A las plataformas de desarrollo tecnológico que están en versión de prueba y en constante revisión, se les denominan como versiones beta. Son dinámicas, no están acabadas y nada pétreo hay en ellas.

Valparaíso es un poco eso. Una ciudad singularizada por su reinvención, en constante revisión y que admite que la multiplicidad de subjetividades se apodere de ella. Cada habitante porteño, cada amante porteñista y cada turista errante tiene una idea de la ciudad y la defiende con hipótesis intensas y con verbos contundentes en un contínuo dinamismo que da contexto a la forma social.

Es por ello que la construcción de la identidad múltiple de la ciudad y de las miles de versiones que circulan por el mundo, la revelan al mismo tiempo tan mágica como desesperanzada, tan innovadora como conflictuada, tan simple como compleja. La convivencia y los debates son tan apasionados, que a veces los diálogos llegan a ser tan intensos, que las partes no se escuchan entre sí.

Valparaíso está compuesto por decenas de cerros que son como islas que contemplan el mar y una operación portuaria a la distancia. Islas desconectadas, con una carencia de espacio público colosal, sin puentes que unan las quebradas, sin acceso al borde para tocar el mar y con una planificación urbana escasa. Todo aquello constituye una evidencia que impide la mezcla tan necesaria para construir densidad social y eliminar cualquier asomo de marginalidad autoimpuesta por el territorio.

La ciudad es un sistema complejo en sí mismo, pues nos cobija. El entrelazamiento social requiere de vasos comunicantes entre las partes que componen ese maravilloso todo que nos muestra el anfiteatro iluminado en una noche abierta. Y no basta tener buen lejos.

Y ésta versión beta de Valparaíso, explica probablemente su condición emprendedora que mueve fronteras. Las movió en el comercio internacional, en la televisión, en el Jazz, en el futbol, en el cine, en la reforma universitaria y en la vecinal, de manera simultánea, o en la poesía que ha dado vida al mito de Valparaíso. La lista es interminable.

Innovadores en reinvención constante, que han encontrado entre calles y escaleras, entre ángulos contrarios que buscan el mar, una habitación para los sueños y para mover - en una precisa dimensión y con la precisa fuerza - la vocación a impulsar, probablemente, de manera solitaria un sueño para conquistar.

Pero esa estrategia espontánea y no planificada que ha fortalecido la marca y que ha constituído un verdadero trabajo de branding para Valparaíso, tiene una oportunidad de convergencia. Porque ser una ciudad beta, es una anomalía en el concierto de las ciudades chilenas.

El derecho a la diferencia de Valparaíso está dado justamente por ésta condición de sus habitantes y visitantes - los porteños, los porteñistas y los turistas - que resguardan la trama de subjetividades y que son capaces de emprender, mover los cercos, crear tendencias y cambiar lógicas de acción, gestión, pensamiento y asociación.

Sin embargo, esa condición - en las circunstancias actuales -, requiere de una nueva innovación y ella es abrirse a un espacio colaborativo para ser una ciudad que podríamos denominar como Valparaíso Wiki.

Lo beta es individualista, pero no en el sentido economicista del concepto. Es un individualismo - no egoísta -, de un tipo de trabajo solitario el cual asienta un proceso creativo que normalmente no se comparte en su etapa de florecimiento. En contraposición a ello, entendemos lo Wiki como un sistema colaborativo, un espacio común donde se escribe de a cuatro, seis, ocho o miles de manos una misma historia, con reglas, correcciones respetuosas y precisiones en el lenguaje.

Valparaíso ha mantenido su condición beta desde siempre, en reinvención permanente desde sus orígenes, con todas sus precariedades conocidas, pero con todas las originalidades que despuntan, con su carácter precursor y esencialmente innovador que ha marcado la historia del país.

Y ese estado beta tiene dos caminos, o converge o se mantiene divergente. Un Valparaíso Wiki abre una oportunidad para lo primero y pensamos que hoy es el momento de concentrar puntos de convergencia sobre el destino de la ciudad, es decir, hay que favorecer como en una teoría de conjuntos, la inclusión de las subjetividades como un aporte a una mirada que sea común, con dimensión colaborativa, con sentido de comunidad, con ganas de futuro, con la idea de ser mejores actuando juntos.

Los debates que están instalados hoy día en Valparaíso, deben contar con un cauce definitivo de expresión y resolución. La tensión social actual es la ciudad, y esa tensión es el modo de hacerla, de construirla y diseñarla y cómo aquello permite que nos vinculemos en una estética que nos atrape hacia un destino que dibujamos como en un boceto.

Un Valparaíso Wiki es ponerle puentes a las quebradas, es romper las desconfianzas entre los movimientos ciudadanos, es que los liderazgos se sienten en una misma mesa y acuerden las cosas fundamentales, es arrinconar los intereses individuales malsanos que ponen en riesgo la integración social. Un Valparaíso Wiki es abandonar cierto ego que nos constituye y dar pasos para visibilizar lo invisible, para abandonar los prejuicios y para pensar el futuro con otros.

A un año del megaincendio y de los sucesivos "mini-incendios", en la víspera de los anuncios de un terminal portuario que puede terminar cercenando el frente lineal de la ciudad, a la espera de la resolución de Unesco sobre el Mall Barón y reconocidos en la debacle ambiental que significa no valorar la geografía de la ciudad como el puntal que la entralaza, nuestra invitación es a crear puentes, en una versión colaborativa de nuestros propios egoísmos con un pleno sentido de urgencia.

Desde la función que cumplimos, lo hacemos desde la crítica constructiva y también desde la proposición de alternativas, como ha sido nuestra práctica.