Cirugía dolorosa, pero ineludible
Los alcances de la elección directa de intendente implican reformas para fortalecer los gobiernos regionales. El punto no es sólo una elección, sino que el traspaso de facultades tanto a la nueva autoridad como al Consejo Regional, consolidando así gobiernos regionales potentes que se constituyan a lo largo del país en efectivos motores de la descentralización.
"En la descentralización hay muchas diferencias entre lo que las autoridades dicen y lo que hacen". Esta afirmación del investigador de la Fundación P!ensa, el abogado Guillermo Pérez, presenta una realidad del porte de una catedral y explica el retraso y la elusión que caracteriza a los intentos descentralizadores que se arrastran por años sin grandes avances.
La afirmación del investigador fue formulada en una entrevista con este Diario, en la cual concluye que la tan anunciada elección de intendentes sólo se concretaría el año 2021.
La elección directa de la nueva autoridad regional, que se denominaría gobernador en vez de intendente, exige larga tramitación parlamentaria y reforma constitucional. Sostiene el experto que para llegar a esa meta se requiere, a más tardar en junio de 2017, de una Ley Orgánica Constitucional (LOC). Esa ley fijaría las funciones del gobernador y el mecanismo de elección, lo que por plazos resultaría imposible.
Afirma además que el proyecto no cuenta con las urgencias necesarias para su avance; se ingresó al Congreso por el Senado y no por la Cámara, por donde debió hacerse para tramitarlo conjuntamente con la iniciativa de traspaso de competencias. Así, no habría claridad sobre las facultades de estos gobernadores electos.
Asimismo, uno de los exintegrantes de la comisión asesora para concretar el cambio, Jorge Martínez, vicerrector de la sede viñamarina de la U. Andrés Bello, expresa que no le extraña la dilación en la propuesta, pues en pleno proceso de trabajo "había señales inequívocas de falta de convicción sincera y profunda del Gobierno".
Sumándose a las dudas, el docente Juan Carlos Ferrada, de la U. de Valparaíso, sostiene que al no existir acuerdos políticos transversales en el Parlamento para una LOC, es muy improbable la elección de esas autoridades el próximo año.
Hay que destacar que el punto no es sólo una elección, sino que el traspaso de facultades tanto a la nueva autoridad como al Consejo Regional, consolidando así gobiernos regionales potentes que se constituyan a lo largo del país en efectivos motores de la descentralización.
Para ello, sin embargo, se requiere de parte del Ejecutivo y del oficialismo en general, una efectiva voluntad política y hasta un renunciamiento, como lo sostiene la senador Ena von Baer: "Traspasar atribuciones reales a los gobiernos regionales, significa recortárselas al gobierno central".
Se trataría de una dolorosa pero ineludible operación quirúrgica que, pareciera, el poder central elude y dilata.