuenta Myriam a este Diario.

Sin recursos para seguir

Con los recursos que entregaba el Bono de Acogida, un apoyo mensual de 10 UF que se dispuso por casi un año a los damnificados, Myriam y su familia lograban costear parte de su autoconstrucción, por ahora la única solución posible para quienes viven en un asentamiento irregular, ya que la reconstrucción del Minvu se ha enfocado en las zonas urbanizadas. Pero aquel bono lo dejó de percibir hace varios meses y hoy no cuenta con recursos para seguir construyendo, por lo que su vivienda está a medio terminar. En su caso, los vidrios fueron reemplazados por cartón y los tejados, por nylon.

En un video de dos minutos, Díaz relata las indignidades que ha sufrido con las lluvias.

"Estoy llena de barro. Tuve que ponerle lata, cartón a las ventanas. Les voy a mostrar donde antes tenía mi negocio. Me da mucha pena… acá tenía antes mi negocio, y hoy en día no queda nada. Tuve que poner unos plásticos para que el agua no se metiera. Es muy triste, ya no tengo nada", dice profundamente angustiada.

La viñamarina se muestra descontenta con las autoridades: "Hasta el día de hoy no tengo mi negocio, yo solo vivo de lo que puedo vender. A mí me regalaron ropa, zapatos, que he tenido que vender para poder comer, para comprar algún material, porque a un año y tres meses el Gobierno no ha hecho nada por nosotros".

A su juicio, el Estado ha abandonado a los damnificados de los campamentos. "Yo no tengo subsidio, vivimos el día a día no más. Pero así como es mi realidad, es la realidad de muchos damnificados hoy en día. El Gobierno debería ir a los terrenos, a ver cómo realmente está la gente. Estamos muy abandonados y de verdad me da mucha pena, es triste", relata acongojada.

Casas a medio terminar

La realidad de Monte Sinaí también se replica en Quilpué, en la población Pompeya, donde el fuego avanzó sin control.

Jacqueline Lazcano, vecina de Pompeya Sur, afirma que su vivienda de emergencia no ha dado el ancho frente a estas lluvias. "Al igual que en el año pasado, las viviendas de emergencia no cumplen su función, ya que la mayoría tienen una mala construcción. Lo peor de todo es que las garantías ya vencieron".

Tal como en el caso de Myriam, Jacqueline tiene su casa a medio terminar, ya que no cuenta con recursos para financiar su autoconstrucción.

"A un año y tres meses, tú no me creerás que todavía no puedo habitar mi casa, porque no tengo los recursos para seguir ampliándome. Estoy alojándome en la casa de emergencia de mis papás, con mis hijas, porque no hay dinero para la reconstrucción", precisó.

De esta forma, Jacqueline, sus dos hijas y sus padres se han visto obligados a compartir una vivienda de emergencia de solo 23 metros cuadrados.

Afortunadamente, el habitáculo ha logrado aguantar los casi 20 milímetros de agua caída en Quilpué, no así su vivienda de emergencia.

"Gracias a Dios mis papás fueron beneficiados con una buena empresa, no así la que nos tocó al resto, Fundación Vivienda, que hizo las peores casas. Ellos cobraron $8 millones por cada vivienda y ya se están soltando los pisos, las ventanas, los caballetes. Por ahí se entra el agua y por las paredes, porque no están selladas", reclama la mujer quilpueína.

Abandono

Jacqueline coincide en que las familias de campamentos han sido dejadas de lado. "No nos han dado ningún subsidio, nada. El Estado nos tiene más abandonados que nunca".

Amanda Guerra, presidenta de la ONG Sobrevivientes del Megaincendio, advierte que las últimas lluvias "han dejado bastantes problemas, hay mucha gente que se está lloviendo, porque no solo la vivienda de emergencia se llueve, también hay gente que se ha hecho su casa, su mediagua, y no están terminadas. Las construyen ellos mismos, porque solución habitacional no hay, va menos del 1%. Venimos hace más de un año sufriendo las peores calamidades y ahora estamos viviendo el segundo invierno sin un techo".

"La petición que tenemos nosotros como damnificados es que el señor Carlos Montes renuncie como ministro de Vivienda, nosotros sentimos que él es responsable. El Presidente Boric nos dijo que no nos iba a dejar solos, pero realmente nos dejaron abandonados como Estado", apunta Lazcano.

Exigen plan de invierno

El diputado Andrés Celis (ind.) se mostró conmovido por los relatos. "Esto no puede seguir ocurriendo. (...) Escuchar testimonios de quienes perdieron sus casas, sus fuentes de ingreso y ni siquiera han sido considerados para un subsidio, duele y preocupa. No puede ser que el abandono institucional se normalice", enfatizó.

"Este Gobierno tiene que hacerse cargo y corregir. No se trata de caridad, se trata de responsabilidad con quienes más lo necesitan", remarcó.

En tanto, el diputado Andrés Longton (RN) solicitó a los ministerios de Vivienda y de Desarrollo Social diseñar "lo antes posible" un plan de invierno para los damnificados.

"No puede ser que los vecinos ahora se estén mojando por la desidia del Estado. Deberían reforzar las viviendas de emergencia, los drenajes, kits de impermeabilización, bombas de achique sanitario y acompañamiento psicológico permanente".

"Los recursos están, se aprobaron más de $800 mil millones de pesos el año pasado. Lo importante ahora es la gestión y la voluntad para llegar con soluciones", cerró.

"A mí me regalaron ropa, zapatos, que he tenido que vender para poder comer, porque a un año y tres meses el Gobierno no ha hecho nada por nosotros".

Myriam Díaz, Damnificada de, Monte Sinaí, Viña del Mar.

"Fundación Vivienda (...) hizo las peores casas. Ellos cobraron $8 millones por cada vivienda y ya se están soltando los pisos, las ventanas, los caballetes".

Jacqueline Lazcano, Damnificada de

Pompeya Sur, Quilpué.

"Solución habitacional no hay. Venimos hace más de un año sufriendo las peores calamidades y ahora estamos viviendo el segundo invierno sin un techo".

Amanda Guerra, Presidenta ONG Sobrevivientes Megaincendio 2 y 3 de Febrero

6.291 viviendas fueron arrasadas por el fuego, de acuerdo a un catastro del Minvu expuesto por Contraloría.