EL RINCONCITO DE LA CONSENTIDA Óleo de una mujer con sombrero
Supe que me han echado harto de menos y, si puedo ser sincera, mi ausencia puede explicarse por una decisión propia; en tanto mi regreso, por culpa de la señora cuyo nombre titula la columna que va inmediatamente debajo de este espacio.
Como verán, me conseguí una buena licencia médica, que me costó como cuarenta lucas, con un doctor inmigrante que me recomendaron unos amigos de Calle Larga. Les hablo de esas licencias de verdad, pues, tras las cuales a una se le olvida hasta la contraseña del computador de la pega y el nombre de, al menos, un par de compañeros de oficina.
Empero, y mientras disfrutaba de mi infinito descanso con total impunidad, alguien me denunció con una foto por WhatsApp, lo que coincidió con el escándalo destapado por la ya citada Tía Dorothy.
Conminada a volver a los campos de algodón -no por lo cómodos, sino por su carácter esclavista- hube de ponerme a leer diarios viejos, revisar millones de SMS y reconquistar a mis despreciables y ya olvidadas fuentes para que me contaran qué diantres había pasado, estaba pasando o llegará a pasar en esta golpeada región.
Primero que nada, me encontré con una especie de mundo al revés: mientras el pobre de Gonzalo Winter tuvo que ponerse de rodillas para sacarse una foto ladeada, sin sonrisas y casi a la mala con la alcaldesa Maca Ripa hace algunas semanas, ahora descubro que Andrés Celis, el candidato a senador de la UDI (sí, de la UDI), no tuvo ni que tocar la puerta para conseguirse un póster tamaño real con la jefa comunal rebosante de felicidad y hasta con una gaviota de plata de fondo.
Como parece que el ninguneo no había sido suficiente, el gobernador Rodrigo Mundaca repite hasta el hartazgo que "no se siente identificado" con ninguna de las cuatro cartas oficialistas (Winter, Tohá, Jara y Mulet) y que cualquier día de estos levanta su propia candidatura.
Ahora, si de tener el diente largo se trata, nadie más feliz que Mauricio Viñambres Adasme, el impenitente exseminarista y exalcalde de Quilpué, quien ya comenzó a asomar en las encuestas a diputado por el Distrito 6 y jura de barriga que en un mes más termina por comerle la color al incumbente Nelson Venegas. Tanto ha crecido el hambre del Tío Micho, cuentan por ahí, que ya ha comenzado a gestionar apoyos con viejas glorias de sus días de guerrillero espiritual y lector de la Teoría de la Liberación. Uno de ellos sería nada menos que el neotrovador cubano Silvio Rodríguez, quien podría ponerse, si no con un recital en Quilpué, al menos con un saludito por redes sociales. Para aquellos que crean que el exalcalde está blufeando y que lo más cerca que ha estado de Silvio fue cuando tuvo una polola un tanto lana en Colliguay, vaya este documento histórico que se ve a la derecha: el retrato de ambos, Silvio y Micho, codo a codo, durante los heroicos días de Viñambres como luchador social y funcionario público tras el regreso a la democracia a comienzos de los noventa.
Siempre en el Distrito 6, no pocos en Quilpué sonreían algo nerviosos ayer durante la visita de la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei. ¿El motivo? La avanzada decidió llevarla únicamente a la Ciudad del Sol, pero nadie tuvo las agallas de contarles a los iluminados del comando que anda dando vueltas en la comuna una gruesa acusación contra un funcionario municipal de confianza por un escandalete de rendiciones de cuentas registrado en su paso por una comuna del sector surponiente de la Región Metropolitana y que, aseguran, explotará precisamente mañana viernes. De pasadita, también expusieron a la exalcaldesa de Providencia a una entrevista en un grisáceo sitio web que acostumbra a solicitar óbolos a cambio de protección editorial a los políticos locales y que incluso maneja un tarifario especial para la difusión de las grandes obras de nuestros parlamentarios.
Para cerrar, y como la tontera no tiene límites, reconozco haber visto múltiples fotos de candidatos locales, mayo en mano, saludando el Día del Completo. Dios nos libre.