Secciones

ENTREVISTA. sebastián zamora, excabo de Carabineros, absuelto en el caso Pío Nono, hoy una de las cartas del partido Republicano en el Distrito 7:

"Mi compromiso es que nadie más pase por lo que pasé yo por culpa de una persecución política"

E-mail Compartir

Sebastián Mejías O.

Absuelto en 2024 del caso Pío Nono, en el que se le acusó de arrojar a un joven desde un puente durante una manifestación en 2020, el excarabinero Sebastián Zamora dejó la institución policial y decidió postular al Congreso con el Partido Republicano en el Distrito 7. Orgulloso porteño, de Playa Ancha, exalumno del Colegio Salesiano, asegura que su experiencia marcó un antes y un después.

De ahí su decisión de dar el salto a la política, asumiendo que "para proteger a Carabineros y las Fuerzas Armadas, hay que estar donde se toman las decisiones".

- Tras ser absuelto del caso Pío Nono, ¿qué reflexión lo llevó a decidir dejar Carabineros?

- Carabineros es parte de mi vida. Volver a la institución después de haber demostrado mi inocencia fue un acto de justicia, un sueño cumplido. Pero también fue una toma de conciencia. Hoy día quienes visten el uniforme muchas veces están solos frente a un sistema político que prefiere mirar para el lado antes que respaldarlos. En todo mi proceso me di cuenta de que para cambiar eso no basta con estar en la calle, hay que estar donde se toman las decisiones. Por eso decidí dar un paso al costado y aportar desde el Congreso, donde se puede legislar para proteger verdaderamente a nuestras Fuerzas Armadas y las policías.

- ¿Es complejo ser carabinero en Chile?

- Sí, es muy complejo. Ser carabinero en Chile es sinónimo de sacrificio, compromiso y riesgo permanente. Pero durante años la izquierda radical construyó una narrativa brutal para desprestigiar a la institución. Se inventaron centros de tortura que jamás existieron. Pintaron las calles con frases como "paco jalero", "paco violador", "paco asesino", "paco torturador". Eso no fue casualidad ni espontáneo, sino una estrategia deliberada de sectores radicales para desestabilizar al país y refundar Carabineros, debilitando su autoridad desde las bases.

- Pero aquellos que antes criticaban a las policías, ahora se sacan fotos con ellas. ¿Cree que el discurso se ha moderado?

- Este gobierno jamás ha respaldado realmente a Carabineros. Efectivamente, han moderado su discurso, pero en los hechos siguen actuando con los mismos complejos ideológicos. Respaldaron el estallido, justificaron la violencia de la "primera línea", los homenajearon en el Congreso Nacional y criminalizaron el accionar policial.

- Pese a ello, la institución ha ido recuperando la confianza en la ciudadanía.

- Afortunadamente, el sentido común de los chilenos terminó imponiéndose y la valoración ciudadana se ha ido recuperando. Pero las heridas siguen ahí, especialmente para quienes fuimos perseguidos injustamente.

Heridas del estallido

- ¿Qué heridas le dejó el caso Pío Nono?

- Mi vida dio un vuelco radical. Pasé de patrullar las calles a estar en prisión preventiva, siendo señalado por los medios, por autoridades e incluso por el actual Presidente de la República. Fui juzgado públicamente antes que se presentaran pruebas. Perdí mi trabajo, mi libertad y mi tranquilidad. Pero me mantuve firme. Aproveché ese tiempo para estudiar, para trabajar en lo que fuera necesario y para fortalecer mi convicción de que algún día demostraría mi inocencia. Esa experiencia la transformé en fuerza y el compromiso de que nadie más pase por lo que pasé yo por culpa de una persecución política.

- La narrativa sobre violaciones a los derechos humanos por parte de Carabineros sigue presente. ¿Ha sido la justicia demasiado severa con algunos funcionarios?

- Sin duda. Ha habido una aplicación desigual de la justicia y en muchos casos, la presunción de inocencia se dejó de lado. Carabineros que solo cumplían su deber fueron perseguidos, encarcelados y denostados públicamente sin que hubieran pruebas concluyentes. Mientras los que atacaban a policías eran considerados "manifestantes pacíficos" o "víctimas del sistema" y premiados con pensiones de gracia. Mi caso es sólo uno entre muchos. Hay carabineros que llevan años en la cárcel injustamente. La justicia debe ser ciega, no militante. No podemos permitir que el uniforme siga siendo un motivo para la sospecha automática.

De la mano de barchiesi

- ¿Por qué el Partido Republicano? ¿Desde cuándo está vinculado a ellos?

- Conocí al Partido Republicano mientras estaba en pleno proceso judicial. La diputada Chiara Barchiesi me dio una oportunidad cuando muchos me cerraban la puerta. Me integré a su equipo parlamentario, recorrimos la región y entendí lo que significa servir desde el Congreso. Entendí lo que es estar en terreno, escuchar, ayudar, actuar.

- ¿Quién le ofreció la candidatura y cuáles son sus propuestas?

- La diputada Chiara Barchiesi fue clave en este camino. Ella creyó en mí cuando pocos lo hacían. Ella me mostró que se puede hacer política de manera limpia, con convicción y resultados. Luego, José Antonio Kast y Arturo Squella me abrieron las puertas del Partido Republicano de manera formal y me han incentivado a participar más directamente desde la vereda parlamentaria.

- Lo dan como candidato por el Distrito 7, aunque se dice que no hay una definición tomada. ¿Qué prefiere?

- En lo personal, me siento especialmente vinculado al Distrito 7. Soy porteño, de Playa Ancha, estudié en el Colegio Salesiano, juego a la pelota en el club del barrio, y desde la época del colegio he participado en labores sociales en los cerros de Valparaíso y Viña del Mar. Mis propuestas son claras. Yo respaldo sin titubeos a Carabineros, apuesto por el combate frontal a la delincuencia y al avance del narcotráfico, por fortalecer nuestras fronteras y recuperar el espacio público tomado por el comercio ilegal.

- ¿Qué ideas quiere representar en su campaña? ¿Cómo cree que lo ven después del caso Pío Nono?

- Mi idea es representar el orden, la justicia y el respeto por las instituciones. Ser la voz de quienes se sienten abandonados por el Estado. Que Carabineros y las Fuerzas Armadas sepan que ya no estarán solos. Que los ciudadanos honestos tengan prioridad por sobre los delincuentes. Después del caso Pío Nono, mucha gente me ve como alguien que resistió una injusticia y se mantuvo de pie. Esa experiencia, ese dolor transformado en fuerza, es lo que quiero llevar al Congreso. No como víctima, sino como un servidor más, con la firmeza de quien ya no le debe nada a nadie, salvo al país que quiero defender.

"Ha habido una aplicación desigual de la justicia. La justicia debe ser ciega, no militante. No podemos permitir que el uniforme siga siendo un motivo para la sospecha automática".