Agradezco que tanto una editorial de este medio como una carta del exgobernador Gonzalo Le Dantec se hayan referido a la celebración de las Glorias Navales que tuvieron lugar el 21 de mayo de 2025 en el puerto de Valparaíso.
Se entiende la preocupación de muchos por la ausencia del Regimiento Maipo, de los carabineros del Grupo de Formación Viña del Mar, y de los aviadores de Quintero, como también que la presencia naval no haya incluido a la Brigada Expedicionaria Anfibia.
Que hayan desfilado en Valparaíso solo cadetes de la Escuela Naval, alumnos de la Academia Politécnica Naval, y delegaciones de la Escuela Militar, de Aviación y de Carabineros tiene su lógica, la que puede no ser del gusto de todos, pero la tiene, y es hora quizás de ir entendiendo la realidad en que se encuentran las Fuerzas Armadas.
Tal como lo indiqué en otro medio, las instituciones de la Defensa están en los huesos tras sucesivos recortes presupuestarios de este gobierno y anteriores. No me refiero al ruido que existe respecto de la correcta aplicación de la Ley de financiamiento de capacidades estratégicas, sino al presupuesto de operación, el que tras los ajustes anunciados en enero, y los realizados en los primeros años del actual gobierno, y los realizados en el segundo mandato de Sebastián Piñera, dejan a los institutos armados operando y entrenando el mínimo, navegando y volando poco, al punto de que podríamos estar colocando en riesgo la capacidad de la defensa de la soberanía, el territorio, mares, y espacio aéreo chileno, como del interés nacional donde sea que esté ubicado.
Ante esa situación recién descrita, y al hecho de que la Infantería de Marina lleva casi tres años en permanente despliegue en las provincias de Arauco y Bío Bío, lo que la tiene al limite de sus recursos y capacidades humanas, como también de que regimientos como el Maipo envían sus soldados a la Macrozona Sur, y a las fronteras con Bolivia y el Perú, ¿es lógico pedirles que además se hagan presentes en la ceremonia del 21 de Mayo? ¿Si no hay carabineros, queremos desfilando a los pocos que tenemos?
En el Reino Unido cuando están en guerra o en una emergencia nacional las ceremonias militares se suspenden o disminuyen en tamaño, retomando toda su pompa y majestad cuando salen de la condición que generó la suspensión. Todo el mundo lo entiende y nadie se siente afectado. Me pregunto, qué nos diría Prat ante este dilema de tropas exigidas atendiendo estados de emergencia y de estrechez económica? De seguro nos diría: concéntrense en el bienestar y condiciones de los soldados, marinos, infantes, aviadores y policías, el resto es irrelevante.
Yo me quedó con que fue una bella ceremonia, con un clima espectacular, con un Valparaíso un poco más ordenado y limpio, y sin los enredos que generaba la Cuenta Pública Presidencial.
Richard J. Kouyoumdjian Inglis