Un discurso sin horizonte porteño
Nadie esperaba mucho y, lo cierto, es que el Presidente cumplió con las expectativas: ayer la Región de Valparaíso fue omitida. Mientras el Presidente habló de un Chile más justo y cohesionado, la Región de Valparaíso sigue esperando más que palabras: un compromiso político concreto, inversión estructural y soluciones duraderas.
En su última Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric realizó un extenso repaso por los avances y desafíos de su gobierno, destacando hitos como la Estrategia Nacional del Litio, la reforma previsional, y avances en salud, educación y seguridad. Fue un discurso marcado por un tono reflexivo, en el que el Mandatario buscó equilibrar autocrítica con una defensa de su gestión y una narrativa de progreso gradual, con una impresentable reivindicación del Estallido Social.
Sin embargo, en medio de los anuncios que tocaron a casi todas las regiones del país, Valparaíso brilló por su ausencia. Salvo menciones generales a proyectos portuarios ya conocidos, al incendio de febrero de 2024 y al transporte eléctrico en la región, no hubo anuncios relevantes que den cuenta de una agenda ambiciosa para una de las regiones más afectadas por desastres y rezago estructural. No se mencionaron inversiones específicas nuevas, no se profundizó sobre el Centro Nacional de Supercómputo e Inteligencia Artificial Aplicada filtrado por sus amigos de la Quinta Emprende a mediados de semana, ni medidas para acelerar la reconstrucción, ni propuestas concretas de desarrollo económico para el Gran Valparaíso.
Es particularmente desconcertante esta omisión considerando que Viña del Mar y Quilpué fueron escenario de la peor tragedia urbana del último tiempo, con miles de familias aún esperando soluciones definitivas. La ausencia de un mensaje potente para la región transmite una señal política desafortunada: la sensación de que Valparaíso no ocupa un lugar prioritario en el mapa del desarrollo nacional.
En definitiva, mientras el Presidente habló de un Chile más justo y cohesionado, la región de Valparaíso sigue esperando más que palabras: necesita un compromiso político concreto, inversión estructural y soluciones duraderas. Porque sin Valparaíso, no hay Chile íntegro. Por mucho que la alcaldesa Camila Nieto diga sentirse "orgullosa" de este Gobierno y ponga todas sus esperanzas en conseguir traer la sede de la BBNJ.