"El 21 de mayo es una oportunidad para salir de la contingencia, mirar la historia y proyectarnos"
"Una buena opción para reflexionar". Así ve el exsubsecretario de Defensa y exembajador, Gabriel Gaspar, la conmemoración del 21 de mayo. "Unión a nivel nacional es algo que nos falta mucho en este momento, y hay que estimularla y fortalecerla", remarcó el también cientista político, oriundo de Arica.
- Usted considera que el Combate Naval de Iquique fue el que cambió definitivamente el curso de la Guerra del Pacífico.
- Bueno, todos los historiadores coinciden que a partir de la gesta de Prat y su tripulación se dio un nuevo brío en la amplia participación de la ciudadanía en el esfuerzo bélico. También mostró que no era un tema sólo tecnológico con relación a la diferencia del potencial de las dos naves que se enfrentaron, sino que también tenía que ver con organización, con doctrina, con entrenamiento de parte de nuestro personal. Desde ese punto de vista, si bien fue una gesta heroica con la muerte del propio capitán Prat y gran parte de su tripulación, también significó la victoria de Punta Gruesa marcada por la habilidad de Condell. Allí se abrió la etapa de la fase naval de la guerra, que con el triunfo chileno inclinó la balanza decisivamente y creó las condiciones para el posterior triunfo militar.
- ¿Qué significado tiene el 21 de mayo?
- Es una oportunidad para salir de la contingencia, para mirar a más largo plazo, mirar la historia y también proyectar el futuro. (…) Siempre el 21 de mayo fue una oportunidad de unidad en la región, en el país. Es una fecha de aprendizaje histórico, de enseñanza. Creo que debemos hacer todos los esfuerzos por preservar, aprender de nuestra historia y es una de esas fechas que hay que recordar. Al mismo tiempo, reforzó un poco la idea de O'Higgins, que tenía una idea muy visionaria sobre la importancia de la condición oceánica del país.
AGENDA NACIONAL
- ¿Con el tiempo ese significado se ha ido desgastando?
- Pienso que hemos tenido altos y bajos en el tiempo, y como no sólo se trata de constatar sino de proponer, creo que nadie en Chile se opondría a que en el currículum escolar se restituyese la importancia de la Historia, donde creo que es necesario mantener el ritmo. Desgraciadamente hoy día, a veces, eso se pierde; los hechos de la contingencia, de crónica roja o las disputas comprensibles entre sectores ciudadanos nos hacen perder los factores que conforman lo que podríamos llamar la agenda nacional. Ella existe, y creo que todos queremos lo mejor para Chile. Podemos discrepar en los mecanismos, los medios, pero obviamente lo mejor para Chile ha sido marcado por hechos de la historia y, entre ellos, está el 21 de mayo y la gesta de Prat. Y eso creo que es necesario mantenerlo.
- ¿Y cómo se puede aplicar el ejemplo de Prat en la época actual?
- Con los mismos principios: cohesión, patriotismo, responsabilidad en el mando, visión y colocar por encima de todo el interés nacional, no el propio ni el lucimiento personal. Sería inimaginable para la tripulación de la Esmeralda que alguien pensara de esa forma. Hay que recuperar eso.
- Ya han pasado más de 140 años desde la Guerra del Pacífico. ¿Cómo ve el escenario actual en Latinoamérica con nuestros vecinos, particularmente Perú y Bolivia?
- Bueno, hemos tenido momentos de alza y otros difíciles. No sólo es un caso entre Chile con sus vecinos, sino que desgraciadamente se repiten mucho en otras partes. Creo que en esto lo mejor es mirar hacia delante y no manejar mirando por el retrovisor. Porque, por ejemplo, hoy día las amenazas que viven la mayoría de los países de América Latina son bastante comunes: el delito organizado, las consecuencias de una migración desorganizada y, sobre todo, los efectos de una descomposición del orden mundial.
- Hay un reordenamiento.
- No hay que ser analista político para darse cuenta de que las potencias están replanteando el equilibrio a nivel mundial e incluso están disponibles para llegar a enfrentamiento militar para ello, de momento convencional. O sea, es más que un problema de aranceles. Tiene un componente económico, pero no lo vamos a arreglar con un grupo de economistas expertos, porque hay intereses estratégicos y geopolíticos. Eso nos afecta a todos los latinoamericanos y a los sudamericanos en particular.
Creación de ministerio
- ¿Coincide con la idea de crear un ministerio específico del mar?
- No tengo una idea clara, no sólo por el tema del mar, donde yo creo que sí lo amerita en muchos sentidos, sino porque una mentalidad chilena es que si tenemos un desafío, creamos un ministerio. Hoy tenemos 23. Un dato, la desaparecida Unión Soviética, donde todo era estatal, tenía menos de 20 para un país de 200 millones de habitantes. Nosotros tenemos 18 millones. Hay que ponerle un poquito de racionalidad.
- Pero la proyección marítima es clave para el futuro.
- Creo que la importancia de nuestro litoral y mar oceánico, y la proyección que eso le da a Chile es tremenda. Esa condición marítima le permite no sólo una apertura del mundo, sino una conexión con él. Mucho se habla ahora de Asia y es cierto, pero en el pasado nosotros fuimos, en el siglo XVIII e incluso hasta parte del XIX, exportadores de trigo y abastecimos al virreinato del Perú. Incluso hasta California llegaron nuestros productos y creo que hasta Australia. Entonces, el océano para nosotros es un espacio amigable del planeta que nos permite conectarnos con el mundo. Pero al mismo tiempo nuestro mar patrimonial tiene, como dice el nombre, un patrimonio del cual Chile puede hacer uso y proyectarlo, y por lo mismo hay que cuidarlo. Y en ese plano, el país en las distintas administraciones ha sido muy cuidadoso en todo lo que es la reserva de los mares. El océano Pacífico es muy estable en el amplio sentido de la palabra; y desde ese punto de vista, yo podría decir que es el mejor vecino de Chile.
- ¿Cómo ve la postulación de Chile y particularmente de Valparaíso para ser sede de la secretaría del acuerdo BBNJ?
- La veo muy bien. (…) Valparaíso tuvo un momento de gloria que es perfectamente recuperable y no en detrimento de otros, sino por el propio mérito de toda nuestra zona central. Sería un buen impulso para revitalizar la ciudad. Valparaíso es una ciudad muy hermosa que requiere su mantenimiento, por supuesto. Yo diría que uno de los desafíos, además de las ofertas turísticas, es que el desarrollo industrial que acarrea ser un puerto de entrada y de salida requiere una buena conexión de infraestructura con el resto del país; y ahí, para la operación portuaria, sería muy bueno que nuestros ferrocarriles estuvieran más conectados a ella.
- Usted decía que el 21 de mayo es una fecha de unión, algo que no sobra en el país.
- Unión a nivel nacional es algo que nos falta mucho en este momento, y hay que estimularla y fortalecerla. Tenemos que reforzar la cohesión nacional. De repente hay demasiado particularismo. Uno entiende que todos tenemos derecho a expresarnos, a defender nuestros intereses, pero nunca hay que perder de vista que somos parte de un conglomerado mayor que es la nación, que es Chile. Desde cosas tan simbólicas como el izamiento de la bandera el día lunes en los colegios, entonar el himno nacional, volver a hacer obligatorias las clases de Historia que las dejaron como opcionales, la vinculación de todas las instituciones nacionales con la comunidad. Valparaíso vibra con el 21 mayo, al igual que Iquique y la mayoría de los puertos. (…) Esa conexión social hay que mantenerla, la conexión del Estado con la sociedad, que a veces se pierde con tanto individualismo. La cohesión social es básica para el desarrollo de un país.
"Valparaíso vibra con el 21 mayo, al igual que Iquique y la mayoría de los puertos (…) Esa conexión social hay que mantenerla".