"Espero que se dejen seducir y asombrar por lo sutil que es la película"
ESTRENO. Junto a la actriz Patricia Rivadeneira, protagoniza el filme del director Alberto Hayden.
Amelia Carvallo
"Una luz negra", película de Alberto Hayden, ambientada en el Santiago actual y protagonizada por Patricia Rivadeneira y Francisco Pérez-Bannen, llega este jueves a los cines nacionales.
Rivadeneira es Josefina, una mujer que hace cuatro años perdió a su joven hijo en un accidente y Pérez-Bannen es Jorge, un arquitecto que tiene el mismo nombre y apellido del fallecido y guarda cierto parecido físico que inquieta.
Energias sutiles
Hace 14 años, Francisco Pérez Bannen conoció a Alberto Hayden y este lo invitó a hacer el teaser de esta película que lo sedujo de inmediato por lo sugerente de la historia.
En la película también actúa el hijo de Francisco, Vicente Pérez, que juega el fantasmal rol del joven muerto a quien vemos en melancólicos registros con su skate, con su perro, haciendo su vida antes de la muerte, pedazos de recuerdos alojados en su celular con los que el arquitecto se obsesiona. La madre también queda perpleja con la situación y a flor de piel con el recuerdo del hijo ausente que es una presencia que se extiende en lo hogareño, en las veladuras de las ventanas o una puerta entornada.
-Francisco, ¿cuál es tu relación con la muerte?
-Me relaciono fantásticamente porque no creo en la muerte. Soy alquimista y la muerte para mí es un cambio al cual los seres humanos le llamamos muerte. No asocio a la muerte con un fin, es una transformación más dentro de muchas transformaciones que venimos experimentando desde hace muchas vidas.
-¿Y cómo llevas el duelo?
-No me ha tocado ahora de adulto, mis abuelos partieron tiempo atrás, cuando era más joven, y esos duelos los viví con mucha tranquilidad. Creo que desde entonces ya tenía una información que ahora la tengo más consciente, de que para mí no había algo angustioso en esa transformación, en ese cambio de estado. Como a los 13 años partió una tía a la que quería mucho y tuve la idea de que iba a ser muy doloroso pero, a la vez, me di cuenta que era un miedo al que me tenía que entregar. Cuando llegué al funeral, y entré a la iglesia y caminé hacia el ataúd, iba muy aprensivo pero cuando la vi, sentí una paz y una calma profunda y eso me marcó mucho como experiencia frente a la muerte. Sentí que estaba todo bien en ese cambio para ella y así he vivido el resto de los duelos. En algún minuto esta nave, este cuerpo, por alguna razón que elegimos nos queda pequeño, nos queda limitado y tenemos que expandirnos a otros estados.
-¿Y este asunto de los dobles que pueden deambular por el mundo, o las vidas que se cruzan?, ¿qué te genera todo ese misterio?
-Yo soy muy respetuoso de esa energía astral y no me meto ahí, voy a planos superiores por sobre el astral. Ahí sí me conecto y me nutro de esa luz, pero el plano astral es una transición compleja, es muy difícil para nosotros entender desde el arraigo de nuestro cuerpo físico. Entonces, hay que tener cautela, para mí merece un respeto total, yo no entro en la astralidad. Nosotros vivimos en la tercera dimensión, el plano astral es la cuarta, yo voy al tiro a la quinta dimensión. Si es que quiero ir a los planos sutiles de energía, hacia allá me voy, y esto es porque el camino es muy tortuoso, es muy inexplicable. El alma en su propio viaje, en su propia evolución, a veces queda un rato también en apegos energéticos que te hacen transitar la astralidad. La astralidad todavía tiene mucho de la desarmonía que es inherente a la conciencia humana. En la astralidad lo que hay es una proyección de todo aquello que nos generó mucha angustia, sufrimiento, ansiedad en esta existencia, que se proyecta en tu energía más sutil sin cuerpo en la astralidad, y al no tener cuerpo es un campo muy complejo de abordar. Sin embargo, creo que también muy bien guiados y muy bien acompañados podemos, eventualmente, hacer intervenciones ahí para poder favorecer procesos evolutivos ascencionales de esas almas, pero hay que saber hacerlo.
-¿Y cuál sería tu invitación para el público?
-Que vayan a ver la película porque está muy bien filmada, la fotografía es muy hermosa y los planos y las secuencias tienen una sensibilidad muy especial. Así que los invito a ver la película en la pantalla grande, está hecha especialmente para sumergirse en el cine, en la oscuridad de la sala, allí espero que se dejen seducir y asombrar por lo sutil que es la película, por su belleza y lo que sugiere y que también completen esa lectura desde su propia vivencia.
"