Un cambio en el horizonte de ventas
Las rebajas anunciadas por el Gobierno de Javier Milei podrían afectar el turismo de compras que ha beneficiado a la Región. Estas medidas no alcanzan a compensar otros factores en el precio de los bienes en Argentina, pero pueden convertirse en un punto de inflexión.
Los buenos resultados obtenidos por el comercio durante el primer trimestre de este año, con un alza promedio de 8,3% en sus ventas, se vieron ensombrecidos por los anuncios hechos recientemente en Argentina por el Presidente Javier Milei, quien comprometió una reducción arancelaria a varios productos importados, especialmente artefactos electrónicos, que en el vecino país pueden costar hasta tres veces su precio en Chile. En rigor, la medida terminará con los aranceles de importación de los teléfonos celulares, que hasta ahora tributaban 16%, de manera gradual: a la mitad a partir de la publicación del decreto respectivo y el 8% restante el 15 de enero de 2026. Bajarán también los impuestos internos a celulares, televisores y aires acondicionados importados, de 19 a 9,5%. Además, los aranceles a consolas de juego caerán del 35 al 20%. ¿Por qué esta buena noticia para el consumidor del otro lado de la cordillera ensombrece la actividad económica en Chile? Porque el principal bastión del alza comercial en nuestro país es el turismo de compras, es decir, el aluvión de ciudadanos argentinos que cada vez que puede se arranca a la costa central chilena para disfrutar del clima, los servicios y, más aún, de los precios convenientes en muchísimos artículos. Eso explica que el alza en las ventas del comercio minorista regional en el mes de enero -el de mayor afluencia de trasandinos- se empinara sobre el 15%, el mejor registro en muchos años. Es cierto que, tal como apuntan algunos dirigentes del comercio local y regional, estas rebajas arancelarias no alcanzan a compensar otros factores que influyen en el precio de los bienes argentinos y que comprar en Chile aún será conveniente durante algún tiempo, pero es razonable levantar luces de alerta sobre la evolución a futuro de una situación que ha sido accidentalmente ventajosa para el comercio nacional. Aún no es tiempo de lamentar pérdidas, pero sí de prepararse para un escenario que se anticipa más adverso.