Everton rescata un agónico punto en partido con polémico arbitraje
SAUSALITO. Dos goles anulados y un penal en contra de los viñamarinos marcaron el trámite de un pleito que los dirigidos por el uruguayo Larriera terminaron con una ovación de los hinchas.
Sobreponiéndose a un polémico arbitraje del juez de 32 años de edad, Fabián Reyes, que sólo sumaba un partido en la Liga de Primera -el 2-1 de Unión La Calera ante precisamente Cobresal, el pasado 30 de marzo-, el elenco de Everton rescató ayer un agónico y sufrido empate 2 a 2 ante Cobresal, manteniendo una racha invicta ante los nortinos en Sausalito, que ya se prolonga por largos 35 años.
El arbitraje de Reyes, que en buena parte de las decisiones polémicas del partido favoreció al visitante, fue factor clave en un partido en el cual Everton tuvo que luchar ante la adversidad, ya que, sumando y restando, los dirigidos por el uruguayo Larriera no merecían quedarse sin unidades, ayer en la Ciudad Jardín. Prueba de ello es la ovación con que los casi cuatro mil hinchas que llegaron ayer el recinto viñamarino, despidieron a los jugadores de la escuadra viñamarina, quienes, mostraron una actitud distinta a la que presentaban a comienzos de temporada.
El primer error grave del partido, eso sí, no fue del juez Reyes. Y es que en una jugada intrascendente a los 13', Ramiro González se "durmió" en un pase de Guzmán que iba hacia sus pies, facilitando primero un remate violento de Coelho que tras rebotar en el cuerpo del "Nacho" González, le quedó en los pies de Jorge Henríquez, quien, con un derechazo bajo y cruzado inauguró las cifras en favor de los pupilos de Gustavo Huerta.
Con un 0-1 en contra, el elenco de Everton (que no contaba con los uruguayos Hernández y Piñeiro) tuvo que "remar desde atrás" ante un rival que desde temprano recurrió a las típicas artimañas de ciertos equipos (simular lesiones, exagerar caídas y hacer tiempo), para mantener su ventaja en el marcador.
A esas alturas, las decisiones del juez Reyes, ya tenían caldeado el ánimo tanto en el interior del campo de juego, como también entre los hinchas. De hecho a los 32', el juez amonestó -por una entrada más bien peligrosa que violenta (ya que Munder saltó antes)- a Ramiro González, sin proceder con igual criterio con el central Toro, que encaró y empujó por la misma infracción, al propio González.
Situación clave
La gran polémica de la jornada llegó a los 45+1', cuando Joaquín Moya cabecea en el área un centro por derecha de Madrid, superando la resistencia del golero Pinos. El público y los jugadores de Everton ya habían festejado lo que era el parcial 1-1, cuando desde el Var (a cargo de Juan Lara) se llama al juez Reyes, para que "revise" un posible penal en favor de Cobresal, que se había producido 62 segundos antes de que Moya lograse el empate. El árbitro, en medio de múltiples reclamos -y tras observar las imágenes- anuló el gol de Moya, apuntando el punto del penal para Cobresal, por una falta previa de Baeza a Valenzuela. Diego Coelho, aprovechando la situación, anotó desde los 12 pasos convirtiendo un posible 1-1 en un 2-0 en favor de la visita. Y tras ello, con un jugador visitante por enésima vez e el suelo, el juez cortó un avance de Everton para atender al jugador caído (Henríquez), lo que ya desató la indignación en la hinchada local.
Amor propio
Con el ingreso del "Chorri" Palacios en lugar de Moya -y principalmente, tratando de tranquilizar a sus jugadores- el técnico Larriera buscó revertir la situación. No obstante, el tan anhelado descuento, que llegaba a los 52' con un cabezazo de Campos López, también fue anulado por una infracción previa a Tiznado.
Pese a su falta de claridad en ofensiva, el mérito de Everton pasó por no bajar nunca los brazos ante un rival que sólo quería que el tiempo pase lo más rápido posible, utilizando métodos lícitos e ilícitos para alcanzar sus objetivos.
El ingreso de Felipe Villagrán -que debutaba en la Liga de Primera- le otorgó precisión a los ataques viñamarinos, lo que se vio reflejado a los 81' con el gol de cabeza del "Chorri" Palacios, tras un centro medido del "20". Y tras cartón, en el minuto 90, el voluntarioso Alan Medina sacó un centro al área que -en la disputa con Juan Delgado- fue conectado por Vicente Fernández, quien así, con un autogol de cabeza, puso justicia para un Everton que hizo los méritos suficientes para lograr como mínimo un empate.
1990 fue el año del único triunfo que registra Cobresal ante Everton jugando en el Estadio Sausalito.
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