Seguridad en la avenida Valparaíso
Una baja de 40% en las ventas y casi 160 locales comerciales vacíos dan cuenta de la decadencia que afecta al centro de Viña. El periodo de los diagnósticos terminó. Es hora que las autoridades municipales, el Ministerio de Seguridad y las policías apliquen medidas efectivas.
Con un aumento del 26% en las denuncias por robos, los problemas de seguridad que sufre la avenida Valparaíso, en Viña del Mar, se han convertido en el fenómeno al que todos apuntan cuando deben explicar la crisis comercial que sacude a la otrora principal arteria viñamarina. Las cifras entregadas por Carabineros parecen darle la razón a este diagnóstico, porque revelan alzas escandalosas en delitos como robos de objetos de o desde vehículos (56%), robos por sorpresa (48%) y robos con violencia (23%), tres de los ilícitos más preocupantes para cualquier ciudadano interesado en pasear o comprar por el casco fundacional de la ciudad. Si a ello sumamos la proliferación del comercio ambulante, cuyo crecimiento exponencial en los últimos años representa un dilema sin resolver para las autoridades, nadie puede alegar sorpresa por la caída de un 40% en las ventas del sector o por el hecho de que hay un 25% de vacancia comercial en una zona que solía encarnar la esencia de la vida social viñamarina. Parte del problema es que a nivel municipal hay visiones distintas sobre el origen de esta situación. Mientras la alcaldesa Macarena Ripamonti dice que hay errores en la planificación estratégica de los servicios policiales que resguardan la avenida Valparaíso, la concejala Antonella Pecchenino advierte que el comercio ambulante insistirá en instalarse en el centro de Viña del Mar a menos que el municipio deje de entregar permisos precarios que permiten la ubicación de negocios callejeros en dicha arteria. De hecho, la edil asegura que hay 1.500 autorizaciones vigentes para dicho cuadrante del centro. En lo que ambas coinciden es que el periodo de los diagnósticos y las mesas de trabajo terminó; ya es hora que las autoridades municipales, el Ministerio de Seguridad y las policías apliquen medidas efectivas y permanentes, que sean capaces de atacar la raíz del problema y sus nefastos efectos, antes que la avenida se convierta en un mall abierto con calles llenas, pero locales y galerías vacíos.